Desde el reboot que realizó DC a todos sus cómics (The New 52), ha habido muchas sorpresas, sobre todo por el hecho de reescribir las historias de muchos superhéroes desde cero, dándoles un aspecto más fresco o una complejidad que antes no tenían. Un caso que no está muy sujeto a esta regla es el título de Batman, al cual no se le modificó mucho su mitología porque trata de uno de los personajes más sólidos con los que cuenta DC. Sin embargo, Scott Snyder ha convertido el título del Caballero Oscuro en un fenómeno de épicas proporciones gracias a la maestría con que ejecuta sus historias.
Antes de tomar las riendas de Batman, Snyder ya había escrito dos historias acerca de la maldad que acecha a Gotham, las dos ubicadas antes del New 52: la miniserie de Batman: Gates of Gotham y un run de casi un año en Detective Comics, en la saga que actualmente se comercializa como The Black Mirror. Ambas tienen como protagonista a Dick Grayson en su papel de Batman, y aunque hubiera preferido a Bruce Wayne, las historias son excelentes.
En The Black Mirror, el hermano de Barbara Gordon —James Gordon, Jr.— hace su triunfal aparición, pintándolo no como el mal encarnado, sino como un sociópata sumamente desligado de toda emoción humana, aparentemente; el problema con este personaje es que nadie tiene la certeza de que sea un asesino. Snyder enfocó esta historia más hacia el comisionado Gordon —debido a las conflictivas emociones que experimenta cuando su hijo regresa a su vida— y mantiene al lector preguntándose si el comisionado está siendo paranoico o si en realidad su hijo es un homicida sin escrúpulos.
Eso es lo que hace tan magistrales las historias de Snyder, el hecho de que juega con las mentes y emociones de los personajes, sobre todo utilizando el miedo como eje central: El miedo de Gordon a su hijo en The Black Mirror; el miedo que siente Batman al estar atrapado en un laberinto sin salida en The Court of Owls; el miedo que experimentan todos los miembros de la familia de Batman —él incluido— por el regreso de Joker en Death of the Family.
Además de convertir a sus personajes en personas ligeramente inestables mentalmente, el ritmo de las historias que Snyder cuenta es el adecuado, no son trepidantes al punto de sentir que terminaron muy rápido, ni tampoco son lentas como para que uno se aburra de repente. Eso sí, el relato lo tiene a uno pegado a las páginas del cómic, tanto así que se desea que ya pase un mes para leer que pasará a continuación.
Una de las razones por las que creo que Snyder está teniendo tanto éxito en Batman es porque nos muestra a un Bruce Wayne que es falible, que no siempre tiene la razón. Sigue siendo el mejor detective del mundo y sigue siendo Batman, pero nunca tendrá las respuestas para todo y nunca será capaz de salvar a todo el mundo, por más que se esfuerce (*cof* Damian *cof*). Otra razón por la que Batman tiene tanto éxito es porque el talentosísimo Greg Capullo está a cargo de los trazos, pero eso no viene a cuento para este artículo.
Otro punto a favor de Snyder son los villanos que maneja. Permítanme explicarles.
Batman es un superhéroe increíble, que no solo destaca por su destreza y habilidad física, sino que también tiene una mente aguda y preparada para indagar y resolver muchos de los casos en los que se involucra, es decir, podría describirse a Batman —haciendo una burda analogía— como una máquina altamente eficiente e imparable. Para que a Batman se le presenten retos dignos de ser narrados, debe de haber una fuerza opuesta a él que sea capaz de ponerlo contra las cuerdas.
Así es como Snyder ha manejado a Batman, proporcionándole villanos que definitivamente son un desafío para él, un desafío que podría costarle la vida si llegara a perder. Ya mencioné que Batman fue atrapado en un laberinto por la Corte de los Búhos; en dicho laberinto, Wayne sufrió de extensa tortura psicológica. La Corte no solo quería matar al Caballero de la Noche, también intentaba quebrar su espíritu como ya lo había hecho con decenas de personas antes.
En The City of Owls, la Corte aprovecha que Batman está malherido para mandar a un pequeño ejército de guerreros —denominados Garras— a matar a las figuras más importantes de Gotham, tanto social como políticamente. Batman se vio ligeramente abrumado por el ataque de las Garras, pero demostró mayor astucia e ingenio y logró derrotarlas, pero la amenaza de la Corte sigue estando ahí, esperando para hacerse presente de nuevo.
En Death of the Family, después de un año de ausencia (en tiempo cómic), regresa el némesis por excelencia de Batman: Joker. Snyder no solo pintó al payaso como el retorcido psicópata que es, sino que además lo hizo sumamente ingenioso, capaz de estar a la altura de Batman por el hecho de conocerlo demasiado bien. Aunado a esto, Batman no podía pensar tan claramente —como siempre lo hace— por el hecho de que le tiene miedo a Joker, un miedo que no lo vuelve irracional pero si nubla un poco su juicio.
Como verán, Snyder no busca ponerle retos fáciles a Batman, lo que busca es llevarlo hasta los límites para ver si se quiebra o si supera la mayor de las adversidades.
Las historias de Scott Snyder están plagadas de ingenio, suspenso e intriga, todo a expensas de Batman, y aparentemente este escritor piensa algo a futuro, lo que quiere decir que ya sabe cómo va a torturar al defensor de Gotham en los próximos meses. La saga de los Búhos me sorprendió, crear villanos desde cero y darles un alto estatus en el mundo del cómic en tan poco tiempo. Death of the Family me dejó anonadado por el tratamiento que se le dio a la locura de Joker. No puedo esperar para ver que más le tiene preparado Snyder al Caballero de la Noche.
Metal Warrior