CHARLY ZOMBIE |
Seguro que muchos de ustedes a la hora de escuchar la palabra Godzilla, se acuerdan del “churro” que fue la película de 1998, esto en parte, gracias a que canal 5 de Televisa la repite por lo menos una vez cada dos meses, por lo cual es muy probable que casi todo el mundo haya visto el filme al menos una vez, el cual es considerado una de las peores adaptaciones del monstruo derrumba-edificios.
Por otro lado, también está la gente conocedora y fanática de “El monstruo supremo”, que ha visto todas las películas japonesas y conoce a todos los enemigos que han amenazado la paz de la tierra. Cualquiera sea el caso, la última y renovada adaptación del Rey de los Monstruos, remake estadounidense del ya clásico Godzilla (que por cierto cumple 60 años) se estrenó hoy 15 de mayo, y a más de uno le hace preguntarse si vale o no la pena asistir a las salas de cine y dejarse caer en las fauces del monstruo.
Para empezar, la cinta cumple cabalmente con lo que es una cinta de monstruos aplasta-ciudades, ya que a lo largo de toda la trama aparecen todos los elementos “épicos” que se esperarían en una cinta así: se derrumban edificios como si fueran cartas, grandes tsunamis arrasan con todo o las montañas parecen pequeñas al lado de esas terribles criaturas.
La participación de actor Bryan Cranston (sí, protagonista de Breaking Bad) es un deleite, sin duda es uno de los mejores actores que existen actualmente y destaca cada vez que aparece en pantalla; esta cualidad al mismo tiempo es la falla catastrófica de la cinta -no quisiera arruinarles nada- solo puedo decirles que la actuación de Cranston salva la cinta.
Godzilla también tiene su buena dosis de situaciones ridículas, inverosímiles y hasta cursis, características de este tipo de cintas de acción: el niño que se aleja de sus padres; solo los gringos saben cómo salvar al mundo; el héroe que sobrevive a la catástrofe, inclusive sobrevive a un monstruo como Godzilla. Ya saben, los clasicos “lugares comunes”.
Por otro lado, esta cinta vemos un lado mucho más “humano” del Rey de los Monstruos –al contrario del personaje de Lizzie Olsen, cuya participación pasa totalmente “de noche”–, por momentos uno llega a pensar que Godzilla es un buen amigo para todos los niños y no solo para ellos, sino para toda la humanidad, ya que si el mundo se ve amenazado por entidades electromagnéticas-bestiales-voladoras-parásitas, siempre podemos contar con la ayuda del dinosaurio prehistórico favorito de todos.
A pesar de estos aspectos buenos y geniales o malos y previsibles, la cinta es una montaña rusa de emociones gran parte del tiempo. Alejada totalmente a lo que fue la cinta de 1998, este remake cumple con lo que un fanático podría esperar, sin embargo para alguna parte del público –ya saben, novias, esposas, mamás– podría ser una cinta aburrida y sin mucho sentido.
A modo más personal -y como fanático de Godzilla- encontré muchos momentos agradables en esta cinta: se le dio más peso real y creíble a las acciones de Japón y su conocimiento de GOJIRA; la apariencia de este nuevo Godzilla es más fiel al original; la remembranza del clásico dinosaurio de las algo ridículas cintas japonesas de antaño y el respetar los poderes y capacidades del monstruo que en esta ocasión mide mas de 100 metros de altura.
Por eso es que al salir del cine, sentí por un momento que al despertar… Godzilla seguía ahí. Tan grande y tan feroz, como nunca antes lo había visto.
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