Por: Neo Neru
Carmen Sandiego es una de las nuevas series de Netflix la cual relata cómo una niña huérfana es criada dentro de una institución para ladrones quienes resultan ser una liga de villanos.
Carmen dada su educación, desea con todo su corazón ser la mejor ladrona; sin embargo, se da cuenta que el ser uno, va más allá de tener manos pegajosas, pues debe no sólo quitar objetos invaluables, si no la vida de las personas que se interpongan. El nuevo panorama hace que tome la decisión más importante de su vida y es dejar todo lo que conoce para revelarse contra quienes la educaron, y así robar lo que ellos tomaron para devolvérselo a sus dueños.
Bien, tuve que regresar a la sinopsis de Netflix para saber a qué público iba dirigida la serie animada y saber cómo juzgarla, y aunque sea para una audiencia mayor a los siete años, no hay que justificar los errores que posee.
Seamos superficiales
¿La animación es buena? Claro que sí, pero no es algo a lo que deba aplaudir ya que para la década en la que estamos, la calidad es algo de cajón, sin embargo, puntualizaré en que fueron disfrutables algunos movimientos de cámara con los que lograron mostrar un poco de dinamismo, aunque con facilidad llegaban a perder el ritmo en escenas donde se requería una pelea coreografiada.
Dentro de lo que cabe, la animación es agradable, nos permite disfrutar el diseño los personajes junto con fondos y trazos que tienen de vez en vez un aspecto rústico. Carmen San Diego nos recuerda un poco a las series animadas hechas con flash de principio de la década del 2000, dando un aire de semejanza a Samurai Jack pero con un estilo menos caricaturesco y minimalista. Lamentablemente, la animación –aunque somos muy visuales– no lo es todo.
La santa trinidad quebrantada
El tres es un número sagrado y en la construcción de una historia no es la excepción, ya que: trama, personajes y diálogos, arman un mejor producto audiovisual que logra transmitir lo que se desea.
¿Qué sucede con esta serie? La trama es innegablemente sencilla, pero con mucho potencial; el problema surge en momentos que desean ser oscuros sin embargo sólo quedan en momentos pretenciosos y flojos. Se esfuerzan en plantear situaciones tan badass que provocan poca empatía hacia la situación, e incluso llegan a convertirse en escenas aburridas y sosas.
Además, la serie peca de suponer que el espectador anticipa o sabe que es lo que sucede ¿a qué me refiero? Inconsistencias y claro, problemas de continuidad entre tomas, pero el mayor desacierto es la narrativa pues no saben contar la historia ni priorizar situaciones, haciendo que dependan del diálogo para explicar absolutamente todo, siendo flojos, lo cual me lleva a lo segundo que menos aprovecharon y peor utilizaron en esta serie.
¿Hablan demasiado?
Carmen es planteada como “una niña que quiere descubrir el mundo, y quiere ser un ladrón para poder salir de aquella isla donde vive” y hasta cierto punto, podríamos dar el beneficio de la duda y tratar de entender por qué que ella comparte sus vivencias, lo que no entiendo, es cómo un hacker –quien se vuelve aliado de Sandiego– le dice todo acerca de su trabajo apenas conociéndola a través de un teléfono que logra –valga la redundancia– hackear. Éste es uno de los tantos ejemplos en que nos dicen lo “cool” y “Malote” que es alguien, sin mostrar sus habilidades.
No, la audiencia no necesita que le digan que Carmen Sandiego, el Hacker y la liga de súper villanos son excelentes en lo que hacen, no necesitan que les expliques con diálogos forzados la historia de Carmen; hasta un personaje lo dice: “No necesitas contar esa parte, yo estuve ahí” a lo que ella contesta: “Pero no sabes mi punto de vista”. No, no la sabemos, pero esa no es manera de contar su pasado. Y esta clase de diálogos nos llevan al siguiente punto. Desarrollo de personajes.
¿El regreso de los estereotipos o la creación de nuevos?
Como mencioné, el diseño de los personajes es bueno y sinceramente cada vez que aparecía uno me emocionaba, hasta que los oía hablar y ser inútiles. Mi principal problema es Carmen Sandiego, como personaje, al querer mostrar a una mujer fuerte e independiente caen en el error de mostrar a personajes masculinos como inútiles fanfarrones –sobre todo al agente de la INTERPOL–, sólo dos personajes masculinos se salvan de este error sin embargo uno no tiene desarrollo y el otro tiene un giro bastante interesante que, desgraciadamente, ocurre hasta el final.
Carmen se vuelve una protagonista genérica como los de anime, un Kirito o un Onichan que son cool porque deben serlo, ya que a pesar de tener inseguridades, traumas y una buena historia de trasfondo, no logran transmitir absolutamente nada, Sin embargo la serie cuenta con dos –podría decir que tres– chicas que lograron tomar mi corazón en los pocos minutos que estuvieron, siendo Paper Star y la entrenadora Blunt las que le dieron vida, cuando la vean, sabrán de qué hablo.
En conclusión, la serie es mala, no explota su potencial y no entregan un argumento de calidad para los pequeños, y en lo personal, cuenta con secuencias innecesarias que llegan a aburrir, pero seguramente veré la segunda temporada, ¿por qué? Por la manera en que concluyó, es decir… lo tomo, pero me ofende la calidad de la serie. Esos ocho episodios se hicieron eternos, pero si la ven, asegúrense de amar a Paper Star.