ISMAEL MARTÍNEZ |
Cuando el último día de agosto de 2009 se anunció la venta de Marvel a la cada vez más oligopólica productora de entretenimiento The Walt Disney Company —el emporio, dicho de paso, celebró en octubre pasado su 90 aniversario— la prensa y los medios no sólo se llenaron de caricaturas y mofas con el Ratón Miguelito (¿a que suena raro decirlo?) disfrazado de cuanto personaje marvelita existiese, sino que los seguidores asiduos de las viñetas levantaron una ceja como gesto de incertidumbre: ¿qué sería de las innumerables franquicias —superheróicas y no— que posee Marvel? ¿Cómo será el tratamiento que las estrictas políticas de producto Disney apliquen a la Casa de las ideas?
Existieron muchos que lanzaron el grito en el cielo, que se lamentaron por el ardid comercial que los dueños de la M alta y roja concretaron en claro beneficio de sus bolsillos en medio de una industria historietística que crece poco y sobrevive mayormente —como lo aseguró C. B. Cebulski en su reciente visita a México, en el marco del 3er Festival de Autores de Cómic en la Ciudad de México, “FESTO Cómic”— de los fanáticos de toda la vida.
Cuatro años han pasado. Marvel ha transitado ya, en su división mayor —hacer historias en viñetas para el formato papel—, por un relanzamiento a gran escala (motivado sin duda por el éxito comercial de la renovación —el volver al cero— de su mayor competidora: DC Comics, en 2011) y sus estudios cinematográficos han estrenado en dicho periodo 10 películas live action con recaudaciones espectaculares casi todas ellas:
- X-Men: First Class (Matthew Vaughn, 2011)
- Iron Man 2 (Jon Favreau, 2010)
- Thor (Kenneth Branagh, 2011)
- Captain America: The First Avenger (Joe Johnston, 2011)
- The Amazing Spider-Man (Marc Webb, 2012)
- The Avengers (Joss Whedon, 2012)
- Ghost Rider: Spirit of Vengeance (Mark Neveldine & Brian Taylor, 2012)
- The Wolverine (James Mangold, 2013)
- Iron Man 3 (Shane Black, 2013), y
- Thor: The Dark World (Alan Taylor, 2013).
En mi opinión que de todas ellas se salva sólo The Avengers. Y el crédito de la inmensa dignidad que arroja ésta sobre las adaptaciones cinematográficas desde el formato viñeta se lo doy, todo, a Joss Whedon. El resto caerá en el olvido.
Sí, ya sé. El lector mejor informado podrá descalificar el análisis siguiente argumentando que Disney no sólo se ha desmarcado de forma oficial de la intervención a todos los productos que tengan que ver con la firma Marvel Entertainment, sino que en la mayoría de las cintas que enumero (todas, excepto The Avengers, Iron Man 3 y Thor: The Dark World) ni siquiera han sido “supervisadas” por vía de producción o distribución en “forma alguna” por Disney, pues se trata de coproducciones con compañías externas, rivales: Paramount, Universal, Columbia, 20th Century Fox.
Pues bien. Doy el argumento por válido. Me ceñiré entonces a criticar justo a dos de esas tres cintas que caen por completo en el espectro Disney. Dos que considero —acuso— como productos deliberadamente mediocres: puedo ver en ellos la mano de los más oscuros amos del marketing, especialistas en entregar entretenimiento efectista a costa de un buen argumento. Servidores del público impresionable y de risa fácil.
Todo ello comenzará, si no existe una contingencia friki que secuestre a otros lares mi atención, la próxima semana —el primer jueves de diciembre— en este mismo espacio. Me disculpo, se me acaba el espacio (es una bonita frase para salir del paso, aunque un poco inútil en la inmensa espesura de las posibilidades web) y el virus de la gripe toma posesión de mi cuerpo…
Hasta pronto.
Omake
Para aquellos que no profesan la religión whoviana (mal hecho), me congratulo en informarles que la querida franquicia británica Doctor Who posee ya un nuevo récord Guinness al ser la serie televisiva con mayor transmisión simultánea alrededor del mundo. Todo ello a raíz de el episodio especial emitido en todo el globo el pasado sábado 23 de noviembre con motivo de su 50 aniversario, película para TV más que episodio, titulado por Steven Moffat simplemente: The Day of the Doctor. Por cierto, pueden echar un vistazo a la experiencia de Dr. Jabberwocky al respecto, aquí mismo, en El Vortex.
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