Este jueves comienza oficialmente la Comic-Con 2014 en San Diego, California. Un evento que, sin duda, es LA MECA a la que todo geek tiene que asistir al menos una vez en esta vida; y aunque sin ánimos de presumir que he tenido la oportunidad de ir en dos ocasiones (en 2009 y 2011), tengo que admitir que no me mato por volver.
¡Hereje! ¡No mereces llamarte geek!
Ahora bien, como parte de este testimonio quiero aclarar, por si no lo sabían, que aunque he leído cómics y jugado videojuegos por 23 años, en sí no fue sino apenas hace 3 años que me involucré activamente en “el quehacer friki de México”. Esto es, trabajando activamente como prensa y en convenciones… y gran parte de eso, se lo debo justamente a esa última visita a Comic-Con.
El Vortex tiene muchos orígenes -entiéndase- muchos factores de muchas personas que se conjuntaron para que pudiera este proyecto ser una realidad; personalmente uno de los motivos fue precisamente una anécdota que viví en esa travesía y que iré narrando dentro de los siguientes puntos, primero empecemos con:
5.- ¿Acaso no compraste los boletos hace 6 meses?
Así es, a diferencia de las convenciones en… casi cualquier otra parte del globo terráqueo, en Comic-Con NO HAY TAQUILLAS. Esto quiere decir que, si no te registraste previamente por Internet, no puedes entrar al evento.
“¡Pero Poli! Le juro que mi perro se comió mi registro ¡Deveritas!”
Haciendo a un lado que el costo promedio por día es de 60 dólares (por lo que si quieres asistir todos los días, considera que tendrás que gastar cerca de TRES MIL PESOS, sólo para poder ir más allá de la puerta de acceso). Resulta que la venta de entradas es únicamente en línea, esta se realiza entre enero y marzo, e INVARIABLEMENTE el sistema se atasca por los cientos de miles de solicitudes que llegan; por lo que ‘la experiencia’ de adquirir tus boletos para Comic-Con básicamente se reducirá a pasar unas 5 horas apretando F5 en una computadora hasta que la página logre cargar, y puedas, en menos de un minuto, llenar el formulario esperando que el sistema no se vuelva a caer antes de que presiones ese botón de “confirmar pago” (mi sugerencia: si tienes 2 ó 3 computadoras al mismo tiempo puedes [tal vez] reducir ese tiempo de espera).
“Me cae que este año si consigo boleto.”
Bien, digamos que fuiste afortunado para comprar tu entrada a Comic-Con (cosa que, como entrar a la UNAM, pocos entre miles logran), e incluso fuiste lo suficientemente suertudo para adquirir pases para todos los días del evento. Bien, entonces ahora tendrás que enfrentarte con:
4.- ¡Filas! ¡Filas por todas partes!
Así como con el punto anterior, nadie que haya ido a Comic-Con me dejará mentir. Resulta que una vez que llegas y te avientas la enorme fila donde entregas tu registro a cambio de tu gafete para entrar al evento, te topas con un itinerario lleno de mil y un conferencias a las que cualquier geek quisiera asistir: que la conferencia con los actores de la más reciente cinta de Marvel, que la presentación de la nueva temporada de The Big Bang Theory con todo el elenco reunido, que el estreno mundial de la nueva caricatura de las Tortugas Ninja, o un panel donde todos los dibujantes y escritores estrella de DC hablarán sobre el futuro de Batman en los cómics. Todo resulta atractivo e interesante… excepto cuando intentas entrar a una de estas presentaciones y te encuentras con:
¡NOOOOOOOOOOOO!
El problema con las filas en Comic-Con es completamente ridículo, pareciera no hay suceso [interesante] que no tenga una línea en la que tengas que esperar al menos 2 horas para entrar. Como aquella en la que platicaba con mi amigo Paella hasta que él -quien tenía accesos de prensa- me aplicó la de “Bueno Jagr, te veo adentro”, mientras yo leía y releía mi itinerario esperando descifrar cómo colarme en alguno de los espectáculos para los que tanto tiempo ahorré. Finalmente, acabó la conferencia que deseaba (la presentación de la nueva saga fílmica de Spider-Man), y yo seguía en la fila.
Y lloré como Tobey McGuire al saberse reemplazado.
Salí corriendo de esa fila, esperando poder entrar a la presentación de la nueva caricatura de “Avatar: La leyenda de Korra“, que era en media hora, y cuando llegué:
Así es, otra fila de ‘frikis’ sentados esperando entrar.
Y es que el verdadero problema radica en que:
3.- ¿Quieres ver una conferencia? 5 mil personas también y hay permanencia voluntaria
He aquí el meollo del asunto. el verdadero problema con la mayoría de las conferencias de Comic-Con es que la gente llega ridículamente temprano (algunos acampan afuera del Centro de Convenciones) y una vez que entran a la sala donde se va a presentar lo que les interesa, AHÍ SE QUEDAN.
