¿Qué música les gusta a los gatos? El jazz definitivamente (también puede que el rock y el rap) Con ustedes Los Aristógatos (para niños, no tan niños y gatos de todas razas)
Director: Wolfgang Reitherman
Duración: 78 minutos
Año: 1970
Nuestros protagonistas son cuatro hermosos, alegres y aristócratas gatos: Duquesa y sus tres gatitos, Marie, Toulouse y Berlioz. Éstos afortunados felinos viven en Paris y la vida pasa para ellos entre agradables paseos y las atenciones de su ama, una anciana llamada Adelaide Bonfamille que pretende heredar sus millones a sus gatos y a la muerte de estos, la fortuna (lo que reste después de comprar latas de comida, arena para gato y así) pasará a manos del “fiel” mayordomo Edgar.
Cuando Edgar se entera de las disposiciones de la señora Bonfamille termina la tranquilidad en la casa, pues Edgar, como es obvio, no cree que sea justo que él esté segundo en el testamento y decide no esperar a litigar contra unos gatos a la muerte de la señora de la casa, por lo que una noche, valiéndose de unas pastillas para dormir, deja inconscientes a los gatos (y de paso a un ratón, amigo de la familia de felinos) y los mete en una canasta, misma que lleva lejos para que no puedan volver a casa (práctica tan común en México como en Francia al parecer).
Una vez que los gatos son abandonados y el mayordomo perseguido por unos perros, él regresa a toda prisa a París. A la mañana siguiente Duquesa y los tres gatitos tratan de orientarse para volver a casa, pero son medio bestias (más bestia que el común de bestia de cualquier animal) para andar por la calle, así que la repentina aparición de un experimentado gato callejero significa su oportunidad para emprender el largo camino de vuelta a París. El gato callejero en cuestión tiene por nombre Thomas O’Malley y entre muchas habilidades canta muy bien, sabe harto truco para comer y viajar gratis, y le pasa un resto Duquesa.
Los cinco gatos inician la travesía a casa (aún cuando de principio a Thomas no le hizo mucha gracia que Duquesa tuviera que cargar con tres hijos, y por sus colores todos de diferente padre). Mientras tanto en casa, Edgar se regocija en la supuesta perfección de su plan, pero el ratón llamado Roquefort, amigo de los gatos, está decidido a encontrarlos.
Después de caminar mucho, caer al río y conocer unas gansas, los gatos buscan lugar donde dormir y O’Malley propone una guarida, pero antes que ellos, ya se han adueñado de lugar una banda de gatos callejeros intérpretes de jazz amigos de O’Malley. Todo el gaterio pasa gran parte de la noche cantando y bailando a sabiendas de que O’Malley volverá a vivir en el basurero mientras que Duquesa y sus hijos continuaran con su vida de lujo y esplendor a la mañana siguiente. Cuando Duquesa y los gatitos se despiden de O’Malley, entran en casa y se encuentran nuevamente con Edgar quien no espera ni un momento para tratar de meterlos en un baúl y mandarlos en un camión a destino indeterminado; O’Malley es alertado por Roquerfort y regresa para ayudar, Roquefort debe ir por más ayuda y por ordenes de O’Malley busca a los gatos de la banda de jazz de la noche anterior, pero estos quieren comérselo y solo se detienen cuando Roquefort menciona el nombre de Thomas.
Un montón de gatos le cae encima a Edgar y lo encierran en el baúl preparado originalmente para los aristógatos. Edgar desaparece de la historia y de la vida de los gatos, mientras que O’Malley es adoptado por la señora Bonfamille e incluido en el testamento. Esta es una historia sobre las grandes fortunas de la aristocracia, los padres y los hijos adoptivos, así como de la necesidad de castrar a nuestras mascotas antes de que se vuelvan objeto de envidia y reclamo de los vecinos.
Escenas que no te puedes perder:
- Cantan “Todos quieren ser ya gatos jazz”