Al ser esta la octava entrega de una franquicia, es raro que alguien por ahí no haya escuchado, visto o de plano considerarse un fan de hueso colorado de la saga Saw, o como luego nos llegan a latinoamérica con el título: Juego macabro.
Este tipo de películas, si bien no pueden considerarse de culto surgieron durante la primera década del 2000 junto con otras películas de lo que llamaremos “el boom del cine de terror norteamericano” que engloba títulos como Wrong Turn (Camino hacia el terror), Hostal, Final Destination (Destino Final), Texas Chainsaw Masacre (Masacre en Texas) o Hill Have Eyes (Las colinas tienen ojos). Todas ellas caracterizadas por tener una buena cantidad de gore y violencia gratuita por situaciones paranormales o por seres mentalmente trastornados y que a menudo carecen de un buen argumento o trama que caractericen a estas cintas de ser memorables, sino que se enfocan más en el impacto visual que pudiesen causar al espectador.
En Jigsaw, observamos de inicio la persecución de un criminal que luego de que su vehículo es inmovilizado por artefactos policiacos al puro estilo de Need for Speed, tiene que ir a pie escabulléndose por las ruinas de varios edificios que se encontraban en las cercanías.
El sujeto llamado Edgar Munsen, aparentemente sabía hacia donde se dirigía, pues se acerca a una “X” marcada en una columna de concreto, justo detrás de ella se encontraría un dispositivo con un botón el cual al presionarlo desencadenaría una serie de sucesos que lo llevarían a elegir entre su vida y la de diecisiete desconocidos. Luego de un momento de negociaciones pide conversar con el detective Halloran, quien minutos después se presenta ante el criminal. Seguido de varias órdenes del detective, el criminal es abatido al tiempo que su compañero, el detective Keith Hunt apunta al dispositivo y frustra cualquier intento de usarlo. Munsen es herido de gravedad y llevado a un hospital donde sería inducido en coma, imposibilitando cualquier intento de interrogatorio que los detectives pudieran realizarle.
Mientras tanto en un lugar alejado de ahí, en lo que parece ser un granero abandonado cinco desconocidos se encuentran despertando de lo que sería el comienzo de una pesadilla en vida: todos se hallaban con una gran cubeta metálica que les cubría la cabeza, salvo por una pequeña rendija a la altura de los ojos que les permitiría ver el funesto destino que podrían compartir. En la cubeta se hallaba una cadena gruesa que terminaba al otro lado de la pared contraria que si no se deshacían de ella pronto los conduciría a unas sierras eléctricas que terminarían por destrozarles todo el cuerpo. Justo cuando ese mecanismo es puesto en marcha, una familiar voz se escucha haciendo eco en el cuarto, les ordena que deben de hacer un sacrificio de sangre, que aunque por más mínimo que sea les dará una oportunidad de sobrevivir. ¡Que comience el juego!
Algunos sobreviven a eso, otros no. Y aquellos que no lo lograron fueron expuestos en sitios públicos, donde la ciudadanía sería aterrorizada al ver sus cadáveres destrozados y mutilados por diversos artefactos de tortura. Cuando un cuerpo forense investiga las causas del deceso, se unen al equipo de Halloran y Hunt, quienes luego de estudiar el cadáver (o los trozos de lo que queda) encuentran una extraña cicatriz en forma de pieza de rompecabezas justo en la mejilla del pobre sujeto que yacía en la plancha. Al introducir unas pequeñas pinzas en la muesca del rompecabezas, hallan un dispositivo que de inmediato es llevado a una computadora donde al abrirlo revela un mensaje, la voz, nuevamente es familiar y todos en la sala lo recuerdan: Es ni más ni menos el fallecido John Kramer, el asesino del rompecabezas, quien se supone había muerto hace diez años, pero ahora todo apuntaba a que el o alguien más seguía con su siniestra obra. Y ahora sin duda ¡El Juego ha comenzado!
Jigsaw, tomando su nombre del famoso psicópata John Kramer, mismo que se ha vuelto un ícono para la saga misma y la cultura, pop; nos muestra un filme muy similar a sus antecesores: por un lado se encuentran las víctimas de sus juegos que deberán confesar sus crímenes y demostrar qué harían por su vida o por los demás si desean sobrevivir; por el otro el equipo de investigación que deberá detener la obra de Kramer y llevarlo a la justicia. Y hablando de justicia, uno de los signos más relevantes de la saga y de este filme, es la forma de hacer una justicia muy peculiar, pues cuando la autoridad (no siempre competente) da un fallo favorable a quien a ojos de cualquiera sería culpable, Jigsaw encuentra una forma de introducirlos a su juego donde tendrá que confesar todos sus crímenes o sus pecados y así darle una oportunidad de redimirse luchando por su vida. Es una forma de justicia algo poética aunque muy sádica.
El filme es completamente recomendable para aquellos que sean fanáticos de la saga, pues contiene elementos plenamente reconocibles en entregas anteriores. Más de lo mismo, aunque no necesariamente mejor, pero sin duda los seguidores no estarán decepcionados con la película.
Para quienes sufren al verla –como mi acompañante en esa función– puede significar que el juego ha comenzado para ellos cuando entran a la sala, por algunas escenas de alto impacto y el sufrimiento constante al que los protagonistas son sumergidos en cada escena. Y no sólo a nivel físico sino psicológico, pues tendrán que concentrarse en su pasado y admitir abiertamente sus errores si es que son fanáticos de seguir con vida y esas cosas.
Por otra parte, si eres de esas personas que disfrutan una película por diferentes elementos más allá de lo visual o lo auditivo, quizá quedes un poco decepcionado, sobre todo si has visto las cintas pasadas. En Jigsaw, a pesar de tener un ritmo contínuo y dinámico, pese a que esto puede considerarse bueno, le ocurre completamente lo contrario. Esto no deja incubar bien al suspenso y cuando se dan indicios de que alguien o algo puede ser clave para el desarrollo de la cinta, quince segundos después la misma película te lo dice sin más.
Los personajes pueden considerarse completamente ideales para la cinta, pues todos hacen justo lo que deben hacer y no actúan como un humano común y corriente que se quiebra la cabeza por un enigma a resolver, sino que simplemente lo hacen y les sale bien a la primera, como si ya todo estuviese plenamente ensayado y tuviesen conocimiento de las consecuencias de lo que harían. Eso hace a la película muy rígida y carente de sentido desvaneciendo cualquier dejo de que fluya de manera natural o realista.
Quizá no deba hablar de esto para no sonar morboso, pero si algo ha definido a la saga, son por la variedad de muertes que presentan en los diferentes escenarios. Métodos de tortura novedosos con un mecanismo que sólo un experto en robótica o programación podría realizar. En Jigsaw no ocurre como tal, todo es simple y cuando tratan de introducir tecnología avanzada como fatality, esta pasa sin pena ni gloria, pues en vez de dejarla funcionando por si sola, es opacada por monólogos aburridos que tiran mucho a ser un plot twist sin lograrlo.
La película se estrenará en las salas de cines el Viernes 10 de Noviembre de 2017 para deleite de todos ustedes.
Y bien hasta acá la reseña y un poco de crítica/opinión respecto al filme. Así que ya saben, si son seguidores de la saga es imperdible para ustedes. De lo contrario será un buen filme para pasar el rato.