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Baby Driver: Dale play al motor

A recientes fechas el género de acción con tendencia a las persecuciones en vehículos a alta velocidad ha sido ofuscado por una saga de cintas, que si bien no son malas, han terminado por volver a este recurso algo que solo se cataloga como “espectáculo” que no puede lucir, ser sorprendente o contar una buena historia. Aun teniendo todos estos prejuicios en mente, es que me aventuré por la cinta Baby Driver o Baby: El aprendiz del Crimen por su burdo título al español y vaya agradable sorpresa que me llevé.

De mano del director Edgar Wright (conocido por Scott Pilgrim) está es una producción que estrenó el pasado 10 de Agosto y que con pocas proyecciones, puede ser una de las mejores elecciones que puedes hacer mientras aun esté En Cartelera.

Acelerando a fondo

Tras ser forzado a trabajar por el jefe criminal Doc (Kevin Spacey), Baby (Ansel Elgort) se verá involucrado en varios atracos donde él será el responsable del escape como el conductor.

Con un argumento sumamente sencillo es que la cinta nos introduce la que será la línea en todo momento, sin grandes giros argumentales pero con un buen desarrollo es que se nos va presentando la historia desde el punto de vista de Baby, quien a pesar de ser un actor relativamente joven en este tipo de cintas (Divergente) hace un muy buen papel y su personaje funciona en todo momento acompañado de un elenco con mucha experiencia.

baby driver

Kevin Spacey, Jon Hamm, Eiza Gonzáles, Jamie Foxx y Lily James juegan un excelente papel de co-estrellas y logran que sus personajes no solo queden como los secundarios y pasen a ser partes activas de las secuencias. Sin embargo, en el reparto existe un elemento que está presente más tiempo que cualquiera de los actores anteriormente mencionados: La música.

La canción correcta para el mood correcto

El soundtrack puede ser uno de los mejores aliados en una cinta y Edgar Wright lo sabe, pues, sin fallo en la ejecución, coloca cada una de las pistas para que acompañen el 90% de la cinta, es decir, en casi todo momento estarás escuchando una de las treinta pistas que integran la banda sonora, en su mayoría música licenciada.

¿No es malo este elemento o no cae en la saturación? No, y el secreto de que se convierta en una parte activa va en que, a diferencia de otras cintas, la música no sigue a la acción, sino que la acción sigue a la música y esto es especialmente notorio en las primeras secuencias donde el ritmo de la canción marca el ritmo de las acciones en escena, desde algo tan sencillo como repartir cafés en una mesa hasta los movimientos de Spacey, todo cae en su lugar y, con una vibra similar a un musical, la actuación y musicalización se muestran como uno.

 

Si quieres darte una probada, aquí tienes la lista de reproducción y enteras un poco de lo que hablo.

Acción al volante… o en la cámara

Otro de los méritos que Baby Driver se lleva es su trabajo en cámara y edición. Las persecuciones en autos son el fuerte y gran atractivo que se oferta desde el tráiler y, vistas en la gran pantalla, no son para menos.

Cuando Baby se pone al volante es como recordar aquellas primeras películas de El transportador pero con una mejor realización en cámara, pues los cortes y ritmo de las secuencias hacen que te mantengas al borde del asiento y no introducen momentos que vayan fuera de tiempo o corten el orden de eventos: todo fluye como debería, y como resultado tenemos una subida de adrenalina que te hace mantener expectante, en especial la última parte de la película la cual es una gran montaña rusa de drama y acción.

Y es que no es necesario tener una caja gigante persiguiéndote o un tanque aniquilando otros autos mientras cosas explotan a tu alrededor para convertir un escape en auto en algo memorable, demostrando así, que en este caso, menos es más y que, con una buena dirección, se puede entregar un producto bastante completo y si me lo preguntan, mucho más entretenido de ver –todos sabes quién otro estoy hablando–.

El futuro incierto

Ciertamente este no parece el inicio de una saga de películas donde cuenten las aventuras y desventuras de Baby, lo cual se agradece infinitamente, pues si las compañías se esforzaran por entregar mejores productos que funcionen en solitario y no que tengan que formar parte de un universo mayor, probablemente tendríamos mejores experiencias en las salas y menos momentos de revelación donde “todo parece cuadrar después de 3 entregas”.

Mucho me temo que esta sea una de las cintas que su estreno pasará sin mayor pena ni gloria, es un buen ejemplo de lo que podemos obtener en verano con los blockbusters y por lo menos para mí será una de las películas que más he disfrutado en lo que va del año.

Si tienes la oportunidad te aconsejo asistir a una de las proyecciones, pues no parece que vaya a durar mucho, pero si te animas, te podría asegurar que esta será una película, que si bien no cambiará tu vida, si te mantendrá en entretenido, emocionado y casi bailando en tu asiento durante los 112 minutos que Baby Driver tiene para ofrecer.

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