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La historia de Castlevania: Época Clásica —primera parte

Cuando la primera entrega de la saga Castlevania salió en 1986, fue de las primeras obras pensadas para formato casero en mostrar una propuesta algo más madura y obscura de lo que se acostumbraba para entonces.

Después de todo, encarnas a un cazador de monstruos, que armado únicamente con un látigo debe adentrarse a un macabro castillo, habitado por un ejército de pesadilla, para así poder derrotar a un vampiro inmortal, nada menos que Drácula, quien en esta encarnación es mucho más peligroso que nunca.

A pesar de su atípica propuesta, el juego tuvo un gran éxito, lo que no es de sorprender, ya que lo tenía prácticamente todo: buenos gráficos para la época, dificultad elevada pero por lo general justa, una premisa interesante, un esquema de controles novedoso y una magnífica banda sonora.

Y aunque a lo largo de su historia la saga conservó todos estos elementos, al mismo tiempo se reinventó a sí misma en cada entrega, lo que le permitió conservar su relevancia a lo largo de más de dos décadas, hasta el 2008, cuando para muchos se publicó el último Castlevania verdadero.

Sin temor a equivocarme, creo que puedo decir que Castlevania es una de las franquicias de videojuegos más importantes de todos los tiempos, con miles de aficionados repartidos a lo largo del mundo, que sigue siendo relevante a pesar de todo por lo que ha pasado durante este tiempo.

Es por eso que en El Vortex pensamos que sería una buena idea dedicarle a esta saga una serie de artículos enfocados en sus juegos, y qué mejor fecha para hacerlo que durante el mes de octubre.

La historia de Castlevania: Época Clásica primera parte
Castlevania o el “Castillo más allá del bosque”

Como podrás imaginar, analizar una saga tan longeva no es tarea sencilla, de ahí el que se haya tomado la decisión de dividir este análisis en tres partes: Época Clásica, Época Metroidvania y Época Postkonami.

Un último apunte antes de continuar. Los juegos se presentan en orden cronológico, y la primer fecha que acompaña a cada título es su año de salida, mientras que la segunda corresponde al año en el que se ubica su historia, que está llena de saltos temporales y es todo excepto lineal.

Sin más rodeos, comencemos con la primera de estas etapas y veamos qué juegos la conforman.

Castlevania (1986/1691)

También conocido en Japón como Akumajō Dorakyura, o el Castillo Demoniaco de Drácula, fue el título que lo inicio todo, y en contra de lo que se suele pensar, no fue publicado para la Famicom, sino para un periférico suyo llamado Famicom Disk System, que reproducía juegos en formato disquete.

De ahí fue porteado por Konami a un gran número de sistemas, como Arcade VS, Commodore Amiga, NES e incluso la computadora MSX 2, y que fue una especie de remaster/remake del título original, ya que contaba con mejores gráficos y sonido, así como un par de mecánicas nuevas.

También es de mencionar el juego Haunted Castle, exclusivo para arcade y publicado en 1988, que es otra reinterpretación del juego original, solo que con gráficos mucho más elaborados, cambios en historia y gameplay, y una dificultad muchísimo mayor.

Hablando ya del juego, en él controlamos a Simon Belmont, miembro de un legendario clan de cazadores de monstruos, y que es el único que pude detener a Drácula y destruir su castillo, el que por cierto lleva por nombre “Castlevania” y que más adelante cobraría relevancia en el canon de la serie.

Al tratarse del primer juego de la franquicia, introdujo los elementos básicos que se repetirían a lo largo de la saga, como que Drácula es el villano principal, las velas destruibles, el uso de armas secundarias, que la munición de estas fueran corazones, objetos ocultos en muros, y un largo etc.

También fue el primero en establecer el esquema de controles, en especial la mecánica del “rebote”, y que consiste en que si somos golpeados por algún enemigo o sus proyectiles, saldremos despedidos sin control hacia atrás, muy probablemente cayendo por algún agujero.

