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La historieta en el mundo: Festo Cómic / NEET

ISMAEL MARTÍNEZ |

Sábado dieciséis de noviembre, once horas. Una hilera de veinte personas espera a que el oficial en turno abra las puertas de cristal del Teatro de las Artes a un costado de Río Churubusco al tiempo que el astro rey está por alcanzar su cenit. Veintitrés grados a la sobra, quizá.

Adentro, en el marco de la 33 Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil, está a punto de comenzar, como actividad inaugural del 3er Festival de Autores de Cómic en la Ciudad de México, “FESTO Cómic”, la charla “Visiones Encontradas”, una disertación desordenada, casual, sobre el mundo de la historieta que nos ha tocado transitar, y el panorama que se mira en un futuro cercano.

FEsto-Poster-by-Tony-Sandoval

Arriba, en un preciosísimo escenario, se encuentran Ernán Cirianni, Eduardo Villacís, Marco Orso, C.B. Cebulski y Luis Gantús en posición relajada. Este último es responsable directo de que la segunda mayor metrópoli del mundo tenga FESTO, lo más parecido a un salón de la historieta como dios manda en nuestra nación.

Cada uno de ellos representa la forma de ver el cómic en su país, siguiendo el orden arriba propuesto: Argentina, Ecuador, Italia, Estados Unidos y México. En estricto sentido, está representada la visión latinoamericana, estadounidense y europea. A excepción de los tigres asiáticos —y en específico, Japón—, el mayor mercado de consumo de historietas está ahí.

Gantús, en calidad de moderador, lanzó las primeras preguntas: ¿En qué concepto se tiene a la historieta mexicana desde el extranjero?, ¿cómo es el estado de la industria en sus respectivos países, qué pasa en Argentina, Ecuador, Italia, Estados Unidos?, y ¿cómo se vincula todo ello con el ejercicio de la historieta con sus lectores?

Dos metros debajo, el público, escaso pero atento, escucha entonces a Eduardo Villacís, cómo en Ecuador es la industria cinematográfica la que ha alimentado de escritores a la incipiente industria de la historieta, cómo existe ya en dicho país, por primera vez en la historia, un fondo de apoyo gubernamental al desarrollo del cómic; escucha también que en Italia —a decir de Marco Orso— se vive una etapa donde el cómic japonés —el “manga” para aquellos que prefieren el uso del regionalismo— ha influenciado con gran fuerza a los nuevos creadores y cómo en la nación romana se celebran “muchos festivales” dedicados al cómic, incluso “demasiados”; que en Argentina existe de nuevo la revista Fierro —emblemática publicación originaria de la década de los años ochenta que está tenido una segunda oportunidad desde el 2006—, la cual funge como escaparate ideal para que los creadores den a conocer su trabajo, dentro y fuera de la gran Argentina; cómo en Estados Unidos es cada vez más frecuente que los artistas se desmarquen del emporio y no crezcan más anhelando solamente ser reclutados por Marvel y DC para dibujar/escribir una historia de Spider-Man o Batman, y cómo las nuevas tecnologías han permitido que las filas de estos gigantes se alimenten con creadores de todo el orbe: “ahora, un ilustrador al otro lado del mundo puede, en cualquier momento, recibir un e-mail de un editor de Marvel quien le pedirá trabajar para ellos… Más del 50% de sus artistas son internacionales, por ejemplo: Spider-Man es creado actualmente por un equipo 100% mexicano”.

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Eduardo Villacís en la “onomatopeya exquisita” / Foto: ©Enrique Abe

Gantús continúa. Recupera la conversación en derredor de las nuevas tecnologías. Pregunta sobre la realidad “incómoda” de las descargas. La mayoría, ilegales…

Las voces de los ponentes invitados no titubean. Cirianni, por ejemplo, se declara defensor irrestricto de sus posibilidades; Villacís, coleccionista “de papel” y traficante de material foráneo en un Ecuador que no ha provisto a sus tarjetahabientes de compras foráneas vía internet con un mínimo de seguridad, ha visto en ello un valor insuperable: “es notorio cómo en los últimos años [gracias a la apertura y a la diversificación, ya bien muchas veces escasa] se ha elevado el nivel visual de las personas”; Orso secunda: “democráticamente hablando, es algo positivo. No se puede parar”.

Los comentarios parecen unánimes. Incluso Cebulski, el “cazatalentos” de Marvel, y quien es muy claro en secundar la política antipiratería de la casa de las ideas, apoya la moción con argumentos de peso. La piratería, entendida como la circulación de material intelectualmente protegido, ayuda a difundir y comercializar las marcas: “es mejor que te lean a que te compren”, declara con precisión Cebulski, “porque nuestra meta es crear lectores, fanáticos…. A veces la piratería ayuda, de hecho, a las ventas. Los cómics son ante todo el hábito de coleccionar, la posibilidad de crear comunidad… si lees un producto y te gusta, lo vas a comprar”.

Gantús, lanza un par más: ¿Cuál es el futuro de la industria? ¿Acaso la historieta tradicional de 32 páginas será relegada a las vitrinas de los museos para dejar espacio sólo a la producción de álbumes, de volúmenes impresos en formato “libro” con papel duradero que son aceptados por los puntos de venta y bien vistos ya en los libreros de la gente respetable, sino snob?

“Ya desaparecieron, en Buenos Aires. Lo que existe es la venta de fanzines, de novela gráfica… Las historietas ya desaparecieron como industria”, declara Cirianni; la tendencia es tener “libros de mayor ‘duración’ en vez de obras más cortas”, concede Villacís; “Existe, en Italia, la historieta clásica, que no es de 32 páginas, es de 62 a 100 páginas, y novela gráfica. No hay lugar para la pequeña”, recuerda Orso; “En Estados Unidos el estado del mercado es claramente diferente, el floppy (como se llama en EE.UU. al cómic de formato estandarizado, de entrega periódica, casi siempre mensual) y las novelas gráficas pueden coexistir. Al ofrecer opciones el púbico puede elegir. No creo que el floppy muera. Tenemos seguidores que han comprado la historieta de los Cuatro Fantásticos o Spider-Man por 50 años. Lo han hecho siempre y los tienen todos, cada número que se ha publicado. Y lo seguirán haciendo. La industria (en Estados Unidos) sobrevive por los floppys. Los fans apoyan al floppy”, discrepa Cebulski.

Una última. ¿Cómic = arte?

Cebulski, el último, de cada ronda, toma la palabra: “La gente ya tiene artes gráficas de historietas en sus paredes… El resto del mundo se está dando cuenta de algo que nosotros sabíamos desde hace tiempo: que la historieta es arte.”

Omake

A que no conocen la revista Justice Magazine, ¿o sí? Pues no es una revista propiamente dicha. Es un proyecto de un ilustrador. Es más, Stanley Artgerm Lau se dio a la tarea sólo de crear las portadas para circularlas por el ciberespacio, porque el proyecto deseaba salir de su cabeza. Y vaya serie que, hasta ahora, nos ha regalado…

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Ismael Martínez
Periodista y editor. Amante de las historietas, los videojuegos y la cultura japonesa. Con un breve paso por el Fondo de Cultura Económica, la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería y Canal 22, se ha especializado en proyectos de difusión de la cultura en medios independientes. Actualmente se dedica al cuidado editorial en Penguin Random House y funge, en sus tiempos libres, como editor de proyectos especiales en revista "MilMesetas", Portal Nómada de Cultura. Es, además, el más reciente recluta del departamento editorial en El Vortex: cultura geek. |
http://watashinokendo.blogspot.mx/

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