Como los ‘campers’ en Call of Duty. Cómo los odio…
Déjenme dar un ejemplo: Digamos que me interesa ver la conferencia sobre la nueva serie de Battlestar Galactica (que no sé a quien le pueda gustar, pero en fin..), y ésta es a las 3 PM en el mismo salón donde se presentará la conferencia de The Walking Dead a las 6 PM. Resulta, entonces, que si llego a las 2 PM -una hora bastante razonable- el salón en cuestión ya se encuentra lleno a su máxima capacidad por gente que está esperando la conferencia de TWD, y que están dispuestos a escuchar todas las demás conferencias, sean o no de su interés, hasta que termine la que estaban esperando.
Esto es terriblemente injusto para los [pocos] fans de Battlestar, así como los de las otras tantas series o películas previas a “las conferencias estelares”, que siempre son por la tarde-noche. Así que en resumidas cuentas, o vas desde muy temprano y te quedas ahí todo el día… o la fila…
“¿Qué? ¡Otra vez!”
Pero ok, digamos que te hartas de las filas, lo tuyo lo tuyo no es ir a las conferencias y prefieres gastar toda la herencia de la abuela en coleccionables. Sólo ten en cuenta que:
2.- ¿No te gustan los cómics? Entonces no es tu convención.
Este no es tanto mi caso, pero déjenme elaborar mi punto: Si eres otaku o lo tuyo es más lo referente al séptimo arte, el cosplay o los videojuegos, entonces no sé que estas haciendo aquí.
Resulta que -al igual que todas las demás convenciones, así como las de México- en la Comic-Con hay cientos y cientos de stands, PERO -al igual que todas las demás convenciones, así como las de México- la mayoría están llenos de mercancía que cualquier día del año puedes conseguir (a veces hasta más barato) por Internet. Eso sí, hay las tiendas especializadas en cómics, que gustosas te venderán aquel ejemplar ultra raro-primera impresión-autografiado-de X autor/dibujante antes de que se hiciera famoso. Pero te va a costar, y mucho.
Hasta esos cómics de Superman contra su dentista, te saldrán en un ojo de la cara.
Ahora, si bien existe uno que otro coleccionable sobre cine, en realidad casi todo gira en torno a los cómics y la ciencia ficción, así que no encontrarás gashapones de tu anime favorito, ni tiendas que vendan pelucas para tu cosplay o esa réplica exacta de El Halcón Maltés.
Hay también los famosos “Coleccionables exclusivos”, que son artículos de colección que “únicamente se venden en Comic-Con”, los cuales se vuelven la moneda de cambio de todo tipo de especuladores dentro y fuera del evento, pues son -por ejemplo- figuras de acción que ahí se venden en 20 dólares, y una vez que se acaban, puedes conseguirlas ahí mismo por 60 dólares o afuera/en Internet por 100 dólares.
Como estas figuras de Deadpool en un camión de tacos, que ahí se vendieron en 50 dólares, y ahora por fuera se consiguen en 130 dólares.
Pero aún con todas estas cosas nefastas de el, sin duda, más importante evento geek del año, la principal razón por la que no me mato por ir es…
1.- No tengo [aún] nada que presumir.
Como narré anteriormente, gracias al Paella -quien aquella vez hasta se dio el lujo de ir a la premier de “Cowboys vs Aliens“- aprendí que no vale la pena asistir como “mortal” al evento cuando, como prensa, existe una mayor flexibilidad para acercarse a lo verdaderamente importante e irrepetible: “las noticias sobre lo próximo a salir”, las cuales se dan en conferencias o a puertas cerradas para medios, pues finalmente todo lo demás (coleccionables, mercancía, cosplayers) son valores conseguibles o repetibles en otros eventos.
Sin embargo, más importante aún, aunque la anterior experiencia fue una de las razones para fundar El Vortex y así poder regresar como Prensa Acreditada; y pese a que actualmente como medio ya somos más que “acreditables” (claro, mientras tengamos el dinero para pagar nuestro avión, hospedaje y alimentos), la verdad es que también espero volver ahí, cuando sea yo quien esté delante de las cámaras y micrófonos, contestando inquietudes sobre mi más reciente proyecto.
Eso es lo que quiero sea la Comic-Con para mí. Ya me vi.
Por lo pronto, mi interés se enfoca actualmente en Dragon-Con en Atlanta, donde aparentemente los cosplayers se divierten en verdad y donde espero poder el próximo año estarles contando mis experiencias. Dicho esto, me retiro hacia la salida donde… ¡Qué Demonios!