Carrie es un clásico del terror, tanto en la literatura como en el cine, solo era cuestión de tiempo para que se buscara realizar una nueva película de la chica con poderes telequineticos; en esta ocasión, Kimberly Peirce, Lawrence D. Cohen y Roberto Aguirre-Sacasa se encargaron de ello.
La trama de Carrie, por si no la conocen, es la siguiente: Carrie White, de 17 años, es una chica introvertida objeto de las bromas y burlas de sus compañeros, ha sufrido tanto bullying al grado que no tiene ningún amigo en la escuela. Cuando ocurre su primer periodo —mientras se baña en las duchas de la escuela— la joven cree que está muriendo y sus compañeras comienzan a mofarse de ella —como ya lo han hecho incontables veces— en vez de ayudarla. A partir de este incidente, Carrie descubre que puede mover cosas con la mente y una de las chicas, Chris Hargensen, decide jugarle una broma pesada… que nadie vivirá para contar (se supone).
Chloë Grace Moretz es la encargada de encarnar a la marginada Carrie, desempeñando un buen papel, con una creíble actuación que nos hace, más que temer a la reina del baile, simpatizar con la chica insegura. Algo admirable de esta joven de 16 años es que decidió leer el libro de Stephen King para poder caracterizar al personaje de la mejor forma posible, y dado el enfoque de la película hacia Carrie, puedo decir que lo logró.
El papel de la madre de la protagonista fue para Julianne Moore, cuya interpretación es excepcional, mostrándonos hasta qué extremo llega la locura que padece Margaret White, aunque se pudo haber ahondado más en el fanatismo religioso del personaje. Sobre el resto del reparto, fue mejor elegido que en la película original (¿John Travolta? ¿en serio?), con no mucho tiempo en pantalla y actuaciones decentes.
A pesar del excelente papel que desempeñan Moretz y Moore, la película no está exenta de fallas. La caracterización de Moretz como chica introvertida es un poco forzada, no por culpa de ella sino de la producción del filme, Carrie tendría que haber ocultado más su rostro y utilizar ropa más holgada para disimular su femenino cuerpo (recuerden, madre fanática). Además, la transición entre chica normal y chica loca tampoco es muy evidente, de lo cual culpo a Peirce.
También existen dos momentos en los que los poderes de Carrie no funcionan como deberían, sino que van más allá de sus límites: el primero es cuando Carrie funde el pasador de una puerta; el segundo, aunque posible, fue muy mal ejecutado y solo diré lo siguiente: Hulk smash!
¿Nueva adaptación del libro o remake de la película original?
En su momento, se reportó que el nuevo filme sería “más fiel al libro de King que la película anterior”, pero lamento decirles que no es el caso. Carrie es un remake casi idéntico a su antecesor, con muchas escenas a las cuales solo se les cambia uno o dos detalles, pero el contexto es el mismo. La “modernización” del relato solo es evidente con el ingreso de la tecnología actual al mismo (celulares, YouTube) y a pesar de que este punto es mencionado en varias opiniones y reseñas a lo largo de internet, resulta ser prácticamente irrelevante. Al final, a Cohen y Aguirre-Sacasa les dio flojera reimaginar la historia, teniendo un libro entero a su disposición para tomar ideas.
Y hablando del libro, unas cuantas escenas adicionales se basan en éste, aunque son pocas y solo sirven para emocionar un tanto a los admiradores del trabajo de King. No obstante, este filme es más fiel al libro en cuanto al carácter de los personajes se refiere, los cuales en realidad parecen salidos de la obra del maestro del terror.
Sobre las diferencias que existen entre esta versión y la original, destaca el ritmo de la trama, el cual es mucho más fluido que en el trabajo de De Palma, que, en la opinión de un servidor, tiene escenas lentas por ratos. Otra diferencia es la coherencia de la película, un aspecto que se descuidó mucho en la original (como ejemplo, las escenas cronológicamente en el lugar equivocado) y se corrigió en esta versión. Finalmente, uno de los cambios más notables con respecto de la película de 1976 es el tono narrativo de la historia; mientras Carrie con Sissy Spacek es un filme de terror, el trabajo con Chloë Grace Moretz es más una tragedia.
En general, este remake de Carrie tiene buenas actuaciones, una historia sólida y la parte sangrienta es mucho más violenta y gráfica que en su antecesora. La película es entretenida y no se convirtió en una bazofia como le ha sucedido a otras adaptaciones de los libros de King (*cof* Un saco de huesos *cof*), por lo que la recomiendo ampliamente; sobre si es mejor o peor que la original, se los dejo a su criterio.
Metal Warrior