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Uno de los estrenos más esperados del 2014 por fin llegó. El inicio del fin para la franquicia que puso bajo los reflectores a Jennifer Lawrence, y convirtió en best-seller a otra joya de la literatura juvenil: Sinsajo, parte 1.
Cerrando la saga de Los Juegos del Hambre, esta cinta nos relata la lucha de los ciudadanos de Panem inspirada por la chica de fuego, Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence), quien con sus múltiples hazañas como tributo se ha convertido en el ícono de guerrilla más famoso desde el Ché Guevara.
Después de haber sido rescatada de la 75ª edición de los Juegos del Hambre, Katniss regresa al mundo exterior para darse cuenta de que la revolución ya no es más una idea. Desde las entrañas del Distrito 13, el cual se creía desaparecido, comienzan los planes para derrocar al Capitolio y terminar con el reinado de terror del Presidente Snow (Donald Sutherland). Lo que se espera de ella es muy sencillo: ser la imagen de esta campaña de insurrección y dejar trabajar a los adultos. Pero como nos han enseñado las dos películas (libros) anteriores, a Katniss nadie le dice qué hacer…
En esta tercera parte, cambia un poco el mood y deja de ser un poco la historia fantástica de amor juvenil para convertirse en un drama de guerra (más notorio en los libros). Una historia cruda donde las personas mueren, no por diversión o clasismo, sino por mera estrategia política; donde los protagonistas sufren de estrés post-traumático y la estrategia jugará un papel preponderante. Para los/las fans de Gale Hawthorne (Liam Hemsworth), tendrán sus tan esperados minutos de protagonismo, mientras que el Team Peeta (Josh Hutcherson) tendrá que soportar su ausencia la mayor parte de la película.
Y ahora lo malo… ¡¡Qué necedad de los empresarios hollywoodenses!! Que insisten en exprimir un poco más a la gallina de los huevos de oro y dividir la última entrega en dos películas. La verdad es que Sinsajo no necesitaba más de una película, y éste ha sido su mayor pecado. Ni siquiera la extensión del libro lo amerita, con sus tan sólo 422 páginas, no podemos compararlo con Juego de Tronos, por ejemplo, donde fueron necesarias 9 horas para retratar lo narrado en 794 páginas, o Harry Potter con sus últimas 638 páginas donde realmente hay un conflicto complicado de explicar, o incluso Amanecer… tranquilos, no quiero decir que Amanecer tenga una trama tan compleja que requiera dos películas, pero sus 828 páginas lo “justifican”.
El haber tomado la decisión de dividir un libro corto en dos películas, lamentablemente se traduce en un filme con un ritmo bastante lento y con escasas escenas de acción o buen drama. Efectivamente, la adaptación es fiel al libro, tan fiel que por minutos sientes que estás leyéndolo en vez de seguir una narración más continua como debería haber sido una película de guerra. ¡Y pensar que tenemos que esperar un año para “leer” la mitad restante!
Hubo varios momentos en que realmente dudé estar viendo una película protagonizada por una ganadora del Óscar. La actuación de Lawrence no es grandiosa en ningún momento y se eclipsa demasiado por los personajes adultos. Puede verse a la Presidenta Coin (Juliane Moore) dejando fuera de combate a la señorita Everdeen de un bitch slap.
En conclusión, juzgar este tipo de películas dividas es difícil porque a final de cuentas aún no sabemos si ya vimos lo mejor o lo están reservando como jugoso postre. Aunque, si la juzgamos por ella misma, la verdad es que no llena las expectativas. Hay que tener en cuenta además que Philip Seymour Hoffman, quien interpreta a Plutarch Heavensbee, murió una semana antes de que se terminara la filmación y, aunque las escenas filmadas fueron suficientes, también fue necesario terminar re-escribiendo muchas que seguro se reflejarán en la siguiente película. A pesar de todo, es un hecho que el camino recorrido la volverá un seguro rompe-taquillas.
Por el momento, Sinsajo nos tiene donde quería: justo al borde y con ganas de saber cómo terminará esto… ¡Que la suerte esté de nuestro lado!
