Por Dr. Jabberwocky.
Mucho antes que las invasiones extraterrestres se vieran plagadas de efectos especiales y CGI, hubo conspiraciones, tensión y horror ante un universo inhóspito y desconocido. La leyenda “la verdad está allá afuera/The truth is out there” hizo eco de los tiempos dorados en la ciencia ficción.
Heredera indiscutible de The Twilight Zone y la ciencia ficción seria, The X-Files marcó a una generación sumida en la penumbra y la incertidumbre de cara al nuevo milenio. A la par que las teorías sobre el fin del mundo se hicieron populares, una especie de horror menos barroco y más psicológico se hizo presente.
Durante 9 temporadas al aire y una primera -y no menos excelente- cinta en 1998, los agentes del FBI, Fox Mulder y Dana Scully lucharon por saber la “verdad”. En sus caminos se encontraron con monstruos y fenómenos paranormales inexplicables y también con extraterrestres y conspiradores.
Desde investigar los eventos de Tunguska y Roswell, hasta actuar en subtramas complementarias como las del “aceite negro”, el “cáncer negro” y los super soldados, la pareja más famosa de los 90 logró desentrañar más misterios que revelaciones, como la abducción; los humanos genéticamente alterados y las incubadoras extraterrestres; todo como un plan de colonización extraterrestre que en teoría habría de ocurrir en diciembre de 2012.
Pese a tener uno de los más apestosos finales televisivos “ever“y una segunda entrega fílmica débil que evitó en lo posible abordar los eventos tras el último episodio, el creador de la legendaria serie, Chris Carter, anunció a principios de año que la serie continuaría en formato de cómic gracias a la editorial IDW, siguiendo de esta forma la tendencia de series como Buffy the Vampire Slayer, Angel, Charmed, Xena: Warrior Princess y Smallville.
Sorprendentemente el primer número resulta familiar y cómodo a pesar de la falta de profundidad y perspectiva en la ilustración de Michael Walsh. A decir verdad sus trazos son algo toscos y su apariencia es retro, como si se tratara de una historieta clásica, y aunque en teoría debería hacernos sentir como peces en el agua -el hombre está dibujando una serie de los 90-, no alcanza a envolvernos en las sombras que hacían del ambiente de The X-Files una puesta en escena misteriosa y siniestra. Aun así, el dibujo de los personajes es bastante aceptable pues no deja de ser ilustración, pero tampoco es un negativo fotográfico.
Sin embargo éste es quizá uno de los pocos defectos. La historia abre con ambos personajes viviendo domésticamente, lejos de la acción y con identidades nuevas. La linealidad de la historia nos recuerda al montaje de la serie en el cual al iniciar un episodio apreciábamos una escena que nos introducía al suspenso. Quienes pertenecemos al séquito de los “creyentes” y crecimos con los Expedientes X, incluso podemos escuchar el tema principal, sin evitar por supuesto los escalofríos de la niñez -tenía 11 años cuando la vi por primera vez-.
Los problemas llegan muy pronto a las vidas de Mulder y Scully, pues parecía inevitable que Walter Skinner (quien ahora es Subdirector) llegara tocando a su puerta con un tema referente a los innombrables expedientes de los cuales estaban a cargo antes de ser despedidos del FBI. Las voces de David Duchovny (Mulder), Gillian Anderson (Scully) y Mitch Pileggi (Skinner) claramente resuenan en los oídos y sin caer en cuenta se escapa una sonrisa de nostalgia.
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La primera parte de cinco no alcanza a contar mucho, mas la historia a cargo de Joe Harris y Chris Carter es lo suficientemente potente como para hacernos fuertes expectativas sobre lo que viene y aunque esta re-introducción actúa en todo caso como uno de los capítulos stand alone de la serie en los cuales los agentes se enfrentaban al monstruo de la semana, es sin duda un preparativo para la insertar nuevamente a los fanáticos dentro de ese mundo extraño, mas no por ello ajeno.
Quizá hasta este punto el único sinsabor es la aparente desconexión de los eventos ocurridos con la segunda cinta, I want to believe (2008); aunque muchos habríamos preferido esta continuación a la secuela sin pensarlo dos veces. Tampoco hay una profundización mayor en la compleja mitología de la serie, lo cual es normal si tomamos en cuenta que se trata del primer número y tanto Harris como Walsh necesitan acostumbrarse al tono y al ritmo de los misteriosos Expedientes X, antes de contestar algunas preguntas con respecto a la continuidad.
The X-Files Season 10 #1 actúa como una afortunada introducción que no costará tanto trabajo de entender a los nuevos lectores -además de ser una lectura excepcional-, pero a la larga será necesario se empapen de la serie y su mitología si es que se planea traer de vuelta a los conspiradores y dar así respuestas a una colonización que en teoría debió haber ocurrido hace seis meses y medio. Tal como Fox Mulder, “Quiero creer” en The X-Files Season 10.