Y claro, aquí fue donde se asentó que cada entrega debía contar con estupenda música, de hecho, la banda sonora de la franquicia bien da para que se le analice por separado. No es que lo vaya hacer aquí, por supuesto.

Como decía antes, tu objetivo es llegar hasta el Salón del Trono de Drácula, que está ubicado en la torre más alta de Castlevania, y que se ha convertido en un escenario icónico en los videojuegos, teniendo presencia incluso en títulos como Super Smash Bros. Ultimate.

Pero para lograr esto, primero debes recorrer las diferentes secciones que componen el castillo y derrotar a varios monstruos de las películas clásicas de horror, como la criatura de Frankenstein, momias, criaturas de la Laguna Negra e incluso a la mismísima Muerte en persona.

Y para ello no cuentas más que con tu arma, un látigo mágico llamado Vampire Killer, algunas armas sagradas y “chuletas de puerco” ocultas en los muros. Siempre al ritmo de una estupenda música.

Todo héroe que se respeta tiene una dieta balanceada

Se trata de un juego que ha envejecido bastante bien y que sigue siendo disfrutable aun a día de hoy, a pesar de sus controles rígidos y elevada dificultad, aunque para nada es de los más difíciles de la franquicia.

Castlevania puede jugarse de muchas maneras en el actualidad, incluyendo las colecciones especiales lanzadas por Konami.

Castlevania II: Simon’s Quest (1987/1698)

La historia de la franquicia estableció desde sus inicios que Drácula resucita cada 100 años para intentar destruir el mundo, y que es deber del Belmont en turno hacer frente a la amenaza. Sin embargo, desde la secuela del primer juego, Konami se aseguró de romper sus propias reglas.

En Castlevania II, o Dorakyura II: Noroi no Fūin, volvemos a tomar control de Simón Belmont, quien siete años después de la batalla final se da cuenta de que sufre una horrible maldición, y que la única forma de deshacerla es destruyendo las reliquias de Drácula que se encuentran ocultas por la región.

En términos jugables, Castlevania II daba un importante cambio, pues dejaba de ser un juego enfocado en la acción, para convertirse en un RPG de acción, que resultaba muy parecido a nuestros metroidvanias modernos, aunque con mecánicas un tanto toscas y sin pulir.

Si bien Simon’s Quest es un juego que trajo consigo innovaciones interesantes, como la posibilidad de mejorar nuestro equipo y estadísticas, así como la dinámica de día y noche, es también uno de los títulos de la franquicia más criticados por las mismas razones.

La historia de Castlevania: Época Clásica primera parte
Frase icónica de los videojuegos donde las haya

Es decir, las ideas propuestas por Castlevania II tienen potencial, por desgracia, en la práctica no se aplicaron tan bien, quizá por cuestiones de tiempo, presupuesto o por limitantes tecnológicas.

Por ejemplo, el paso del día a la noche es algo interesante, ya que cambia algunos factores del juego, como la dificultad de los enemigos y el estado de las tiendas que se encuentran en los poblados que podemos visitar, que de noche se encontrarán cerradas y rodeadas de monstruos.

El problema es que la transición de día a noche, y viceversa, se da mediante una caja de texto que aparece en pantalla, y que demora lo suyo en desvanecerse, afectando de manera notable el ritmo del juego, y más temprano que tarde estas constantes interrupciones se vuelven una molestia.

Otro gran problema que tiene Castlevania II, es que resulta sumamente críptico. En serio, es virtualmente imposible que descubras por ti mismo algunos de los secretos del juego, como el torbellino o la manera de vaciar el lago, y que son necesarios para poder progresar en la aventura.

Ahora Simon Belmont lucha para salvar su propia vida

La dificultad del juego es otro elemento cuestionable, ya que esta se encuentra en los enigmas ya dichos, así como en baldosas falsas por las que puedes caer y que son indistinguibles a simple vista, y en saltos de plataformas en los que el margen de error es demasiado severo.

