Por Álvar Martínez
Los invito rápidamente a hacerse una pregunta: “¿Me gusta el béisbol?”, en caso afirmativo los invito a que sigan leyendo, de lo contrario háganse un gran favor evitando esta lectura y este juego, mejor ocupen su tiempo en otra cosa porque de verdad es que MLB The Show 21 no es para ustedes.
Debo decirles que hace más de 20 años que no se cruzaba en mi camino un videojuego de béisbol, es extraño para alguien que practicó este deporte en la infancia y que año con año sigue muy de cerca a “sus” Dodgers esperando que ganen la Serie Mundial. Deseo que, por cierto, finalmente se me cumplió después de toda una vida de esperarlo.
Como buen niño de los 90, pasaron por mis manos incontables intentos por simular al rey de los deportes (no confundir con los esports). Fácilmente un par de decenas de estos juegos desfilaron por mi NES, SNES, N64 y hasta la PC, la mayoría sin pena ni gloria, pero algunos memorables como Tecmo Baseball, Frank Thomas Big Hurt Baseball y Major League Baseball Featuring Ken Griffey Jr. (vaya nombre).
MLB The Show 21: Primera base
MLB The Show 21 es mi primer acercamiento a esta franquicia y debo decirles que me dejó sentimientos encontrados. Si me pongo mis goggles de nostalgia y lo comparo con los juegos de antaño, es evidente que en el aspecto técnico es muy superior, pero no necesariamente por ello los supera en otros aspectos. El más importante sería obviamente: ¿Es más divertido?
Tan pronto se enciende el juego por primera vez se presenta una interesante decisión, elegir entre uno de tres modos: casual, simulación o competitivo. Como buen novato comencé eligiendo el modo casual y desde ahí comenzaron los problemas.
Si bien se agradece que los desarrolladores se tomen la molestia de considerar a los primerizos y a los inexpertos, todo el proceso inicial es tedioso, comenzando porque se te obliga a jugar una partida completa con todo y sus nueve entradas.
Como parte de este proceso el juego se toma un buen rato para mostrarnos la variedad de controles posibles y cómo funciona cada uno.
Normalmente tener más opciones es algo bueno, pero es abrumador iniciar un juego teniendo que elegir entre tantas cosas: tres modos de bateo distintos, cinco modos de pitcheo distintos, la interfaz de los jugadores de campo, el tipo de lanzamiento hacia las bases, entre otras opciones.
Estás “In” o estás “Out”…
Como gamer consumado y dedicado me da pena admitir que la curva de aprendizaje en MLB The Show 21 es muy pronunciada, independientemente del tipo de control que elijan. No es fácil ni consistente lanzar o batear, al inicio de mi camino por este videojuego esa era una de mis principales frustraciones y problemas con el mismo.
Eventualmente y no por mérito de los tutoriales es posible “agarrarle” la onda, pero es evidente que MLB The Show 21 está hecho para quienes llevan años acompañando a las entregas anteriores y es poco intuitivo para los primerizos.
Varios minutos después, cuando finalmente llegas al menú principal, se presentan los numerosos modos en un menú que es vistoso y relativamente fácil de navegar. Entre ellos el “principal” es Road to the Show (el modo historia, digamos) y le acompañan March to October, Franchise y Diamond Dynasty.
Si el jugador no se toma la molestia de explorar cada uno, el juego hace un pésimo trabajo de invitarte a probarlos, vaya siquiera de explicarte qué diferencia hay entre ellos.
Más abajo y claramente con la intención de darles menor peso se encuentran el juego en línea, partidos de exhibición contra la IA u otro jugador y un modo de entrenamiento bastante robusto. Efectivamente no todo vale la pena —al menos no para todos— pero si son peloteros de corazón habrá algo para ustedes.
MLB The Show 21: la historia
El modo historia de MLB The Show 21 te permite crear a tu personaje y tiene muchísimas opciones de personalización. Esto ayuda a crear un poco de inmersión, al menos si crean un avatar de ustedes mismos como lo hice yo.
