“Desde el inicio del universo, existió una fuerza que daba vida, pero también es una fuerza destructiva, y tú la llamaste, Jean.”
Han pasado ya 10 años desde que Apocalipsis destruyó el Cairo y los X-Men lograron detenerlo, desde ese momento se han vuelto figuras públicas, amados y respetados, cosa que Charles Xavier aprovecha poco a poco para hacer posibles sus objetivos de un mundo mejor donde mutantes y humanos puedan coexistir. Pero sólo es necesario un mal día para tirar todo lo que se ha logrado hasta ahora.
Después de una accidentada misión de rescate en el espacio, la X-woman, Jean Grey es atrapada por una extraña fuerza destructiva que no sólo la ayuda a sobrevivir al vacío, sino que aumenta sus ya poderosas habilidades, que lentamente hacen que pierda el control de sus acciones. Este extraño poder pone en jaque a los X-Men ya que las acciones de Jean la convierten en una peligrosa enemiga, causando un caos total al descubrir oscuros secretos sobre su pasado y el de Charles.
Todo se complica cuando una fuerza extraña trata de conseguir a toda costa el nuevo poder de Jean que incluso traen de vuelta a un viejo conocido en busca de venganza por la muerte de una vieja amiga.
El final de un largo camino
Han pasado casi 20 años desde la primera cinta de X-men, y el día de hoy hemos llegado al final del camino, con una cinta un tanto regular que nos hace añorar las antiguas películas, o incluso la primera generación que dio un segundo aire a esta franquicia, que el día de hoy ya está en manos de Kevin Feige y su UCM.
Dark Pheonix nos trae un cierre agridulce con peleas y personajes innecesarios, un conflicto flojo y personajes que son desperdiciados para dar paso a otros que apenas logran que nos encariñemos con ellos. Adicionalmente no siempre mas es mejor, poco a poco nos van saturando de personajes (principalmente mutantes) que poco aportan a la trama y terminan por saturarnos. La falta del elemento “humano” en la película termina afectándola también, con esto me refiero a que en películas pasadas, incluso en la primera trilogía el todo lo componían mutantes (buenos y malos) y humanos que aunque pocos, aportaban más a la historia. Entiendo que es una historia de mutantes, pero parte de la misma era precisamente el factor humano que ponía un contrapeso a la evolución que representaban los X-Men.
Las pocas cosas rescatables de esta película son la excelente música de Hans Zimmer y las peleas llenas de acción que esta franquicia ya nos tenían acostumbrados con buenas coreografías en las peleas, uel so inteligente de cada una de las habilidades de los personajes y los efectos especiales bien pulidos en este apartado.
Da un poco de tristeza que los mutantes hayan tenido un final tan pobre con esta cinta, incluso después de varios reshots que pudieron mejorar los problemas que anteriormente menciono dejando un final que si bien tiene algunas cosas con las que se puede defender, termina dándonos una amarga despedida.
Esperamos que al incluirlos en el UCM tengan un mejor trato del que se le ha dado al día de hoy.
Mutante y orgulloso.