Por MRD Eddie Rivers |
“Bienvenidos a Jurassic Park”: estas fueron las palabras de John Hammond (Richard Attenborogh) cuando les presentó el mítico parque de dinosaurios al paleontólogo Alan Grant (Sam Neill), a la paleobotánica Ellie Sattler (Laura Dern) y al científico experto en la teoría del caos, Ian Malcom (Jeff Goldblum).
Esta cinta fue estrenada hace 20 años en nuestro país e hizo que el sueño de muchos niños, y me incluyo, fuera ser paleontólogo. El viernes pasado se reestrenó en formato 3D, lo cual le dio un “plus” a las fabulosas escenas en donde el T-Rex hace su aparición y lo saltos de los velociraptores te quitan el aliento.
De todas las películas que he visto en 3D en los últimos años (llámense The Avengers, Man of Steel, Star Wars Episode I: The Phatom Menace, etcétera), ninguna había logrado el verdadero efecto de tercera dimensión que yo había estado esperando.
Jurassic Park es la película ideal para el 3D, al momento de verla literalmente sientes que el T-Rex te está rugiendo en la cara y que te va a comer o que los velociraptores no dudarán en brincarte encima y clavarte los dientes. Además con el sonido THX, los dinosaurios rugen como se debe.
Su servidor ya había visto la película por primera vez cuando tenía unos 6 años y me impactó muchísimo; años después la volví a ver en video y seguía pareciéndome genial; pero ahora en tercera dimensión me volví a enamorar de esta cinta que detonó mi amor por el cine y lo dinosaurios.
Debo confesar que en cuanto comenzó el tema de la película, que compuso el maestro John Williams, acompañando la frase “Bienvenidos a Jurassic Park”, se me escurrieron las lágrimas de poder ver de nuevo al T-Rex rugir con todo su poder en la gran pantalla.
Ahora, recordemos un poco. Esta historia fue originalmente escrita por el novelista Michael Crichton en 1990, en la cual nos cuenta que existe una isla cerca de Costa Rica en la cual ingenieros genéticos han logrado crear dinosaurios a partir del ADN fosilizado, encontrado en mosquitos prehistóricos que quedaron atrapados en ámbar.
Por desgracia la muerte de uno de los empleados del parque a manos de uno de sus ejemplares, pone en serios aprietos a su dueño John Hammond. Es por ello que John recluta al paleontólogo Alan Grant y a la paleobotánica Ellie Sattler para que avalen el parque.
Por su parte el abogado de los inversionistas recluta al experto en la teoría de caos, Ian Malcom, para que también de su aval. Para completar el cuadro, los nietos de Hammond, Tim y Lex Murphy, llegan a la isla y toman el recorrido por la misma ruta con los doctores.
El tour parece ir viento en popa, hasta que una tormenta tropical azota la isla; por otro lado un rencoroso programador de computadoras roba embriones de dinosaurio para vendérselos a la competencia y desactiva los sistemas de seguridad, lo que provoca la fuga de varios especímenes.
Es así como comienza una odisea por salir de la isla; teniendo que enfrentarse a un feroz T-Rex y a una manada de astutos velociraptores que no descansará hasta comerse a los humanos. Finalmente nuestros protagonistas son rescatados por un helicóptero y llevados a casa.
Esa es a grandes rasgos la trama de la película, así que si no la han visto, háganlo, ya que vale mucho la pena. Si ya le vieron revivan esta increíble e impactante aventura que los mantendrá al filo de sus asientos. ¡Porque como Jurassic Park, no hay dos!
