Encanto es la última producción de Disney Animation Studios en llegar a las salas de cine desde Frozen 2 y antes de que la pandemia de Coronavirus empujara a Raya, su anterior producción, a estrenarse vía Disney+.
Bajo la dirección de Byron Howard y Jared Bush, Encanto nos lleva a un pueblo ficticio en el corazón de Colombia… Aunque —ya ahondaremos en ello— bien podría estar ubicada en Venezuela, Guatemala, México, Honduras o básicamente (casi) cualquier país de América Latina.
Estamos ante un musical de Disney como hacia tiempo no veíamos uno, con una completa orientación hacia lo teatral que no sorprende al saber que detrás de los números musicales se encuentra el aclamado Lin Manuel Miranda.
¿De que trata Encanto?
La cinta tiene un argumento sencillo y un desarrollo clásico; “todos son especiales menos yo“. Encanto gira entorno a Mirabel Madrigal, una joven alegre y amorosa que pertenece a una familia por demás singular.
Los Madrigal son 2 generaciones de personas con “dones” cada uno especial y único; tenemos a la que puede curar con su comida, otra controla el clima con sus emociones, uno más ve el futuro… —pero no hablamos de Bruno—, otro habla con los animales, una es súper fuerte, hay también un cambia-formas, otra que tiene súper oído y la hermana de nuestra protagonista que es básicamente perfecta y hace crecer las flores.
La cosa es que nadie sabe por que Mirabel no tiene don y dado que toda la comunidad de “El Encanto” depende de alguna forma de la familia Madrigal, nuestra protagonista expresa una necesidad de sobre compensar su falta de súper poderes.
Un día, Mirabel tiene una visión y se da cuenta de que la magia de su familia corre peligro, así que emprenderá una búsqueda entre los secretos familiares, para intentar salvar su casa, su familia y a si misma.
LO ENCANTADOR
La trama es sencilla y está al alcance de toda la familia, no tiene giros complicados y sus personajes se integran muy bien entre si. El mundo planteado en Encanto es congruente consigo mismo y muy Disney.
Las canciones son animadas y llevan el hilo de la historia como toda película musical del estudio, cada una de ellas apartan al espectador por un momento y se vuelven videoclips musicales por merito propio.
Los problemas que enfrenta nuestra protagonista Mirabel son extremadamente identificables por el publico latinoamericano; las altas expectativas familiares, el favoritismo, la desigualdad entre hermanos, los secretos e intrigas y la presión de las figuras de autoridad, todos abordados desde una perspectiva de realismo mágico agringado.
De la animación no se podría pedir más, pues abraza el estilo tan característico y conocido de Disney, entregando un festival de colores, formas y texturas que simplemente no podría verse mejor.
LO DESENCANTADO
La mano del ratón se nota por toda la película, que si bien hace un gran esfuerzo por mostrar diversas culturas y formas de vida, tiembla y se queda corta al tratar con tibieza los problemas propios de aquellos a quienes quiere representar.
La diversidad y abundancia de personajes en Encanto tiene un doble filo pues apenas se nos presenta una embarradita de la personalidad y “encanto” de cada uno, resultando en un desperdicio de buenos elementos.
Si bien la animación es preciosa, se esta volviendo bastante repetitivo y cansado ver los mismos diseños una y otra vez, solo para que les cambien los tonos de piel y el peinado.
En el apartado musical, aún con la participación de Lin Manuel Miranda, Encanto no tiene una canción que sea LA CANCIÓN… No hay un “Recuérdame“, un “Let it Go“, un “Hakuna Matata“. Aunque hay temas bonitos como “Dos Oruguitas” y el tema principal de la cinta “Colombia, mi Encanto” es pegadiza, no esperen escucharlas en todas partes como otros temas de Disney.
Le quitaron lo bacano a Encanto
Uno de los puntos más fuertes del marketing para Encanto fue la del cast de voces; en su versión en inglés se eligieron a actores latinoamericanos o de ascendencia latina, mientras que en la versión en español la mayoría era de procedencia colombiana, hasta ahí todo bien ¿no?
Aunque es un gesto muy noble y congruente con el tema de la representación en el cine, las intenciones se vienen abajo cuando al ver la película notas que las actuaciones tienen un “doblaje español neutro“…
Con apenas un puñado de expresiones meramente colombianas y sin el color del acento tan característico de aquella región, Encanto termina por volverse una gran intención con un error muy grave de ejecución.
VEREDICTO
Encanto no es una mala película y sin duda nace de una muy buena intención. Su historia sin villanos explícitos pero con situaciones con las que cualquiera que haya tenido una familia grande puede identificarse es buena a secas y quizás ese sea su mayor problema.
Emotiva a ratos y con muchos guiños que lamentablemente se quedan en eso, guiños y nada más, Encanto pasará a la historia sin ton ni son a pesar de todos sus buenos elementos.