Maléfica: Dueña del mal es la más reciente cinta live action de Disney que explota el lore y la iconografía de las cintas clásicas del estudio. Es además la segunda secuela de ésta nueva linea de clásico ré-imaginados después de la pseudo-saga de Alicia.
Para ésta cinta, Angelina Jolie regresa a un papel que le queda como anillo al dedo y nos entrega, de nuevo, una de las mejores (y muy libre) adaptaciones de personajes de cuentos de hadas.
Buen elenco, buenos efectos e incluso un subtexto politicoide muy adhoc al contexto social que se vive en muchas partes del mundo, Maléfica: Dueña del Mal no termina de adherir sus elementos en algo que supere a su primera entrega.
Maléfica se ve bien y actúa bien
El aspecto más disfrutable de la cinta es el visual sin duda alguna. Sin descubrir el hilo negro ni reinventar la rueda, Maleficent: Mistress of Evil cuenta con una combinación de efectos especiales prácticos y digitales bastante decente que se complementan y ayudan a crear un mundo, por lo menos, constante consigo mismo.
Las actuaciones de Angelina Jolie y Michelle Pfeiffer en los lados opuestos de la narrativa es bastante buena. Siempre es agradable ver actrices de la talla de éstas dos veteranas mostrando que se comprometen con un personaje.
Aunque Maléfica: Dueña del Mal no pretende tener el guión más profundo, por lo menos vemos un desarrollo de personajes balanceado con sus protagonista y antagonista.
Sin giros de trama, la historia se resuelve de forma satisfactoria y sencilla. Ésto nos gusta unicamente en favor de los más pequeños o los más cansados, pues la cinta no se complica y entrega una narrativa lineal que no necesita más.
Una película mala de una mala nada mala
Quizás se deba a la saturación de películas live action de Disney (éste año ya vimos Dumbo, Aladdin y El Rey León) pero Maléfica 2 a éstas alturas del año nos tomó con las expectativas muy bajas.
Aunque se separa del resto de las adaptaciones por su “guión original“, éste se encuentra plagado de lugares tan comunes, que al minuto 10 de la cinta ya puedes adivinar el desenlace.
Mitad comedia romántica, mitad cuento de hadas, con unas pizcas de épica medieval y saborizante artificial de crítica social al racismo y la segregación, la segunda cinta enfocada en Maléfica no sólo cambia la perspectiva del cuento original de la Bella Durmiente sino que fácilmente pudo ser llamada de otra forma pues salvo los nombres y referencias a la entrega anterior, ésta historia nada tiene que ver ya con su fuente de inspiración.
Maléfica no es mala y su película tampoco, pero a duras penas es memorable, no hay melodías que le definan ni secuencias de acción que se queden con el espectador.