Por: Rwddael
Todos se subieron al tren, todos sacaron boleto y pese a las particulares reservas que pueda tener cualquiera –ya sea en cuestión de forma, color o desempeño– la nueva generación, el siguiente gran paso de la industria ya está dado. 3 de marzo de este año reinicia la cuenta y el ciclo ¿por qué? Porque lo hizo Nintendo, otra vez.
A menudo es difícil imaginar que esos sujetos tan bien vestidos –pareciera que su peor enemigo asesora su imagen– sean los artífices de nuestras ilusiones y esperanzas, sin embargo no hay duda, la presentación respondió dudas, cerró bocas y también hizo promesas. No importa que nos hayan repetido como 6 veces la lista de configuraciones y controles de la Switch, no importó la acartonada participación de algunos de ellos; lo realmente significativo fue la historia que da sustento a esta nueva consola.
[youtube_sc url=”https://youtu.be/FMeqp2ZUF6E”]
Hablar de la herencia genética de todas las consolas de Nintendo juntas en una sola es alucinante y fue en ese momento cuando comprendí que el punto más fuerte de Switch es el diseño exquisito de sus mecánicas con respecto a su propuesta de control. ¿Soy acaso el único que piensa que se la MARIOMAMARON con la sensación selectiva de los controles? ¿En serio podremos olvidarnos de la genérica vibración y decirle hola a experiencias sensoriales más complejas a través de otros sentidos? Yo confío en que sí, pese a que los agentes de Gates digan cosas como:
-¿Para qué quiere uno eso si existe Kinect?
Pues para tener una experiencia más precisa pero a la vez con un feel clásico, también entra en juego la imaginación y el hecho de que Nintendo siempre ha apostado por el juego social, compartido, entre cuates, presentes casi siempre. No podremos determinar nada hasta que pongamos nuestras manos en esos preciosos mandos.
Después de ponernos gorro con los juegos de palabras (“voy a a hacer switch con esta persona…”), fueron las imágenes las que nos regresaron al asombro. Ahí estaba, el mero chingón: Mario. Los que jugamos Mario 64 tuvimos una inevitable regresión y nuestros corazones se desbordaron en nostalgia, estuvimos ante el perfecto sucesor del rey de las plataformas, esta vez en mundos tan desconcertantes que no sabemos exactamente de qué va a ir esta nueva odisea.
Sólo nos queda esperar un poco más -y ahorrar un chingo, porque mi predicción son diez de los grandes, para marzo el dólar estará en 27 rupias-, porque ya quiero saber qué rayos hace Mario en una ciudad tipo New York, quiero recorrer esas pistas de extrañas formas en el nuevo Mario Kart, me pregunto cómo será la sensación de velocidad del próximo F -Zero y definitivamente quiero explorar ese maravilloso mundo en Breath of the Wild.