La exitosa serie criminal de la BBC, Sherlock, puede ser descrita con una sola palabra: magistral. Prácticamente todos conocen al detective más famoso del mundo: creado por Sir Arthur Conan Doyle, Sherlock Holmes es un londinense con habilidades deductivas extraordinarias. Nacido en la literatura de finales del siglo XIX, este personaje ha sobrevivido a los estragos del tiempo en parte gracias a las diversas adaptaciones a las que ha sido sometido, siendo una de las más recientes Sherlock, la serie creada por Steven Moffat y Mark Gatiss. |
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La serie no “ocurre” a finales de los 1800, sino que la BBC dio un paso hacia adelante al cambiar el marco temporal de las historias de Holmes, adaptándolas a los tiempos modernos, con todos los cambios sociales, políticos y tecnológicos que eso conlleva; esto abre las posibilidades a relatos más elaborados y complejos, dado que Sherlock —y el elemento criminal— cuentan con mayores recursos para cumplir sus cometidos. Dichas historias usualmente involucran diferentes partes (o pistas) de un misterio, aparentemente inconexas; Holmes se dedica a resolver dicho misterio y por supuesto, no podía faltar su siempre leal ayudante: el doctor John Watson. Esta pareja asiste en la solución de varios enigmas, sean estos de índole criminal o no, ya que Sherlock solo resuelve los casos que desafían su intelecto, mientras que Watson lo ayuda en todo momento.
Una de las cualidades que hacen tan excepcional a esta serie es su reparto. Los papeles principales son interpretados por Benedict Cumberbatch (Sherlock) y Martin Freeman (Watson). La interacción entre ambos actores es sumamente fluida y natural, Cumberbatch y Freeman se complementan muy bien entre sí, dando como resultado escenas con el perfecto tono emocional, inclusive cómicas cuando se lo proponen. El resto del elenco también cumple su parte, pero evidentemente son Sherlock y Watson quienes siempre se “roban la cámara”.
No todo se le puede adjudicar a los actores. Los episodios son escritos magistralmente (sí, otra vez esa palabra) por Steven Moffat, Stephen Thompson y Mark Gatiss, los cuales logran la mezcla perfecta entre intriga y comedia para la serie dramática/criminal de hora y media de duración. Las historias están basadas en los relatos de Sherlock Holmes, pero adaptadas libremente para ajustarlas a la época actual; sería un desatino intentar trasladar la historia a los tiempos modernos intentando apegarse estrictamente a los escritos de Conan Doyle, ya que muchas de las circunstancias presentadas en los textos de finales del siglo XIX/principios del XX ya no son vigentes. Eso sí, para los admiradores de los libros, los escritores de la BBC agregan muchísimas referencias a éstos en cada capítulo. Otro punto a favor de los guionistas son los procesos mentales de Sherlock, los cuales son representados a través de ingeniosas metáforas visuales para deleite (y ‘trolleo’) del espectador, agregándole dinamismo a escenas que podrían ser poco fluidas.
Algo curioso, como ya había mencionado, es la duración de los episodios, que es de hora y media. Uno creería que es demasiado tiempo para un solo capítulo de cualquier serie, pero en este caso, es justo lo necesario para poder desarrollar la trama con el ritmo adecuado pero sin sacrificar la fluidez de la historia. El único inconveniente en términos de “duración” es la longitud de las temporadas, ya que, aunque se han emitido 3 hasta ahora, éstas solo abarcan tres episodios cada una, por lo que concluyen al poco tiempo de haber iniciado (y a veces la espera entre temporadas es demasiada, la última vez tardaron 2 años en el lanzamiento de nuevos episodios).
La música también es un elemento muy importante para la serie, ya que define claramente el tipo de situaciones a las que se enfrentan Holmes y Watson a lo largo de sus aventuras, así como las de las personas que los rodean, sean éstas las víctimas de un crimen, los criminales en cuestión o simplemente sus amigos. Inclusive Sherlock tiene un tema ya reconocido por todos sus admiradores, el cual no es el tema de entrada, pero se puede escuchar con mucha frecuencia a lo largo de toda la serie cuando la historia se enfoca en el detective y sus habilidades (me refiero a la composición que comenzó a sonar en cuanto comenzaron a leer este post). La música corre a cargo de David Arnold y Michael Price.
Hay que destacar que una de las cualidades de esta serie que atrae al espectador es la personalidad de Sherlock (dicho sea de paso, en 9 episodios se ha creado y profundizado en el carácter del personaje y se le ha dado un gran peso a la relación de éste con su mejor amigo, una relación que se fortalece con el transcurso del tiempo), quien se define a sí mismo como un “sociópata funcional”. Los diálogos, los planteamientos establecidos por los escritores, más los diferentes matices que aporta Cumberbatch a su actuación, hacen de esta serie una experiencia única; existen momentos de expectación, de comedia, de revelación, y todos se suceden e intercalan con una naturalidad poco común en las series de hoy en día. El éxito de Sherlock ha sido tal que incluso se ha intentado imitarla…
Elementary es la adaptación estadounidense de los trabajos de Conan Doyle, con Holmes viviendo y resolviendo crímenes en Nueva York, al lado de su compañera, la Dra. Watson; de igual forma los sucesos ocurren en tiempos actuales. Esta serie es una burda imitación de la británica y carece de todos los puntos fuertes que mencioné antes, es una serie policiaca más, de esas que abundan en televisión y de las que al parecer la gente no se cansa. Sherlock, interpretado por Jonny Lee Miller, realiza deducciones muy simples, a menudo erradas con el fin de alargar el episodio para que dure 45 minutos. Un fail total.
#SherlockLives
La tercera temporada de Sherlock ya se estrenó y terminó en México, cada episodio fue ejecutado hábilmente y se incluyó a Mary Morstan (Amanda Abbington) a la serie como la esposa de Watson (y algo más), una inclusión necesaria para el desarrollo personal del doctor.
El regreso de Sherlock, el casamiento de su mejor amigo y el chantaje a personas “poderosas” fueron los temas que se abordaron en esta temporada. No podría ahondar más en las cualidades que ya he descrito, ya que Sherlock regresó con esa excelencia que la caracteriza, y resumir los episodios sería tedioso tanto para mí como para ustedes. Destaco lo siguiente: los estándares de la serie no han disminuido; siguen habiendo infinidad de detalles alusivos al trabajo de Conan Doyle; como toda temporada, el final es un cliffhanger que se resolverá para la siguiente; finalmente, la temporada terminó como comenzó, ‘troleando’ al espectador. Esta temporada volvió a ser fresca como las anteriores y muy disfrutable, aunque para un servidor, el mejor episodio de toda la serie es “A Scandal in Belgravia”, con la participación de Lara Pulver como Irene Adler, cuya química con Cumberbatch, sin mencionar su actuación, son memorables.
Por todas las razones que mencioné (y tal vez por algunas que se me hayan olvidado), considero a Sherlock como una de las mejores series que puede ofrecer la televisión y la coloco al lado de Breaking Bad (sí, así de buena es).
Metal Warrior