Alejandro Montanaro|
El cine de acción ya no es lo que solía ser. Hubo un tiempo en el cual las películas del género eran dos horas de adrenalina pura que en muchas ocasiones iban mezcladas de una buena historia y asombrosas secuencias de acción. Hoy en día es diferente, si bien muchas cintas logran hacer cosas increíbles con secuencias bastante interesantes, el tratar de hacer algo que pueda ofrecerse a un público más amplio en muchas ocasiones afecta lo que se puede y no puede hacer en pantalla.
Sin embargo, no falta aquel director atrevido que quiere volver a la fórmula que hizo del género algo increíble, y tratan de recapturar la magia que hizo que esas películas se volvieran clásicos en su momento. ¿Y quién mejor para regresar los films de acción a su antigua gloria que el director de una de las sagas mas icónicas en la historia del cine?
Para los que no lo sepan, George Miller es un director australiano que saltó a la fama al dirigir la trilogía de Mad Max durante los 80 (Mad Max, The Road Warrior y Mad Max: Beyond Thunderdome) en las cuales seguíamos las aventuras de Max Rockatansky (interpretado por un joven Mel Gibson a principios de su carrera), un ex-policía que decide vagar por un mundo post-apocalíptico después del asesinato de su familia.
Fueron películas que marcaron escuela en ese entonces, con muchas otras cintas tratando de emular el aspecto y el salvajismo que se presentaban en ellas. A pesar que algunos aspectos pueden parecernos bastante fallidos hoy en día (en mi opinión, la primer entrega no pasó muy bien la prueba del tiempo) no se puede negar que fueron clásicos.
Tal y como es la moda hoy en día, Warner Brothers decidió hacer una nueva entrega en la franquicia de Mad Max; sin embargo, y a diferencia de muchos otros remakes o reboots, esta nueva entrega no solamente cuenta con la aprobación de George Miller, sino que además está escrita y dirigida por él mismo. Por lo que nos tenemos que preguntar, ¿qué pasa cuando a un director se le permite regresar a una franquicia que definió al género más de 30 años después?
Gloria infinita. Eso es lo que sucede.
En Mad Max: Fury Road, nos volvemos a encontrar con Max (interpretado por Tom Hardy), quien sigue vagando por el camino siendo atormentado por la muerte de su familia. En su travesía se terminará topando con la Imperator Furiosa (interpretada por Charlize Theron) quien está tratando de huir de las manos del terrible líder Immortan Joe.
Tratar de definir la locura y los asombrosos niveles de adrenalina que se experimentan al ver Fury Road es una tarea prácticamente imposible. Tal y como sucedió en sus predecesoras, esta cinta se centra mucho en la acción mediante el uso de vehículos en persecuciones y secuencias bastante salvajes. Sin embargo, con un presupuesto mayor y mejores tecnologías, lo que puede hacer ahora es muchísimo más grande que lo que se podía hacer en 1980. Vale la pena mencionar que las secuencias fueron realizadas con automóviles y dobles de riesgo de verdad, por lo que al verlas en pantalla grande fue una experiencia espectacular.
Como un detalle de interés, esta película le gustó tanto a los ejecutivos de Warner Brothers una vez que terminó la producción que decidieron darle más dinero a Miller para que hiciera secuencias de acción más grandes e impresionantes para la película, y esta dedicación se nota a cada segundo.
Algo que diferencia mucho a esta película en comparación con las anteriores es que ésta se centra mucho en los personajes y el desarrollo de la trama. Si bien las anteriores fueron buenas cintas en cuanto a acción se refiere, tuvieron una trama bastante superficial que fue suficiente para que se pudiera sostener el film. En esta ocasión hay un gran desarrollo de trama y personajes, tomándose su tiempo para que éstos se vayan presentando y creciendo a lo largo de la historia.
Al depender más de la historia que las anteriores, esta nueva versión necesitaba tener actores de mayor calibre para poder soportar el peso de una trama mucho más importante que sus predecesoras, algo notablemente sencillo para Tom Hardy y Charlize Theron. Por un lado tenemos a Hardy, quien tiene en sus hombros la carga de traer justicia a un personaje tan iconico como Max Rockatansky, y afortunadamente él consigue darle al personaje la complejidad y personalidad que merecen; por el otro lado Theron hace un estupendo papel como la Imperator Furiosa, un personaje bastante intimidante y con mucha presencia. No puedo imaginar a nadie más haciendo ese papel, esto es algo que muy pocas actrices logran conseguir.
¿Qué decir del villano Immortan Joe? Es uno de los villanos más interesantes e imponentes que se ha visto en muchísimo tiempo. No es el típico villano cruel y malvado sin ningún motivo. Es maldad pura, y el poder que tiene sobre sus soldados es bastante grande e impresionante. Vale la pena mencionar que el actor que le dio vida al personaje interpretó al villano principal de la primera entrega de Mad Max.
La música es algo que logró sobresalir bastante durante toda la cinta. Es bastante llena de adrenalina, y logra “amenizar” (por decirlo de cierta forma) muchas de las mejores secuencias de acción de la película. Únicamente diré esto como testimonio de la importancia de la música y de la acción: hay un guitarrista que está montado en un camión gigante con enormes bocinas que se la pasa tocando durante las persecuciones mientras llamas gigantes salen de la guitarra. ¿Demente? Por supuesto. ¿Asombroso? Sin lugar a duda.
En definitiva, una de las mejores (si no es que LA mejor) películas de acción que han salido en lo que va del año. Y considerando que ya se está trabajando en una secuela, solamente puedo decir que ésta es una de las cosas que me hacen tener confianza nuevamente en el cine.
Mad Max: Fury Road
Australia – Estados Unidos – (2015)
Director: George Miller
Guion: George Miller, Brendan McCarthy
Protagonizada por: Tom Hardy, Charlize Theron, Nicholas Hoult, Hugh Keays-Byrne