Si algo tuvimos en común todos los chicos que crecimos en los noventa, además de pasados vergonzosos en los que alguna vez cantamos una rola de Fey o Kabah, es que todos, absolutamente todos tuvimos obsesión por los reptiles gigantes, todos teníamos un dinosaurio favorito, coleccionábamos dinosaurios, comíamos, respirábamos y soñábamos con dinosaurios y todo esto gracias al señor John Hammond y su “Parque Jurásico”.
Basada en la novela del mismo nombre del autor de ciencia ficción Michael Crichton y realizada por el director más taquillero de aquella época, Steven Spielberg, Jurassic Park fue estrenada el verano del año 1993 y rápidamente se convirtió en la película más exitosa de la historia, hasta que años más tarde llego Leo DiCaprio con sus ojos azules y desbancó al poderoso T-Rex con Titanic. Pero mientras el romance protagonizado por Rose y Jack llegaba a nuestros corazones, los dinosaurios nos dieron rato para soñar, pues estoy segura que en algún momento de nuestras vidas todos quisimos ser paleontólogos.
Para ponerlos en mood aventurero les recordaré un poco de que va la historia.
Todo comienza cuando el millonario John Hammond después de exitosamente haber clonado dinosaurios trayendo la era prehistórica de vuelta, hace lo que cualquiera de nosotros haría: ¡Abrir un parque temático! Así es, un parque para presumir al mundo mis hermosos dinosaurios ¿o dinosaurias? En fin, después de un evento desafortunado en el que una persona termina siendo comida de velociraptor, los inversionistas socios de Hammond envían a un grupo de expertos a verificar que el parque sea seguro para abrir sus puertas al público. Por supuesto que no lo es y entre grandes montones de mierda de dinosaurio, Tiranosaurios que no aparecen, velociraptores que saben abrir puertas (más aterrador que zombies que abren puertas) y un grupo disfuncional de sobrevivientes, las cosas se tornan un poco estresantes, pero al final todos aprendemos una valiosa lección: si no nos movemos el T-Rex no puede vernos.
Jurassic Park no solamente lleno los sueños de miles de chicos alrededor del mundo, sino que marcó un antes y un después en el universo cinematográfico, logrando asombrar tanto al público como a los más grandes genios del cine y los efectos especiales, alguna vez hasta el mismo George Lucas dijo haberse conmovido hasta las lágrimas al ver lo que Spielberg había logrado y fue después de esta cinta que vio posible realizar las precuelas de su trilogía. Y es que aunque Crichton nos entrega una historia cautivadora, llena de asombro y emoción, fueron los efectos especiales los que hicieron de Parque Jurásico uno de los eventos fílmicos más importantes en la historia.
Detrás de la magia de JP se encuentra el genio y quizás el nombre más sonado en el mundo de los efectos especiales: Stan Winston, creador de los animatronics que dieron vida a los dinosaurios, que en mi opinión siguen siendo más reales e impresionantes que muchas criaturas del cine actual creadas por medio de CGI. Para la creación de los monstruos prehistóricos se usaron marionetas y robots gigantescos combinados con la magia de los efectos digitales logrando resultados fascinantes que hoy en día no dejan de sorprenderme.
Después de Jurassic Park la industria dio un salto adelante con la llegada del CGI y las marionetas quedaron en la historia, pero pocos han sido los que han logrado convencernos y asombrarnos como lo hicieron Winston y su equipo con estas magnificas criaturas.
Aquí un video del proceso que llevaba animar a los dinosaurios de Spielberg. Advertencia de Nerdgasmo, cuidado.
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Pasando el verano de 1993 era definitivo, los dinosaurios estaban de vuelta, alrededor del mundo chicos y grandes vivían la fiebre del Jurásico y del Triásico y Cretáceo y Jurassic Park no se limitó solamente a la pantalla grande, rápidamente las tiendas se inundaban con figuras de cada uno de los reptiles que aparecieron en la película.
La industria de los videojuegos no se quedo atrás y empresas como Ocean y Sega fueron los primeros en lanzar videojuegos derivados de la película, como este juego para Genesis titulado “Raptor Run” en el que podías ser un velociraptor corriendo por toda la isla y haciendo… bueno pues lo que hace un velociraptor; y como olvidar aquellos juegos de Arcade en los que subías a tu jeep y te dedicabas a dispararle a feroces velociraptores, de hecho en algunas plazas de la ciudad aún podemos encontrar estos juegos y revivir momentos felices de nuestra infancia.
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Nadie tenía suficiente de Jurassic Park y años más tarde llegaron dos secuelas: la segunda parte, Jurassic Park: The Lost World fue estrenada en 1997 rompiendo nuevamente récords de taquilla en su primer fin de semana de estreno y posteriormente Jurassic Park III en la que Spielberg dejo el rol de director a Joe Jhonston, convirtiéndose en la única parte de la trilogía en no ser dirigida por él, la historia tampoco es basada en la novela de Crichton y es la película de la franquicia que peor recepción del público ha tenido. Mucho se ha hablado de una cuarta parte pero hasta hoy nada esta confirmado ¿A ustedes les gustaría ?
Veinte años después, Jurassic Park sigue siendo parte importante de la historia del cine y de la vida de aquellos que crecimos con esta trilogía, para celebrar su 20° aniversario y entrar a la moda de revivir las películas ahora en 3D, los dinosaurios regresarán en agosto de este año a las salas de cine del mundo, aunque no soy fan del 3D y esta modita más bien me choca, debo admitir que volverla a ver en el cine me pone la piel chinita y sin dudas correré a verla más de una vez.
Me despido con la imagen de la escena más épica de los noventa.