En 2004 conocimos por primera vez a estos personajes de la mano de Walt Disney Pictures y Pixar. Catorce años después se nos presenta esta secuela que (cronológicamente) continúa la historia algunos meses después de la derrota de Síndrome, y en El Vortex nos preguntamos… ¿era necesaria una secuela? Para nosotros, la respuesta corta es: no.
Los Increíbles 2 es, en general, una buena película. Cumple con la función de entretener, tiene momentos que podrían permanecer en la memoria colectiva, aunque caigan en lo cliché. Definitivamente se nota la mejora en cuanto a animación y dirección de las escenas. Hay secuencias de acción muy bien logradas y gráficamente el filme fluye de la mejor manera.
Personalmente tengo un problema, y es que no soy muy fan de la primera cinta. No me malinterpreten, Los Increíbles me gustó, pero no está entre mis favoritas; para mí se contó todo lo que se tenía que decir de la familia en una única entrega. La historia principal de esta segunda parte definitivamente no es su fuerte. Peca de simple y es predecible. Las historias secundarias no aportan al desarrollo de la trama principal. Los temas como lo difícil que es ser una adolescente en una familia poco común, el intercambio de roles sociales pre-establecidos, la crítica social de que actualmente estamos siendo controlados a través de pantallas, todo esto se pudo abordar con otra cinta, con nuevos personajes, sin necesidad de traer de vuelta a la familia Parr.
Tal vez lo único que nos pudo dejar intrigados eran los poderes de Jack-Jack, el bebé, y exprimen ese hecho en la cinta, al punto de que el pequeño personaje se vuelve una excusa para traer de vuelta a la pantalla la figura de Edna Moda (cuya participación, a pesar de entretenida, me parece intrascendente). La pelea contra el mapache es la parte donde Jack-Jack luce todas sus habilidades, entre las que destacan la ignición corporal, la transformación bestia-monstruo, la tele transportación a través de portales dimensionales, y rayos láser de los ojos (algunos incluso han llegado a sacar sus conclusiones y agregar fragmentos a la Teoría del Universo Disney-Pixar Unificado).
Como adulto, me pasé toda la función buscando un argumento más elaborado, un plot twist, pero lo que obtuve a cambio fue un guión lineal y clichés. Jack-Jack controlado como arma al grito de “¡Pium, pium!” siendo que hace unos días descubrió sus poderes y parecía no tener control sobre ellos, el viejo auto de Mr. Increíble haciendo el trabajo difícil en el momento preciso (resumido por Dash en su frase “¡Este auto hace todo lo que le digo!“), villanos predecibles y fáciles de vencer. Como niño, no me aburrí y estuve atento todo el tiempo, para observar cómo se vería lo que ya imaginaba que sucedería.
Mi conclusión es que esta película se asemeja a una pequeña saga de capítulos, suponiendo que “Los increíbles” fuera una serie (a este paso no me sorprendería que ya estuviera en desarrollo) y que no era necesaria más allá del fan service de Jack-Jack y su rasho láser.
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