El Museo Ghibli fue inaugurado el 1 de octubre de 2001, y está ubicado en el parque Inokashira de Mitaka en Tokio. Fue creado por Hayao Miyazaki, quien lo hizo no para glorificar más sus películas, sino que buscaba un museo interesante donde te lleves una gran riqueza espiritual al salir.
Este museo se adentra totalmente en las películas de Miyazaki, en primer lugar por el lugar donde se encuentra. Como se mencionó, está dentro de un parque, pero es un lugar boscoso rodeado totalmente de naturaleza, y al llegar puedes encontrarte con el guardián quien es un robot soldado de El castillo en el cielo.
En segundo lugar, aunque pareciera que vas a perderte entre el color verde, para nada pasará eso, ya que en la recepción del lugar además del gran guardián el enorme, Totoro estará ahí para recibirte con su enorme sonrisa que tanto amamos, ¿No es hermoso? Por supuesto que sí.
Después comenzarás a adentrarte en lo mágico de este museo, cuando lo mires cubrirse por la maleza del bosque; es como si vieras el mismísimo castillo vagabundo, ya que es un diseño de Hayao Miyazaki; lo hizo como si estuvieran creando un nuevo filme.
Pero si piensan que es un lugar caro, no lo es ya que está diseñado para disfrute y no para explotación de dinero como lo es Disneyland. Los precios son los siguientes:
- 11 euros para adultos (191 pesos mexicanos)
- 8 euros para niños de 13 a 18 años (140 pesos mexicanos)
- 5 euros entre 6 y 12 años (87 pesos mexicanos)
- 1,50 euros si tienen entre 4 y 6 años (26 pesos mexicanos)
- Los menores de 4 años entran gratis
Con horarios de:
- 10.00 am
- 12.00 am
- 14.00 pm
- 16.00 pm
Deben buscar sus boletos con anticipación, ya que vuelan por la demanda que tiene el museo. Mucha gente desea vivir la experiencia y de seguro algunos han ido más de una vez. Esto requiere de mes y medio de reservación. Una vez que entras puedes quedarte ahí hasta su hora de cierre (18.00 pm), y los tickets sólo se consiguen en línea a través de Ticket.
Este lugar está lleno de sonrisas en cada sala, posiblemente te contagias de toda la energía que produce experimentar cada exhibición. Te muestran cómo es el proceso de animación en este grandioso estudio, esto para dar la bienvenida a los que ingresan.
Si los usuarios desean seguir recorriendo el museo, pueden subir por la gran escalera de caracol, y llegar a una sala donde proyectan algunos proyectos, como Mei and the Kittenbus, esta niña hermosa de Mi vecino Tototo.
Vas de película en película fantaseando y viviendo una gran experiencia, pero eso no es todo, Miyazaki creó un lugar que es igual a su escritorio, donde imagina y comienza a formar las cintas que todos amamos, ¿Cómo no salir inspirado y con ganas de dedicarse a la animación? Es algo impresionante el corazón que está puesto en este lugar.
No se necesita ser niño para disfrutar este lugar, más bien debes tener sacar a tu niño interno y sólo así cumplirás el sueño de su creador: que salgas diferente a como llegaste, con un nuevo espíritu y actitud positiva.