También te permiten elegir en qué equipo jugar, aunque debes comenzar desde las ligas menores y eventualmente ganarte tu lugar en el equipo principal. En cualquier caso verme ahí en el diamante fue emocionante… al menos por un tiempo.
No es nada común en la vida real, pero el juego nos ofrece la posibilidad de participar como jugador de campo y pitcher abridor, incluso con el paso de varios partidos nos da la facilidad de modificar la posición que se juega e incluso enfocarse sólo en una u otra.
La opción correcta es mantener ambos roles porque así pueden diversificar un poco el juego que ya es, de por sí, bastante monótono.
La presentación del modo es llamativa en un inicio, pero con el pasar de los duelos se vuelve muy repetitiva. Los comentarios dentro del juego son siempre los mismos y partido tras partido es menos interesante estar viendo los escasos segmentos en video de los analistas.
Incluso los ratos entre juegos no ofrecen gran cosa más allá de llevar a tu personaje a diversos entrenamientos que consisten casi todos en navegar menús y elegir una opción.
MLB The Show 21 intenta ofrecer algunos elementos RPG, pero son muy básicos y poco trascendentes en la dinámica de juego.
Tu personaje suma puntos de experiencia durante los duelos y entrenamientos, lo cuál ayuda a tener cierta sensación de progreso, pero es demasiado paulatina y llegado el final de la temporada la realidad es que no hay un crecimiento tan claro de tu jugador.
Por fortuna el juego te ofrece la posibilidad de simular los partidos o, incluso, simular toda una temporada, sólo haciendo ciertas pausas para escenas en las que tu coach interactúa contigo o llega a ocurrir algún evento importante. No les recomiendo que simulen demasiados juegos porque tu equipo pierde mucho más de lo que gana.
Eventualmente tu jugador se vuelve un figurón y ya para entonces, al menos en mi caso, el modo se tornó demasiado aburrido como para que me importara.
Por fortuna puedes llevarte a tu personaje a uno de los otros modos. De hecho éstos están conectados de cierta forma y es en ellos donde te das cuenta que la manera “correcta” de jugar es dedicar un poco de tiempo a cada uno, en especial porque resulta que así mejora más rápido tu personaje… Haberlo sabido antes.
Los modos de juegos
En March to October se pueden echar una campaña sencilla jugando sólo algunos momentos importantes para llevar a la novena de su preferencia a la Serie Mundial.
Es rápido, ofrece algunas opciones de manejo del equipo y es una “continuación” interesante para su avatar. Si debo quedarme con un modo del juego, sería este sin duda.
Luego está el modo de franquicia, que es similar al anterior: eliges un equipo, manejas la plantilla, llevas toda la administración y tu meta es llevarlo a ser un equipo ganador.
Con la posibilidad de jugar cada partido y varias temporadas, digamos que es el modo carrera y si bien es muy completo, la verdad es que también se vuelve muy repetitivo y llega un punto inevitable en el que comienzas a simular muchos más partidos que los jugados.
El último de los modos principales fue también mi menos favorito. Si lo de ustedes es coleccionar tarjetitas virtuales en los juegos, lo van a amar, si no, quizás sólo deban ignorarlo.
Si están familiarizados con los modos Ultimate de otros juegos deportivos, eso es esencialmente lo que pueden esperar aquí.
En su núcleo se trata de armar un equipo con jugadores de diferentes épocas combinados con los activos actuales para tener su equipo de ensueño (o al menos uno muy competitivo) y lleno de figuras.
Hay uno que otro mini juego por aquí que es una adición interesante respecto a modos similares en otros juegos, pero no mucho más.
Conclusión
MLB The Show 21 no es el juego que esperaba. Si bien es un juego muy bien hecho, visualmente atractivo y con una amplísima cartera de opciones, también es poco accesible para los novatos y muy poco llamativo para aquellos que no gustan del rey de los deportes.
Normalmente un juego sin hit sería algo muy destacable en el béisbol. En el caso de esta entrega no lo es; no fue mi hit y me parece que no lo será para el grueso de los que me leen. Lo que no voy a negar es que ser el pitcher principal de los Dodgers tuvo su encanto.