En contraparte, hay jefes al final de las mansiones que debemos explorar, pero la pelea contra ellos es algo opcional, ya que simplemente podemos atravesar su habitación sin prestarles atención.

La única excepción a esto es el jefe final, que no es ningún otro que Drácula, quien rompiendo la ya mencionada regla de los 100 años regresa para enfrentar de nuevo a Simon, pero que comparado con el juego anterior, no ofrece reto alguno.

Hay tres finales diferentes, cuya obtención depende del tiempo que te demores en acabarlo, aunque, canónicamente hablando, ninguno es mejor que otro, ya que esta es la última aventura de Simon Belmont.

De ningún modo se puede decir que Castlevania II: Simon’s Quest sea de los mejores de la franquicia, pero no por ello es un mal juego, y de hecho introdujo varios elementos a la saga, como el excelente tema Bloody Tears, el poblado de Jova/Aljiba, y el personaje de Carmilla.

Castlevania: The Adventure (1989/1576)

Este título fue el primero en salir para una consola portátilGame Boy—, y es una precuela de los dos juegos anteriores, ya que se ambienta un siglo antes. Ahora a quien controlas es a Christopher Belmont, quien debe derrotar a Drácula, que vuelve tras su periodo de regeneración de 100 años.

Al tratarse de un juego de Game Boy, su propuesta es algo más simple si se le compara con las entregas de sobremesa, tanto a nivel gráfico, musical y de gameplay.

Por tomar un par de ejemplos, aquí no hay escaleras presentes, que desde la primera entrega son algo característico, así que para cambiar de piso o nivel se recurre a cuerdas y pequeñas plataformas. Tampoco hay armas secundarias, en lugar de eso nuestro látigo arroja bolas de fuego.

El control del personaje es bastante rígido y pesado, más que de costumbre. No es lo más terrible que hay allá afuera y tarde o temprano te adaptas, pero se siente como algo innecesario que los hicieran de esa manera, suponiendo que no fue debido a problemas de programación.

La música no se acerca a la de las entregas principales, y el diseño de enemigos es pobre y estos escasean bastante, bien puede ser este el Castlevania donde menos combate hay, y por lo tanto es de los menos entretenidos de la franquicia en ese sentido.

A pesar de lo que he dicho, el juego no es un completo desastre y se puede llegar a disfrutar ya que tiene la esencia de un Castlevania, pero sin duda no es para todo el mundo y es el último que deberías probar para conocer la serie.

Castlevania III: Dracula’s Curse (1990/1476 )

Castlevania III, también conocido como Akumajō Densetsu, es la cuarta entrega de la saga —descontando los ports del primer juego—, la tercera de la línea principal, la segunda en la cronología y el primer enfrentamiento canónico entre Drácula y un miembro del clan Belmont.

Su historia ocurre exactamente 100 años antes de la aventura de Christopher, y está protagonizada por su antepasado, Trevor Belmont, quien debe invadir Castlevania para derrotar al vampiro.

Basta con darle un vistazo al juego, para saber que Dracula’s Curse fue un regreso a los orígenes, ya que vuelve al formato de acción y plataformas con scroll lateral. Pero lejos de ser un simple copia y pega del primer título, ofrece una buena cantidad de novedades como para diferenciarse.

Trevor es otros de los personajes favoritos de la saga

Para empezar, es la primera entrega en la que podemos utilizar a más de un héroe para cumplir la misión, ya que a lo largo de su travesía, Trevor se encontrará con hasta tres personajes, cada uno con habilidades distintas, aunque con el inconveniente de que al reclutar a uno debemos despedir al previo.

También aquí se nos introduce al personaje de Alucard, hijo de Drácula y quien en el futuro tendrá un rol importante en la trama de la franquicia.

