Pelón y Cabezón, dos zombis mexicanísimos

¿Quién dijo que no hay productos originales en México? Con la avalancha de contenidos norteamericanos sobre nuestras cabezas el 90% del tiempo, echar ojo a lo que se está haciendo en el país de vez en cuando puede llegar a sorprender por la frescura de su propuesta. Este es el caso de Pelón y Cabezón, tira cómica sobre zombis a cargo de Héctor García y Antonio Soto.

Con motivo del Rock Show of the Dead, evento organizado por El Vortex en el foro del Comics Rock Show, Héctor nos ha contado su perspectiva sobre introducir un producto mexicano sobre zombis en un mercado saturado en el cual predomina el survival horror y el exploitation.

Al preguntarle ¿por qué zombis? Ha contestado honestamente que nunca antes se había interesado por el tema y no era aficionado de los no muertos en realidad. La parte truculenta de Pelón y Cabezón no recae en respetar los clichés canónicos del mito del zombi y he ahí su riqueza.

Cuando se piensa en esta figuración nuestra mente automáticamente busca las referencias más próximas, es decir, las más inmediatas, aquellas que culturalmente nos han acostumbrado a identificar a un zombi por tener tales y cuales características.

En el web cómic de García y Soto se encuentra un desafío muy grande que apenas ha sido explorado por el resto de proyectos nacionales de la misma temática. Y es que los creadores de Pelón y Cabezón no tienen la intención de adaptar un mito contemporáneamente norteamericano a lectores de una república bananera, por el contrario, demuestran con clásico humor mexicano que el mito del zombi no sólo es reinterpretado sino transgredido y transformado.

La premisa de la historieta va de un par de muertos vivientes que están más sorprendidos por su condición de monitos de cómic, que de ser zombis. Al recorrer los paneles de sus aventuras y peripecias, aparecen otros personajes que ayudan a dar cohesión a la historia, como el Mimo Merolico y Eutanasio,”El Juan Camaney del Infierno”, villanos encargados de hacer imposible la “no-vida” de Pelón y Cabezón.

Otros personajes son la mosquita zombi y Doña Pelos, ésta última surgió como inspiración de Héctor de acuerdo a vivencias suyas. Doña Pelos es una fritanguera que caza zombis específicamente y usa hierbas o verduras para atacar. En lo personal he reído mucho con este personaje y la he llegado a comparar con Buffy la cazavampiros, exceptuando por su villanía, claro. Y cómo olvidar el divertido crossover con Tate, el niño de dos cabezas, historieta de Beto Chiñas.

Hector acepta que no intenta descifrar el hilo negro del mundo ni mucho menos ser tan crítico con respecto al contexto social actual, sino más bien hacer homenaje a las historias cotidianas de los mexicanos humorísticamente, como sucede cuando ambos personajes son corridos de sus tumbas por no pagar su arrendamiento y deciden huir a Acapulco a olvidarse de sus problemas mientras toman el sol, conocen chicas y si se puede, comer turistas.

Diseñador gráfico e Ilustrador de profesión, el ganador del concurso de cómic “La familia Burrón” en el 2000, confiesa que el muro más grande con el que se ha topado han sido los puristas del mito zombi, quienes intentan demeritar su trabajo por no entrar en los parámetros de lo que para ellos un zombi debe ser. Sin embargo Pelón y Cabezón no existe para dar continuidad a la hegemonía cultural norteamericana sobre el mito, sino en todo caso para marcar un estándar de elocuencia e hilaridad a proyectos zombis nacionales, un poco recordando cuando El Santo peleó contra estos seres.

Característico por un tono menos pulp que kitsch, Pelón y Cabezón rescata una época de nostalgia eminentemente mexicana y la reinserta en una sociedad cuyos lectores comienzan a buscar alternativas divertidas con las cuales se puedan sentir identificados y entretenidos, sea por sus chistes locales, por la calidad de sus trazos o simplemente porque no es otra historieta de zombis cualquiera, por lo cual bien vale la pena leerla y reír, pues para eso está hecha y doy fe que cumple su función.