Estamos a poco menos de un mes (22 de noviembre) de que la esperada ─o no─ secuela de Frozen llegue a las pantallas grandes del país para enamorar a los niños y no tan niños, y vaciar el bolsillo de los padres con toda la mercancía que Disney ya está capitalizando. Sin embargo, y tratándose de Frozen, la película no podía llegar sin polémica. Y es que, a principios de año, la compañía del ratón aseguró que próximamente llegaría la primera princesa lesbiana; como no podía ser de otra forma, muchos apuntaron a que esa princesa sería Elsa. Pero ¿realmente Elsa necesita una novia?
Comencemos por recordar quién es Elsa. En los datos técnicos de Disney, Elsa es la reina de Arendelle, la decimosegunda princesa coronada en la franquicia Princesas Disney (https://elvortex.com/las-no-princesas-olvidadas-de-disney/) ─o eso creemos, más adelante tocaré este punto─, la primera princesa Disney en tener un Oscar como mejor película animada, la protagonista de la película de princesas más taquillera de Disney, y la primera princesa que no tiene interés romántico por un hombre y que no necesita que la salven (sí, ya sé que Mulán no necesitó que la salvaran, pues ella salvó a un imperio, pero tenía interés romántico en Li Shang; y Merida no tenía interés romántico, pero no es la princesa prototípica de Disney).
Elsa ha evidenciado que no tiene interés en una relación amorosa, demostrado en la idea que Hans tiene sobre ella y el por qué decidió enamorar a Anna y no a la reina ─con todo lo que eso implica─; además de burlarse de la típica idea de Disney sobre el amor a primera vista. Elsa va más allá de una mujer enamoradiza. Sin querer meterme en temas peliagudos, creo que Elsa bien podría ser un personaje asexual.
¿Asexual? Una persona asexual tiene una baja o nula atracción por otra persona (de su propio género o diferente y ajena a su orientación sexual). Elsa, durante los 102 minutos que dura la película, ignora olímpicamente todo lo que tiene que ver con el amor ─atracción sexual, de la que no podemos hablar porque película para niños─.
¿Por qué Frozen se volvió tan popular entre los niños? Simple, la protagonista, contrario a lo que sabíamos y estábamos acostumbrados en los cuentos de hadas previos hechos por Disney, pudo salvarse sola ─o casi sola─, no necesitó de un hombre para salvarse ─incluso de ella misma, quiero decir─. Sí, el cuento de hadas sí tiene una relación romántica, pero es ajena a la protagonista principal ─porque todos sabemos que Anna y Elsa son protagonistas de su película, pero Elsa es más protagonista que Anna─. Este pequeño punto la volvió el estandarte de algunos grupos feministas, pues abandonaba la idea de que tienes que esperar a ser rescatada. Elsa es fuerte, independiente y libre, sí, MUY LIBRE.
Cuando se anunció que se trabajaría en la secuela, también inició un movimiento en Twitter con el hashtag #GiveElsaAGirlfriend con la que se empezó a hacer presión al estudio de animación para que Elsa fuera la primera princesa lesbiana de la franquicia. A principios de este 2019, cuando Disney anunció la próxima aparición de una princesa de la comunidad LGBTTQ+, el hashtag volvió a cobrar fuerza.
Pero, volvemos al inicio ¿Elsa realmente necesita una novia? Bueno, no. Y no es porque tema que mi hija se vuelva lesbiana por ver una película donde aparece una pareja de chicas siendo novias, tampoco soy idiota ─mis papás no son primos─. Es porque, creo, estarían contradiciendo o condicionando el mensaje que pretendían dar en la primera película con Elsa. Esta reina (la primera de los clásicos Disney) deja un mensaje muy claro en su película: no necesitas de nadie, más que de ti misma, para salvarte. Y, retomando un punto anterior, se está burlando de otras princesas que se quedaron en espera de ser rescatadas por un príncipe (Blanca Nieves, Aurora, Cenicienta…). No digo que sea de esta forma, pero también cabe la posibilidad de que el mensaje que están tratando de enviar volviendo lesbiana a Elsa ─mensaje de inclusión─ termine confundiéndose con: sólo puedes ser fuerte si y sólo si eres lesbiana, cosa que es erróneo se vea por donde se vea.
Nos enfrentaremos también a un pequeño problema en cuanto a mercadotecnia. ¿La novia de Elsa sería incluida en la franquicia Princesas o en la de parejas de las Princesas? Pero no sólo supone ese diminuto dilema. La reina y princesa de Frozen no han sido coronadas en la franquicia Princesas. Quiero decir que aún no aparecen junto a las otras 12 princesas en cuya mercancía se venden hasta calzones ¿por qué? Porque la franquicia Frozen vende mucho ─no tengo datos concretos a la mano, pero seguramente recauda la misma cantidad de dinero que todas las princesas juntas─.
No, Elsa no necesita una pareja ─ni hombre ni mujer─; ella debe ser la reina buena onda que emborracha a los sobrinos con Aquavit y les da dinero para la peda sin que sus padres sepan. Disney ya tendrá otras muchas oportunidades para introducir, desde el momento en que sea pensada, una princesa (o príncipe) homosexual.