La música una vez más vuelve a ser excelente, y en esta ocasión nos trae el tema Beginnig, con el que se cierra la trilogía de temas clásicos de la saga, compuesto también por Vampire Killer y Bloody Tears.

Y hablando de esto, es sabido que la versión japonesa del juego: Akumajō Densetsu, tiene un sonido mucho mejor comparado con la versión americana, y esto es así porque el cartucho nipón tenía en su interior el chip especial VRC6 para música, que fueron demasiado avaros como para incluir en los demás.

Los gráficos de Castlevania III son mejores, más coloridos y todos los sprites están dotados con una mayor cantidad de detalles. Los controles también recibieron ajustes, aunque cosas como el “rebote” siguen estando presentes. Lo mismo que la dificultad, que de hecho es bastante mayor.

Sin lugar a dudas Dracula’s Curse es el Castlevania más difícil que hubo para la consola NES, e incluso se piensa que es el de mayor dificultad entre los de la Época Clásica, con lo que estoy de acuerdo, ya que los que vinieron más adelante no tienen ese nivel de reto.

Dicho lo anterior, Castlevania III: Dracula’s Curse es un gran juego que debes probar al menos alguna vez, aun y si no tienes pensado pasarlo en serio.

Super Castlevania IV (1991/1691)

Como no podía ser de otra manera, la saga de cazavampiros de Konami llegó a la generación de los 16 bits, y lo hizo por todo lo alto con Super Castlevania IV, considerado como uno de los mejores juegos de la Super Nintendo y uno de los títulos de la franquicia más aclamados.

A pesar de que fuera de Japón este juego es conocido como Super Castlevania IV, en realidad es un remake del título de 1986, aunque en ambos títulos son muy diferentes y todo lo que tienen en común es su planteamiento básico y protagonista, que de nueva cuenta es Simon Belmont.

Prácticamente todos los aspectos del juego son destacables, siendo quizá el más llamativo su nuevo esquema de controles, que es excelente, el más pulido que ha tenido algún juego de esta franquicia, y que ningún otro posterior volvería a tener.

No solo tienes completo dominio sobre tus saltos, sino que también puedes atacar con tu látigo en cualquier dirección, ya no nada más a izquierda o derecha, así como hacerlo girar a tu alrededor o mantenerlo fijo en una posición para protegerte de enemigos y sus ataques.

La atención a los detalles del juego es incríble

Incluso hay un botón especialmente dedicado para usar las armas secundarias, lo que puede parece algo sin importancia, pero que es un detalle que le da dinamismo a la jugabilidad.

Ahora bien, el que tengas mejores controles no significa que el juego sea fácil. Es verdad que la dificultad se redujo bastante en comparación a Dracula’s Curse, sin embargo, no es un título sencillo, y el último tramo del castillo, antes de pelear contra Death, es una prueba de resistencia.

La música, como de costumbre, es extraordinaria, y nos legó una nueva melodía que en el acto se volvió un clásico: Theme of Simon Belmont, que suena tanto al inicio de la aventura como a mitad de la batalla final, volviéndola algo sumamente épico.

Poco más se puede decir sobre este juegazo que es la formula Castlevania llevada a su máxima expresión. De ahí el que sea considerado por algunos, entre los que me incluyo, como el mejor Castlevania de todos los tiempos.

Aquí es un buen punto para terminar con la primer parte de la Época Clásica de Castlevania. En próximos días compartiremos la segunda, con la que oficialmente damos fin a esta primera etapa de la franquicia, así que estén al tanto.

¿Conoces algunos de estos juegos? ¿Cuál es tu Castlevania favorito? Compártelo con nosotros en la caja de comentarios.

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Alejandro Morales Mariaca
Escritor y articulista nacido en la Ciudad de México. Es un apasionado de la cultura popular, entiéndase cine, televisión, música, videojuego, medios tan válidos como cualquier otro para contar historias; considerándose un defensor y promotor de dicha cultura. Más recientemente se desenvuelve como periodista de videojuegos.

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