Cada cierto tiempo en la distancia aparece una cinta de terror de la que todos -y por todos me refiero a gente cercana a mí, o bien los críticos a los que a la vez yo sigo- hablan, algunos premiando su originalidad mientras que otros intentan definir a bien si les gustó o sólo les causa esa tenue intriga que nos deja [clásico] ansiosos de haber podido conocer un poco más de trasfondo, o bien, de apretar ese tornillo que podría haber hecho de la trama algo más interesante.
En resumen, es lo que sentimos todos los que leímos los libros de Harry Potter al ver las películas
Es por ello que la chamba de quien se aprecie de ser un buen conocedor y crítico del tema [arroooooz] es tener que ver la maldita cosa para poder emitir una opinión, o en este caso, un breviario de conocimientos adquiridos, como el que…
4.- Aun hay conceptos interesantes por explotar en el género del terror
Hace un tiempo realicé un texto sobre como el ‘Found Footage’ estaba matando el cine de terror; mismo en el que también comentaba sobre la necesidad imperante de encontrar una nueva estrategia narrativa que mantuviera cautivos a la vez que aterrados a los espectadores.
[youtube_sc url=”https://www.youtube.com/watch?v=8L-T_EzZkZg”]Una cosa así como este video.
La idea de que sea toda una película narrada desde la perspectiva de un monitor en el que vemos cómo se desarrolla la trama a través de ventanas de Skype, programas de mensajería, y páginas web en un explorador resulta intrigante y fresca, excepto cuando…
3.-…un buen concepto no tiene por qué rendir para un largometraje
Justamente -si bien no es un problema- el concepto pronto se vuelve chocante, es decir, a los 10 minutos de película me di cuenta de la verdad: que pasaría la próxima hora viendo una pantalla de monitor en vez de cualquier otro tipo de locación mientras que la historia iría desenvolviéndose en tiempo real (o sea, sin mayores trasfondos ni nada que no pudiera revelarse gracias a un viejo e-mail o un video en Youtube).
Básicamente lo que veo todos los días, pero en pantalla gigante de cine.
Un concepto como este suena más antojable y rendidor en un cortometraje, no solo porque precisamente la trama de la cinta comienza a deambular y a extenderse sin sentido en repetidas ocasiones para lograr la marca de ser un largometraje, sino porque la incapacidad de no “ver mas allá” se vuelve frustrante ante la mencionada falta de más trasfondos que aten al fantasma vengador con los “chicos del chat de la muerte”.
Eso sin contar que la idea ya se había adaptado de cierto modo en cortometrajes no precisamente recientes:
[youtube_sc url=”https://www.youtube.com/watch?v=2uoAPMjen0Y”]
AUNQUE la verdad tengo que admitir que…
2.- Cuando hay interés para con el público, éste se demuestra
Un detalle que en verdad me llamó la atención y probablemente sea el punto más rescatable del film, es que Universal se tomó la molestia de que todos, TODOS los letreros, mensajes y conversaciones en pantalla estuvieran en español. Es decir, en lugar de que la chica respondiera dentro del chat en inglés y nosotros debajo de su mensaje viésemos la traducción al español de ese mensaje, simplemente la película está editada de tal forma, que aunque los personajes hablen en ingles (y bueno, eso si se subtitule), todo texto que aparece dentro del monitor (o sea, en pantalla) aparezca traducido desde el momento en que comienzan a escribirlo tal y como si de hecho fueran hispanohablantes los personajes.
“¡Ay Dios Mío!”
1.- Ser bully… ¿puede matarte?
De un tiempo para acá, el “Bullying” -mismo que ha existido desde la prehistoria cuando cavernícolas como Pedro Picapiedra se mofaba de su amigo Pablo- se ha vuelto un tema obligado en cuanto educación y sociedad. Siempre ha existido, y dependiendo del lado en el que se esté, así como de la entereza de cada persona, ha provocado desde grandes y terribles tragedias, hasta motivado a inmensurables genios a no rendirse; en otro orden de ideas y sin afán de menospreciar el problema, considero que para bien o para mal, ser “buleado” es parte de la vida, es lo que genera el carácter, y es precisamente lo que define si uno es o no una “buena persona”. Dicho esto, “Eliminar Amigo” me genera y no un conflicto: ¿Es válido o justificable suicidarse a causa de un video donde uno salga haciendo algún ridículo? ¿Son verdaderos “asesinos” aquellos que publicaron/compartieron dicho video considerando que es impensable que la otra parte no pueda superar la humillación y se quite la vida?
¿Qué onda con este vato entonces?
¿Acaso intuir que el presidente se mate tras tanta tontería que ha estelarizado ante las cámaras me convierte en criminal? ¿Volvería acaso de la tumba para exterminar a los millones de creadores de memes? Es decir ¿hasta qué punto son y no justificables los argumentos del espíritu chocarrero de esta película? Personalmente -e independientemente- de que me parece una exageración el haberse matado por un video online (pudiendo tomar, no sé, acciones legales o ya de plano pudiéndose cambiar el nombre y mudarse a otra ciudad, pues tampoco es como que TODO el globo terráqueo conozca cada video en internet), me parece aun peor que cobrara venganza contra pubertos imberbes cuyo único pecado es no ser lo suficientemente maduros como para apreciar el daño moral que se puede causar echando desmadre con los cuates.
En fin, dejando de lado todo el rollo sociológico y volviendo a “Eliminar amigo”, concluyo como inicié, difícilmente sería una cinta que vería entera de nuevo, aunque aprecio su concepto y su producción, más no así su narrativa. En síntesis: es “veíble” y únicamente recomendable para quienes la trama pueda sonarles interesante.