Por Oscar Román Aguillón.
¿Alguna vez se cuestionaron la veracidad de los cuentos de hadas? Yo tampoco, quizá es porque nuestro mundo está lleno de muerte y maldad y nuestros niños interiores sucumbieron ante el peso de la realidad, dejando a zombis ‘Godínez’ que no salen de la rutina diaria.
Pero no se depriman, para eso los guionistas Adam Horowitz (Lost) y Edward Kitsis (Tron: El Legado) nos tienen esta propuesta que revivirá sus creencias en todo lo bueno y les dará otra perspectiva (por no decir respiro) sobre las versiones de Disney de los cuentos de los hermanos Grimm que los atrapará como por arte de magia: Once Upon a Time.
Imaginen que hay otros mundos paralelos, ¿ya? ¡Ash! ¡Inténtentenlo! Ahora coloquen a cada personaje de cuentos de hadas conocidos (en reinos diferentes por supuesto para evitar guerras) y ¡Bam! Tenemos una historia que pareciera repetitiva porque todos creemos saber lo que pasará, pero ahí está el atractivo de la serie.
Si no la conocen, gracias a la lentitud con la cual la tele abierta adquiere las buenas series de televisión de paga, intentaré hacerles una pequeña sinopsis sin spoilers para lanzarles un encantamiento y queden hipnotizados (como yo) con la trama.
La protagonista es Emma Swan, hija de Blanca Nieves, primogénita de los clásicos de Disney, quien fue enviada a nuestro terrible mundo sin magia para salvarla de la maldición de la Reina Malvada y así, al cumplir 28 años, poder regresar y romper con el anatema.
Emma Swan es una ‘nini’ de 27 años que no ha hecho nada bueno de su vida (un personaje con el cual muchos nos identificaremos), quien en la noche de su cumpleaños 28 recibe la visita de un niño que dice ser el hijo que abandonó hace 10 años, esto le cae como sol en día de cruda y viene a cambiar toda su vida.
Para no hacerla cansada, en la primera temporada Henry (el hijo de Emma) intenta hacer que Emma “crea” que los personajes de cuentos de hadas son reales y viven en un pueblo sagazmente llamado Storybrooke y ella es la elegida para romper la maldición que no los deja recordar quiénes son.
El gancho de la historia intenta presentarnos la vida cotidiana de los personajes que conocemos, en situaciones con giros de la historia convencional que todos sabemos. Para muchos dejará un buen sabor de boca y los dejará picados para ver cómo van encajando las piezas poco a poco en una trama más compleja de lo aparente.
Lo malo de la serie (porque no todo es finales felices) se centra en dos puntos. El primero: que les faltó meterle más presupuesto a los efectos visuales y ponerlos donde se necesitan; el segundo: el vestuario es en ocasiones poco realista y exagerado, un ejemplo son las hadas que parecen quinceañeras de Tultitlán.
Los personajes que podemos ver son: el Príncipe Encantador, los siete enanos, el hada azul, Pinocho, Pepe Grillo, Caperucita y la abuela, el Sombrerero Loco, Rumpelstiltskin. Aunque también revuelven personajes de mitos y otros cuentos, como son el rey Midas y los caballeros de la mesa redonda.
El mensaje recurrente de la serie es que la magia no resuelve todo, pues “toda magia viene con un precio” y los problemas que conlleva abusar de ella. Así mismo plantea la importancia de la familia y los seres queridos y la contraparte del mal, en este caso encarnado en Regina la Reina Malvada y el Sr. Gold o Rumpelstiltskin.
Estos personajes ahora infames, tienen una historia detrás que los convirtió en lo que son, haciendo justicia a la frase “el mal no nace, se hace”. Aunque no solamente los villanos la tienen, los héroes muestran facetas que nunca pensamos podrían tener.
Seguro se sorprenderán, si le dan una oportunidad a la serie; actualmente se encuentra en la segunda temporada con nuevas princesas y villanos de los cuentos que nos gustan, así como seres de otros mundos (cuentos). Omitiré los detalles para no arruinarles nada, sólo les adelanto que se pone mejor al ir escudriñando los secretos de todos los intérpretes.
Si son amargados y haters, ¡véanla por favor! Quizá así podrían ser de nuevo seres de buena vibra o convertirse en sociópatas vengativos… espero realmente que sea lo primero.