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‘Los cuentos de Beedle el Bardo’

TAMASHI |

Después de leer los siete libros de Harry Potter (y de ver todas las películas), me quedé con ganas de saber más sobre ese increíble universo y, por ello, decidí leer Cuentos de Beedle el Bardo (Tales of Beedle, the Bard), publicado en 2008. En la introducción, J.K. Rowling explica que las historias de Beedle no se parecen a las de los muggles, pues aunque también resaltan la virtud y castigan la maldad, en los cuentos de Beedle nos encontramos con héroes y heroínas que puede hacer magia por sí mismos, y, a pesar de ello, les es difícil resolver sus problemas como a nosotros. La autora recalca que los cuentos de Beedle han ayudado a generaciones de magos que ya son padres para explicar un hecho doloroso de la vida a sus hijos pequeños: “la magia puede ayudar a solucionar problemas, pero también los puede causar.”

De Beedle el Bardo se sabe muy poco. Los únicos datos oficiales que se tienen, es que vivió en el siglo XV, que nació en Yorkshire y que tenía una barba excepcionalmente exuberante. Le caían bien los muggles (a quienes consideraba ignorantes, más no malévolos), no confiaba en la Magia Negra y los héroes que triunfaban en sus cuentos no eran los que poseían un gran poder mágico, sino aquellos que demostraban bondad, sentido común e ingenio. El libro cuenta también con comentarios y aclaraciones por parte del profesor Albus Dumbledore.

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Una semblanza de Beedle el Bardo.

Cuentos de Beedle el Bardo contiene cinco historias: “El mago y el caldero saltarín”, “La fuente de la buena fortuna”, “El corazón peludo del hechicero”, “Babbitty Rabbitty y su cepa carcajeante” y “El cuento de los tres hermanos”. Para no ser spoiler, solamente mencionaré lo más relevante de cada uno de ellos. Comencemos:

  • El mago y el caldero saltarín

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Hace tiempo, un hechicero utilizaba su magia para ayudar a sus vecinos a resolver sus problemas, a través de pociones mágicas que hacía con su caldero. Desafortunadamente, el hechicero murió y le heredó a su único hijo todas sus herramientas y su sabiduría. No obstante, el muchacho no tenía el más mínimo interés de ayudarle a sus vecinos. Para su mala suerte, cada vez que llegaba alguien a pedirle ayuda y él se rehusaba, el caldero de su padre se transformaba en los problemas y enfermedades de la gente (por ejemplo, empezó a generar babosas desagradables) y lo peor: no dejaba al joven mago en paz. Lo perseguía a todas partes.

En los comentarios del profesor Dumbledore, se menciona que este cuento tiene varias versiones, ya que no todos los magos estuvieron de acuerdo en que se simpatizara con los muggles. A mediados del siglo XVI, se hizo otra versión donde el caldero defiende al mago de sus vecinos y se los traga. Al final de la historia, el mago le ordena a su caldero regresar a sus víctimas, a quienes eructa desde sus profundidades, ya un poco destrozadas.

Siglos después, Beatrix Bloxam, autora del infame libro Cuentos de la Seta Venenosa (Toadstool Tales), retomó varios cuentos viejos (incluyendo los de Beedle) y los reescribió de acuerdo a sus ideologías, pues ella sentía que los cuentos de Beedle tocaban temas no aptos para niños como la muerte, la enfermedad y las erupciones repugnantes.

  • La fuente de la buena fortuna

Esta fuente estaba protegida por altos muros y una magia muy fuerte, pero todos aseguraban que cumplía deseos. Hombres y mujeres, ricos y pobres, jóvenes y viejos, de los medios mágicos y no mágicos, acudían a ella, pero antes tenían que poder entrar a un jardín. Entre la multitud, se encontraban tres brujas: Asha, quien padecía una enfermedad incurable. Ella le pediría a la fuente una cura y una vida llena de felicidad. La otra bruja era Altheda, quien estaba en bancarrota, ya que un hechicero malvado le había robado su hogar, su oro y su varita. Ella le pediría a la fuente que la liberara de la pobreza. Por último, estaba Amata, a quien le habían roto el corazón. Ella esperaba que la fuente la relevara de su pena y anhelo. Lo que las tres brujas no sabían era que tendrían que enfrentar grandes obstáculos para que la fuente les concediera sus deseos.

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Dumbledore comenta que, antes de que él fuera director de Hogwarts, el profesor de herbolaria, pero gran entusiasta por el arte dramático, Herbert Beery, hizo una obra de teatro de este cuento, la cual terminó siendo un rotundo fracaso. Igualmente, menciona que Lucius Malfoy le mandó una carta para pedirle que retiraran el cuento de las bibliotecas de Hogwarts porque promovía el matrimonio entre magos y muggles. Obviamente, Dumbledore se rehusó y le contestó: “Las denominadas familias de sangre pura mantienen su presunta pureza por renegar, desterrar o mentir sobre los muggles o hijos de muggles en sus árboles genealógicos. Luego tratan de imponer su hipocresía sobre el resto de nosotros porque nos piden prohibir obras que tratan de las verdades que niegan.” ¡Hasta en el mundo mágico había discriminación, caray!

