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Después de 4 años, Dreamworks Animation por fin estrenó la segunda parte de Cómo Entrenar a tu Dragón, la cual llegó recientemente a los cines.
Antes de hablar de la película, permítanme hacer mención a la serie Dragones: Jinetes/Defensores de Berk. Esta serie narra las aventuras de Hipo y sus amigos tras la nueva hermandad que han formado con los dragones, es decir, justo después de la primer película de la franquicia. Dragones explora el mundo de Berk, ahonda en las dificultades que representa el cambio en la vida tanto de vikingos como de dragones, abre las posibilidades a varias aventuras mostrándonos diferentes tipos de criaturas aladas, y presenta a algunos antagonistas para hacer más rica la trama.
A pesar de lo anterior, Dragones abarca únicamente el futuro inmediato posterior al primer filme. La serie creada originalmente para Cartoon Network es de gran calidad y con una trama sólida, pero no contiene ningún elemento al que se haga referencia fuera de la misma; es una buena pieza para complementar el universo de esta franquicia de Dreamworks, pero no es necesario haberla visto para comprender al segundo filme.
Cómo Entrenar a tu Dragón 2 ocurre varios años después del primer filme. Los vikingos ya se han ajustado a una vida con dragones como acompañantes, la paz reina en Berk y sobre todo, Hipo se ha convertido —a ojos de los demás— en uno de los mejores vikingos de la historia. El problema radica en que el joven protagonista no está seguro de poder cumplir las grandes expectativas depositadas en él.
Esta película nos muestra a nuevos personajes, destacando la madre de Hipo, Valka, quien le da frescura a la trama dado que ella es una amplia conocedora de los dragones; además, es uno de los ejes sobre los que gira la historia, tanto para Hipo como para su padre Estoico. El segundo personaje importante que el filme introduce es Drago, el villano que busca esclavizar a hombres y dragones por igual debido a su resentimiento contra estos últimos; ya saben, el loco conquistador con aires de grandeza de siempre.
Con lo anterior dicho, la trama no es difícil de descifrar. La primer parte del filme trata sobre aventura y descubrimiento, mientras que la segunda va de conflicto y desesperación —obviamente, en términos de una película infantil— con un enfrentamiento entre dragones que desemboca en uno de los momentos más tristes de la cinta; no pienso ‘spoilear’, solo puedo decir que el encuentro duró muy poco. Es a raíz de este suceso que Hipo tiene que tomar una decisión: dejar que todo siga su curso, o creer en sí mismo.
Dragón 2 cuenta con personajes creíbles, ya que no son perfectos, son humanos, con las fallas que esto conlleva, siendo la necedad una muy recurrente a lo largo de la historia. Los gags son suficientes, con Chimuelo y los amigos de Hipo haciendo reír a los espectadores, aunque creo que abusaron un poco con el gag de Brutilda. Finalmente, la música —a cargo de John Powell de nuevo— vuelve a ser majestuosa, el compositor adaptó los temas de la primer película y los convirtió en temas originales propios para la segunda, un poco más “serios”, adecuados para el tono narrativo de la misma; harto recomendable:
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Con un ritmo rápido que hará que no perciban el pasar del tiempo, Dragón 2 es una película entretenida, divertida, emotiva, llena de acción y le da el mensaje a los niños de creer en sí mismos. Algunas cintas de Dreamworks Animation usualmente obtienen una recepción tibia a lo sumo, pero los filmes de Cómo Entrenar a tu Dragón son de lo mejor con lo que cuenta el estudio; ya solo resta esperar a la tercera parte de la franquicia, que se estrenará en el 2016. Si no han visto la película, ¿qué están esperando?
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