Por Dr. Jabberwocky.
Después de una larguísima espera, la anticipada En la oscuridad Star Trek no decepciona en absoluto. No cabe duda que J.J. Abrams se ha hecho de un gran renombre entre los directores de cine actuales ya que sólo hay tres palabras para describir esta cinta dirigida por él: Roba el aliento.
Cuando de esta franquicia se trata siempre he sido un tanto escéptico, quizá porque soy neófito en la materia. He de confesar que mi único acercamiento a la tripulación del USS Enterprise antes de En la oscuridad, fue con la cinta de 2009, en la cual la historia resultó una reinterpretación de la continuidad original.
Lo curioso de la cinta actual es que no es necesario haber visto los filmes anteriores (ni siquiera el de 2009) o las series de TV para entenderla. En este sentido, haber visto la película previa sólo sirve para contextualizar la historia de los personajes, pues aunque siguen la misma sucesión de eventos, En la oscuridad no necesita de introducción alguna.
La tripulación del USS Enterprise logra satisfacer a cinéfilos y fanáticos por igual, pues pese a que muchos no la consideran perfecta -yo sí-, Abrams logra traernos un filme sólido, coherente y sin pretensiones (a diferencia de su entrega anterior, Star Trek).
La trama trata sobre las repercusiones de los ataques terroristas por parte del misterioso John Harrison (Benedict Cumberbatch) a la Flota Estelar. Tras dichos eventos le es ordenado al Capitán Kirk (Chris Pine) matar al traidor, quien se ha refugiado en Kronos, planeta de los Klingon. Tripulada por Spock, Sulu, Uhura, Chekov, la Dra. Carol Marcus y el Dr. McCoy (Scotty los alcanza después), la Enterprise parte rumbo su destino, no sin que ciertos secretos sean revelados durante la misión y sus lealtades se vean comprometidas.
A diferencia de cintas como Blade Runner o la trilogía de Matrix donde la civilización se halla en distopía, En la oscuridad presenta a la Tierra como el lugar idóneo para vivir en armonía. Visualmente la arquitectura monumental presentada en San Francisco y Londres es de pronto apabullante, puede hacernos creer que la sociedad puede convertirse en una estructura perfecta, muy a pesar de estar frente a una ficción -es demasiado bueno para ser cierto-.
Dado que no todo puede ser color de rosa, la presencia de Harrison termina por revelar las mentiras de la Flota Estelar. La actuación de Cumberbatch se caracteriza especialmente por ser mordaz y sobresale en cada momento que se encuentra a cuadro -por favor ¿quién no llegó a imaginar una épica pelea entre él y Darth Vader?-.
Se rumoró durante bastante tiempo la verdadera identidad del personaje interpretado por el actor de Sherlock, sin embargo cuando la verdad fue revelada estoy seguro que no sólo los fans se estremecieron -yo mismo creo haberme hecho pipí, resaltando que no soy fan de la franquicia-.
Por su parte la relación de Kirk y Spock logra madurar más allá de las expectativas. Hacia el final del filme Spock se vuelve en cierta forma más humano y su vínculo con Kirk trasciende el respeto para basarse en el amor fraternal, especialmente tras el evento causante de la venganza de Spock contra Harrison.
En la oscuridad tiene momentos cómicos así como secuencias de acción y drama que se configuran en una profunda red de intrigas, las cuales dejan entrever la hipocresía de la aparentemente perfecta humanidad aun en el futuro. Pese a ello la tripulación de la Enterprise rescata el punto más noble y virtuoso de la sociedad: la familia.
En cierta forma un homenaje a Wrath of Khan y a The New Generation, los diálogos son fieles a la franquicia entera; mención honorífica merece la bien lograda labor de Roberto Orci, Alex Kurtzman y el siempre genial Damon Lindelof, quienes lograron ahondar un poco más en la psicología y el desarrollo de los personajes, principalmente del Sr. Spock y la Teniente Uhura, aunque toda la tripulación tiene momentos brillantes en general.
Pareciera que abusaron un poco de los reflejos en la lente durante la post-producción, sin embargo los efectos visuales combinados con la dirección de cámara en las secuencias de acción son ágiles, pulcros, detallados y llenos de adrenalina -no recordaba una sensación así desde la primera secuencia de Casino Royale en 2006-, logran hacer sentir al espectador como si fuese parte de la cinta; asimismo la música de Michael Giacchino es sin duda uno de los mejores tributos a la franquicia hallados en el filme.
El mensaje de Abrams no suple la visión de Gene Roddenberry (el creador), sólo la confirma. Al final la familia es lo único que queda, incluso en los confines del universo y durante la hora más difícil. La familia puede ofrecernos consuelo, provocar nuestras más complejas venganzas y también cuestionarnos con una sinceridad casi ascética: ¿en qué creer? Y ¿en quién creer? En la oscuridad Star Trek no nos lleva sólo al espacio inhóspito, también al enceguecedor abismo de la fe.