Dicen que una imagen vale más de mil palabras y, en el cine, es un dicho que constantemente se reafirma. Hace pocos días, me dejé cautivar por un cartel sumamente llamativo: George Clooney en la dirección, los hermanos Coen como guionistas e incluso contaba con las actuaciones de Matt –me pierdo en todos lados– Damon, Julianne Moore y Oscar Issac; con semejantes talentos unidos, era obvio que tenía que ver este filme, pero cuando llegó el momento, caí en la cuenta de que nada era lo que parecía y no precisamente para bien.
Estrenada el pasado 24 de noviembre, Suburbicon es un intento de película que, si bien no se puede calificar de mala, es un desastre inconsistente que no lleva a ningún sitio, y de la cual intentaré responder ¿Dónde se fue todo al demonio?
Un poco de contexto
Suburbicon es un tranquilo lugar para vivir, con escuelas, hospitales y vecinos que bien podrían salir en comerciales –y lo hacen–, un lugar soñado. La historia comienza con la llegada de los Mayers, familia afroamericana que, para sorpresa, no hace ninguna gracia a esta comunidad blanca. Sin embargo, nuestra línea principal sigue a los Gardner, vecinos de los Mayers quien en una noche se ven atracados, noche en la cual la esposa de Mr. Gardner (Matt Damon) es asesinada.
Lo lógico sería comenzar con una historia de venganza ¿no? Pues no, mis queridos lectores, esta historia es un poco especial, y con ello me refiero a que es un caos de entender, así que vamos por partes y, si aun no la han visto y están dispuestos a arriesgarse, dejen la lectura aquí pues tendremos spoilers.
Muchas opciones, poco sentido
Como iba diciendo las Gardner son el centro de nuestra historia, en especial el hijo de la familia: el pequeño Nicky quien después de perder a su madre, comienza a notar algo extraño en su familia. Tras el funeral, su tío lo aconseja de confiar en él de una manera inusual, su tía se muda con su padre y su padre… es el sujeto más extraño de todos, en una mezcla de ira, tristeza y misterio. Pronto es involucrado a la formula un oficial de policía que parece estar siguiendo el caso y persiguiendo a los dos acusados que no son identificados por su padre. Mientras tanto en la casa de a lado los vecinos comienzan a organizarse para hacer imposible la vida de los Mayers, desde vigilancia, cambiar los precios o incluso cánticos.
Al tener múltiples hilos argumentales, uno esperaría ver que, de alguna manera, estos se fueran uniendo, más por la forma en la que abre la cinta uniendo el comercial, la llegada de los Mayers y la presentación de los Gardner. Pero después de eso, la relación es casi nula, más allá de existir en el mismo lugar.
La trama policiaca aparece cerca de 10 minutos para no volver, la trama del tío sufre de igual suerte y de los Mayers solo funciona como pretexto para cambiar de escenas y dar una transición temporal entre secuencias. Es entendible que no se desarrollen algunos puntos, que incluso se dejen volando, pero resulta extraño que ocurra cuando en cintas como No country for an old men (también escrita por los Coen), donde la estructura es la misma, las piezas SI se junten cual Tetris llegado el momento correcto.
Demasiado surrealista para ser verdad
Y es que, si bien Suburbicon cuenta una historia y muestra una crítica a la sociedad, falla en ambos casos por la forma en la que van estableciendo los hechos y su forma de hacerlo.
Vayamos primero con la crítica. El poblado es una referencia a la forma en la que nos venden la vida americana –rozando la perfección– y también ataca la discriminación y racismo descontrolado. El hecho de tenerlo como un elemento que se integra como parte de tu contexto, ayuda, pero se vuelve poco relevante ya que, si lo removiéramos del filme, este no perdería nada; por ponerlo simple, esta historia nunca tiene relación alguna con la trama central más allá de ser la casa de junto.
Por el contrario, la historia criminal y de misterio que presenta el asesinato de Mrs. Gardner se ve afectado por el aire surrealista que permea a la cinta. Todo lo que pasa parece demasiado inverosímil, es decir, nunca terminas de creer lo que ocurre, los personajes parecieran salidos de un chiste y se comportan de formas extrañas. Por más que quieran justificar y atar cabos conforme avanzan los hechos, las acciones y elementos introducidos dejan de cobrar sentido y solo se presentan como “lo que pasa a continuación”, justo como si fuera un comercial viejo.
Buenas actuaciones, malos personales
Sin embargo, las actuaciones resultan bien, o incluso diría adecuadas, pero es un tanto complicado de juzgar ya que todo el tiempo te encuentras confundido.
¿Qué es intencional y qué no? Esa es la verdadera pregunta, todos los papeles son desconcertantes. Damon da un sujeto que parece sufrir a momentos y en otros presenta un perfil de psicópata que, quiero pensar, era intencional. Moore sufre de la misma descripción, pero no lo hace nada mal. Incluso los niños funcionan para los propósitos de la narrativa.
El problema, entonces, radica en que los personajes, al igual que el lugar, suenan muy poco creíbles, no terminan por convencer de que actuarían de tal forma, a excepción de algunos, como el cobrador de seguros, pero estos que tiene alguna clase de consistencia, es porque no pasan mucho tiempo en pantalla.
¿Alguien pidió la música?
Si quisiéramos rematar la idea de lo extraño y poco verídico, entonces solo falta poner atención a los colores y el sonido.
Visualmente todo esta muy bien realizado para acentuar la época donde todo ocurre y la paleta de colores funciona, pues ayuda a reforzar la idea de estar en un comercial o en el universo de Bioshock o en un paraje de Fallout.
La música es otra historia. Es molesta, demasiado estridente y aunque debería acompañar las secuencias de forma sutil, esta colocada de manera en que no puedes evitar notarla conscientemente, llegando a preguntarte “¿de dónde viene ese sonido?”. Un fallo en todo sentido.
¿Falta o exceso de visión?
Podríamos decir que la dirección de Clooney no entendió del todo el guion de los Coen, aunque eso es especular. Si bien sabemos que esta pareja de escritores hace buenas obras, también es cierto que no es del todo fácil imaginar su trabajo donde muchas cosas corren. La cinta quiere abarcar mucho y termina por acertar en poco, intenta establecer un mundo surrealista, pero lo lleva muy lejos, trata de ser misteriosa y compleja, pero solo logra confundir, busca marcar sus momentos con la música, pero se vuelve incomoda.
No puedo recomendar esta película más allá de los que como yo, se dejen cautivar por los nombres que engalanan el poster. Este es el ejemplo perfecto para lo que pudo ser y no fue.