Probablemente hayas escuchado alguna vez que pocas cosas pueden ser observadas al estar en órbita desde el espacio, pero sin duda la primera que nos llega a la mente es La Gran Muralla China. Esta creencia se ha vuelto prácticamente un canon entre los datos curiosos que toda persona tiene, sin embargo –y lamentablemente–, mis queridos amigos, permítanme decirles que esto es sólo un mito.
Pero vamos, no hay que ver esto de mala manera, pues bastó un sólo segundo para imaginarnos flotando en el espacio y contemplar como sobre una masa continental se veía una serpiente de piedra iluminada por miles de luces de principio a fin durante la noche. Son los mitos y esa imaginación lo que vuelve a las cosas grandes, situaciones cotidianas fácilmente explicables, en un hecho fantástico que se quedará en nuestras mentes por un tiempo, o bien que pueden durar lo suficiente para volverse una leyenda trascendental.
La Gran Muralla China, sirvió durante mucho tiempo como un medio de contención para los mongoles hacia los territorios de la antigua China y para mostrar el poderío de los imperios de antaño y nada más ¿O no?
Pues ahora prepárense porque una de esas leyendas ha engullido el propósito original de La Gran Muralla China y lo ha convertido en una obra de fantasía llena de mucha acción y suspenso, proyectada en la pantalla grande.
De una aventura por la fortuna a un conflicto incidental…
Una tercia de mercenarios se aventura cabalgando en una tierra árida y peligrosa con un objetivo en común. No obstante dichos peligros se hacen presentes de inmediato al ser perseguidos por un grupo de bandidos que quieren arrebatarles algo más que el dinero. Pero tras una movimiento coordinado la tercia se esconde tras unos pilares de roca y logran despistar a sus persecutores; estos siguen su camino perdiéndose en las cálidas arenas del desierto hacia un rumbo incierto.
La noche cae antes de lo previsto y aquellos mercenarios deciden acampar cerca de un cañón. Mientras intercambiaban historias y compartían la comida, un ruido extraño llega a oídos de William (Matt Damon). Los tres se ponen en alerta y un viento ominoso apaga la fogata. Ante la incertidumbre de la oscuridad, los tres entran en pánico por unos segundos, pero desenfundan sus espadas y esperan aquello que los acecha.
Los rugidos se escuchan más próximos y de repente atacan a uno de ellos haciéndolo trizas y dejando sus restos en las cercanías. Uno de los dos que quedaba pudo prevenir el ataque siguiente y con una serie de tajos de su espada logra matar a la criatura que buscaba devorarlos.
El cielo esclarece con la luna y ahora es visible lo que habían matado. William (Matt Damon) y Tovar (Pedro Pascal) se miraron entre si intrigados sobre aquello que yacía en el suelo. Muerto. Emprendieron su marcha hacia su destino por la mañana y tras andar se encontraron con una construcción enorme que se extendía casi hasta las nubes y a lo largo parecía infinita. Bloques sobre bloques, se alzaba una pared infranqueable de un color oscuro, en su cúspide una hilera de coloridos guerreros que amenazaban a los aventureros; cuestionándoles sobre sus intenciones. Cuando estaban a punto de responder, aquellos bandidos que les daban caza aparecieron por detrás, sedientos de sangre. La única opción de Will y Tovar fue aventurarse hacia la muralla, poniéndose a merced de los guerreros que custodiaban la misma.
Dentro de los calabozos, ambos aventureros fueron llevados ante los generales que custodiaban la muralla. Cada uno con una función, pero el mayor de ellos era quien decidía lo que pasaba a los extranjeros que se atrevían a cruzar la muralla, la costumbre: una muerte segura. ¿Será ese su final?
Una misión secreta está por develarse. Un mal ancestral amenaza a la existencia en el planeta. Un duelo entre la ambición y la supervivencia. Los aventureros deberán decidir cuál es la mejor opción. El destino es sólo el comienzo del viaje en un mundo fantástico oculto para los ojos del hombre promedio.
Una leyenda frenéticamente colorida
El filme cuenta con una buena integración entre el cine asiático y el cine hollywoodense. De alguna manera esta hibridación fusionó lo mejor de los dos mundos: Por un lado el folclor de la cultura China y por el otro la calidad de efectos especiales utilizados en el cine norteamericano.
Cuenta (por decirlo así) con una paleta de colores muy atractiva. Lo cual es vital para las escenas de acción y en las batallas, permite fácilmente identificar los roles principales de cada uno de los guerreros. Además las armaduras de los custodios de la muralla están increíbles, cada una representa una función pero además parece como si cada aspecto de ellas, cada placa, cada coraza contara una historia; los props empleados son majestuosos. Lo mismo podría referir de el CGI empleado, se ve de manera natural y atractiva perfectamente adecuado en la interacción con los personajes.
Por otra parte es difícil escapar de los clichés propios del cine norteamericano, las escenas pueden resultar predecibles, algunos fallos en el argumento vuelven la situación más lógica y ventajosa en un absurdo. Respecto a los personajes, puedo afirmar que les faltó un poco más de profundidad para volverlos realmente relevantes en el desarrollo de la –ya de por si– escasa trama; esto los vuelve poco entrañables y hace que resulten irrelevantes, pese a las escenas donde intentan hacerlos lucir.
De cualquier manera, la película cumple con el objetivo claro de entretener, con los altibajos en el ritmo y la sensación de que todo ocurre sólamente en una pequeña porción de la muralla.
¿Qué les parece? ¿Se les antoja verla? Es recomendable así que ¡Adelante!
¡He aquí los trailers!
Trailer 1:
Trailer 2:
Ficha técnica:
Director: Yimou Zhang
Escritores: Carlo Bernard (screenplay), Doug Miro (screenplay), Max Brooks (Historia), Edward Zwick (Historia), Marshall Herskovitz (Historia)
Actores: Matt Damon, Tian Jing, Pedro Pascal, Willem Dafoe.