  •  El corazón peludo del hechicero

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Había una vez un hechicero guapo y rico quien, al ver que sus amigos perdían su dignidad al enamorarse, juró que jamás él entregaría su corazón a ninguna doncella. Por ello, empleó las artes oscuras para garantizar su inmunidad: encerró su propio corazón en un cofre, el cual a través de los años, se marchitó y se llenó de cabello.

Un día, el hechicero escuchó a dos de sus sirvientes mofándose de él por ser incapaz de tener una esposa que lo amara, por lo que el hechicero cambió de opinión y decidió contraer nupcias. No obstante, su esposa debía ser superior a todas las demás. Debía poseer una asombrosa belleza, ser de linaje mágico y ser igual de rica que él. Después de 50 años de búsqueda, por fin el hechicero encontró a la doncella ideal: una bruja con gran talento y con mucho oro. Su belleza era tal, que cualquier hombre se enamoraría de ella… excepto él. A pesar de contar con todas las cualidades que el hechicero buscaba, él no sentía nada por ella. ¿Qué hacer, entonces?

El profesor Dumbledore menciona que, a diferencia de los dos cuentos anteriores donde se resalta la generosidad, la tolerancia y el amor, El corazón peludo del hechicero es uno de los cuentos más crueles de Beedle, por lo que muchos padres se lo cuentan a sus hijos hasta que consideran que tienen la edad suficiente para no sufrir pesadillas. No obstante, este relato se ha mantenido intacto a través de los siglos porque habla sobre ese lado oscuro que todos tenemos y porque toca una de las tentaciones más grandes y menos reconocidas de la magia: la búsqueda de la invulnerabilidad. Gracias a esta historia, la expresión “tener un corazón peludo” en el mundo mágico significa ser una persona fría y sin sentimientos. Es así que, recientemente, el libro de autoayuda El Corazón Peludo: Una guía a los magos que no se comprometen ha superado las listas de bestsellers.

  • Babbitty Rabbitty y su cepa carcajeante

Este cuento me recordó un poco a El traje nuevo del emperador de Hans Christian Andersen. Había una vez un rey sumamente estúpido que perseguía a las brujas y a los hechiceros. Su sueño era poder hacer magia como ellos, pero ninguno se ofrecía a enseñarle. Un día, un charlatán llegó a su palacio y se hizo pasar por hechicero haciendo trucos muy sencillos. Después de hacer ver al rey como tonto agitando ramas de árbol y diciendo rimas sin sentido, el charlatán pensaba darse a la fuga con todo el oro del rey, pero Babbitty, la lavandera del palacio, lo había estado observando y sabía que él no era un mago de verdad. El rey, al ver que después de las lecciones seguía sin poder hacer magia, amenazó al charlatán y le dijo que haría un festín en su palacio para demostrar sus poderes mágicos, y que si sus invitados se burlaban de él, inmediatamente lo mandaría decapitar. El charlatán, asustado, hizo un trato con Babbitty para que le ayudara; de lo contrario, le diría al rey que ella era una bruja. Si quieren saber qué pasó después, tienen que leer el libro.

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En los comentarios de Albus Dumbledore, él menciona que gracias a esta historia, se descubrió que la magia es incapaz de resucitar a los muertos. Sin embargo, en Babbitty Rabbitty y su cepa carcajeante vemos una de las primeras menciones literarias de un animago, pues Babbitty  posee  la capacidad  de transformarse en un animal a su antojo. También se recalca que para poseer el don de la magia, se debe nacer con ella. Es imposible que un muggle se transforme en un mago a través de unas cuantas clases. (Tal vez Hermione es la excepción a la regla). Asimismo, Dumbledore señala que hay algunas incoherencias en este cuento, pues los animagos no pueden hablar, así que lo más probable es que Beedle nunca haya conocido a uno en persona: “Esto, como todo escolar sabe, es la diferencia fundamental entre ser un animago y transfigurarse a sí mismo en un animal”, recalca.

Otro aspecto importante es que en los tiempos de Beedle (seis siglos atrás), la maldición Cruciatus todavía no era considerada ilegal por el Ministerio de Magia (esta maldición, junto con Avada Kedavra e Imperius fueron clasificadas por primera vez como “Imperdonables” en 1717); por ello, Babbitty amenaza con lanzarle esa maldición al rey sin temor a ser detenida o castigada por la ley.

  • El cuento de los tres hermanos

Un día, tres hermanos se encontraron con la Muerte, quien premió su astucia por haber construido un puente para atravesar un río, ya que de no haber sido así, ellos hubieran fallecido. El hermano mayor le pidió una varita poderosa, capaz de matar a cualquiera y el segundo, pidió una piedra con la cual pudiera revivir a los muertos. El tercer hermano, un poco más listo y humilde, no confiaba en la Muerte, así que le pidió un objeto para que ella no lo pudiera seguir: una capa invisible. Sin embargo, en esta historia se nos dice que, por más intentos que hagamos, nunca podremos escapar de la muerte.

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Como potterhead que soy, ya sólo me falta leer las crónicas que recién publicó J.K. Rowling y el libro del cual se hará un spin-off: Animales fantásticos y dónde encontrarlos, pero siempre extrañaré esa época en la que esperaba con ansias el libro, y después la película de una de las sagas que marcaron tanto mi infancia como mi adolescencia.

¿Cuál cuento les gustó más? No olviden dejar comentarios y seguirnos en nuestras redes sociales.

Happy Harry Potter Day!

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