El cine de ciencia ficción es un género complicado, no solo porque las historias pueden resultar complejas y tediosas, sino que pequeños errores pueden llevarlas a volverse horribles experiencias para los espectadores que no se encuentran acostumbradas a estas.
A recientes fechas hemos tenido diversas propuestas entre las que destaca la sencilla pero genial Ex Machina de Alex Garland quien, en automático, se colocó en una posición favorable entre los adeptos del género y sobra decir que al anunciarse su siguiente película de corte similar: Annihilation, muchos quedamos interesados en esta producción.
Pues bien, ahora que se encuentra disponible en Netflix es momento de ver que fue de este producto al cual no le ha ido tan bien en la crítica general.
¿Dónde comienza nuestra historia?
Lena es una bióloga que tras un año sin saber nada de su marido, Kane, es sorprendida por este en un estado aparente de desorientación; no pasa mucho antes de que Kane enferme y el ejercito tenga que intervenir, pues Kane junto a otros militares, entraron a una zona donde nadie excepto él pudo salir. Nadie sabe lo que hay dentro, solo saben que sigue creciendo, es aquí cuando Lena, junto a otras 4 investigadoras, forman un grupo para adentrarse en este lugar y descubrir que hay en su interior.
Trataré de mantener los spoilers al mínimo pues esta es una de esas cintas que es mejor ver sin saber mucho ya que durante el trayecto se brinda suficiente información para ir uniendo las piezas y los descubrimientos son reconfortantes. Entonces ¿Dónde empiezan las cosas?
Un enemigo desconocido
Creo que es acertado comenzar por el aspecto más atractivo: la zona. Este lugar desde los trailers se muestra diferente a lo que vemos en otras películas, pues no es solo una creatura, no es un virus y no es un desastre natural. En este sentido, la zona plantea una duda constante para los personajes, quienes se adentran y lidian con las reglas propias del lugar. De cierta manera, esta podría considerarse una aproximación a la literatura Lovecraftiana, en especial a El color que cayó del espacio pues si lo has leído, comenzarás a ver elementos similares.
Conforme avanza la película podemos ver que las diferencias se vuelven más y más marcadas a medida que se acercan al supuesto origen. El estado de desconcierto es real como espectador, no es tan sencillo deducir –o no con toda precisión– que es lo que pasa, y para lograr deducir uno tiene que prestar atención a los pequeños detalles repartidos en casi todas las secuencias.
Este pequeño lugar que difiere del conocido resulta atractivo como concepto, pero tiene varios factores que juegan en su contra, por ejemplo, la manera en que se desarrolla y con quienes se desarrolla.
Un grupo no muy preparado
Al igual que su contraparte literaria, Annihilation trata de que sus personajes conduzcan el descubrimiento de lo que pasa y que lleven de la mano al espectador, de ahí que sean científicas y no militares, pero, aunque en papel suena como una buena idea, en la práctica deja huecos y elementos inconsistentes.
Las actuaciones en primer lugar resultan dispares; Natalie Portman hace un trabajo loable sin embargo sus compañeras de reparto dejan que desear siendo demasiado inconsistentes.
Pero lo que hace menos creíble a la situación, es la motivación de cada una de ellas, nunca es demasiado claro por qué han sido elegidas o porque la directora del proyecto decide adentrarse. Sumado a su falta de razones, encontramos que, si bien son expertas científicas, su escasa habilidad militar –y no es por ser denigrante, en la primera secuencia se demuestra– provoca que, si de por si era un lugar peligroso, ahora sean presas fáciles, a excepción de Lena, que si tenía entrenamiento.
Puedo decir que poco o nada encontré de atractivo en los personajes y solo recuerdo a Lena y la directora, el resto pasó sin pena ni gloria, ya que en lugar de aportar algo a la trama, solo parecen ser los personajes colocados para volverse locos a la primera provocación. Hubiera sido interesante ver como afrontaban este lugar con su conocimiento, pero supongo que aún falta para llegar a ese nivel.
La “belleza” de lo desconocido
Como ya dije, la zona es lo mejor que la cinta nos ofrece y en el apartado visual podría considerarse una batalla ganada… a medias.
Durante los momentos más claros, los escenarios se encuentran bellamente construidos, la vegetación y escasa fauna que vemos en las secuencias iluminadas ayudan a reforzar toda la idea de que ya no estamos en Kansas, sin embargo, cuando nuestras protagonistas se enfrentan a una bestia o creatura, estas dejan bastante que desear y aunque su nivel de detalle no es del todo malo, rompe con la capa de veracidad que trata de construir, un CGI que se balancea entre lo regular y lo mediocre.
En la misma dirección de inconsistencia se encuentra la banda sonora, la cual por más que en momentos es adecuada, la mayor parte es ausente o poco relevante.
Nota aparte merece el gore que acompaña a la acción, ¿qué hace ahí? No lo sé, no se siente bien, pero tampoco desencaja, solo resulta incómodo.
No vives de una idea
Pero el motivo por el cual muchos han destrozado esta cinta no radica en su desarrollo, sino en su final y tranquilos, no se los contaré, pero debo defenderlo. Trataré de ser lo más general posible, aun así, pueden saltar a la conclusión si así lo prefieren.
Cuando finalmente Lena llega al origen, tiene un encuentro con el causante de la zona. Aquí es otro de esos momentos donde los efectos fallan y posiblemente una decepción para los que esperaban algo sorprendente, pues así es el cine de sci-fi moderno, si el monstruo no es bonito o detallado, no gusta. En este caso, la creatura o entidad opta por un diseño más lovecraftiano evitando dotarlo de rasgos identificables, y en lo personal, creo que resulta un gran acierto, pero puedo ver la decepción generalizada.
Ahora, el cómo las acciones llevan al cierre es otro asunto, estas nunca terminan de ser convincentes, tienen una falta de intensidad provocada por la dirección y la mala combinación visual-sonora que no termina de dar esa sensación definitiva a la situación, provocando que como audiencia no sepas que pensar en el momento y se vuelva confuso.
No puedo decir que Annihilation me fascinara como esperaba, pues si bien adoro muchas de sus ideas y propuestas para con el género, reconozco que sus fallas provocan que para el grueso de espectadores resulte en una película lenta, con huecos argumentales enormes y un final poco satisfactorio. Para los más gustosos del sci-fi y tal vez del suspenso, esta es una parada que casi puedo asegurar disfrutaran por la cantidad de ideas y momentos creativos que regala. No es lo mejor, pero es una propuesta interesante.