Tras siete años desde el estreno de la película 300, ahora nos llega una “secuela” que nadie esperaba pero que de igual forma todos irán a ver. 300: Rise of an Empire (300: El Nacimiento de un Imperio) se estrenó el viernes pasado en las salas de cine, siendo prácticamente el único filme atractivo para adolescentes y adultos en taquilla durante el fin de semana.
A pesar de la publicidad con la que se ha promocionado a la película, 300: Rise no es la continuación de la batalla entre las fuerzas de Jerjes y los espartanos. De hecho, es una historia paralela cuyos protagonistas son los griegos —liderados por Temístocles— y toma lugar antes, durante y después de los eventos narrados en 300. Mientras se libraba la batalla de las Termópilas entre el ejército persa y los espartanos, la fuerza naval persa se enfrentó contra la griega en la batalla de Artemisio; después de dicha batalla y del triunfo de Jerjes en las Puertas Calientes, tuvo lugar la batalla de Salamina, también de índole naval. El nuevo filme nos muestra su interpretación de dichos enfrentamientos navales.
Entre los personajes del filme anterior que podemos ver en el nuevo destacan la Reina Gorgo (Lena Headey), Dilios (David Wenham), Jerjes (Rodrigo Santoro) y Efialtes (Andrew Tiernan), pero su participación es mínima, casi rayando en cameos. Simplificando, el filme trata de Temístocles (Sullivan Stapleton) y las fuerzas griegas contra Artemisia (Eva Green) y las fuerzas persas; un juego del gato y el ratón donde el líder de cada ejército debe superar en ingenio a su homólogo. Stapleton y Green son los protagonistas de la película, con los demás personajes en la periferia de la misma, quienes solo sirven como un vínculo entre el filme de Zack Snyder y el de Noam Murro; no esperen volver a ver a los espartanos escarmentando a los persas, eso ya ocurrió hace siete años.
Las actuaciones de los (pocos) personajes son decentes, con Eva Green destacando por su papel de femme fatale, una antagonista que sí se involucra en la batalla (al contrario del aburrido Jerjes), Artemisia demuestra ser la villana debido a su odio hacia los griegos, su despiadada crueldad y su carácter templado y fuerte. Si son fans de la actriz, tienen que ver esta película. Además, las mejores escenas de acción la involucran a ella debido a las grandes habilidades que su personaje posee en el combate.
La fotografía es similar a la de 300, con varias escenas de acción repletas de sangre y muchos hombres semidesnudos. El tono del filme, literalmente, es más oscuro que el de su predecesor: mientras que en 300 los escenarios eran de una tonalidad sepia, en 300: Rise son de tonos azules y grises, disminuyendo mucho el contraste entre la sangre derramada y los escenarios. En síntesis, la sangre no destaca tanto como antes, además de que su patrón de rocío/salpicadura es mucho menos llamativo.
El score del filme también es bueno, con varios temas instrumentales apropiados para las batallas y derramamientos de sangre presentados a nuestros ojos (y oídos), pero carece de ese componente “rudo” que caracterizaba a los espartanos en las Termópilas. Aun así, el tema del encuentro final destaca entre los demás y no carece de la intensidad necesaria para acompañar a la sensación de esperanza para los griegos.
300 está basado en la novela gráfica homónima de Frank Miller. 300: Rise también está basado en una obra del autor, pero, curiosamente, ésta no ha sido publicada todavía; lleva por título Xerxes, es una miniserie de 5 cómics que el escritor inició hace alrededor de cuatro años pero que se quedó en la fase de producción debido a los diversos compromisos laborales de Miller. Hasta el momento, no hay fecha de publicación para Xerxes.
300: Rise of an Empire es una película disfrutable, a pesar de no superar en ningún aspecto a su predecesora —con excepción de la actuación de Eva Green—, se extrañó sobre todo la narración de Dilios, cuyas evocaciones hacían más especial su relato, aunque alguien más toma su lugar como narrador de las batallas de Temístocles. Las escenas de acción son fluidas aunque un poco limitadas y el final deja lugar para una secuela, si decide hacerse, aunque considero que eso sería algo excesivo dado que estas películas se relacionan sobre todo en el ámbito circunstancial y no más allá.
Metal Warrior