Sony Animation Pictures [que no hay que olvidar, nos trajeron tanto el crimen que es ‘Emoji Movie‘ como la brillante ‘Hotel Transilvania‘], llevan años buscando la redención, así como el merecido renombre de estar a la altura de cualquiera de los otros grandes estudios; primero con la magistral ‘Spiderverse‘ y ahora con ‘The Mitchells vs the Machines‘.
La opera prima de Mike Rianda, quien fuera el director creativo de la genial (y que no muchos aprecian) ‘Gravity Falls‘, originalmente iba a estrenarse en Enero de 2020 bajo el titulo de “Connected“; hasta que Sony prefirió postponerla para Septiembre de 2020 [porque “nada que afectara a todo el planeta iba a pasar en Septiembre de 2020”].
Al final, tras de plano no ver para cuando, Sony terminó vendiéndole los derechos de distribución a Netflix por 110 millones de dólares; una verdadera ganga considerando que producirla costó alrededor de 80 millones.
¿Quiénes son The Mitchells?
Katie Michell es una chica que desea estudiar cine y que sufre para conectar con su padre Rick, a quien sólo le importan cosas como las herramientas y acampar, quien es un analfabeta digital que odia que a la gente dependiente de la tecnología (que él no entiende).
También está Linda, la madre que funge como mediadora, el hijo menor Aaron quien está obsesionado con los dinosaurios y desde luego Monchi, la mascota de la familia.
Katie está por irse a la Universidad y en un intento por reconectar con su hija, Rick decide realizar un viaje en carretera familiar el cual es interrumpido por… ¡LA REBELIÓN DE LAS MAQUINAS! orquestada por una aplicación de celular harta de servir a la humanidad para ser desechada ante cualquier nueva actualización.
Así, los Mitchell con ayuda de un par de robots averiados, terminan enfrentando al resto de las computadoras que desean purgar al planeta de las personas.
Contrastes y muchos colores
Algo que inmediatamente salta a la vista y solidifica la película como algo visualmente sorprendente, es la animación que combina los renders en 3D, como muchas cintas contemporáneas, con muchos, muchísimos elementos 2D.
Esta mezcla, que ya antes Sony había presentado en Spiderverse, es llevada mucho, MUCHO más allá; creando un collage de imágenes que muchas veces es necesario pausar o volver a ver para apreciar todos los detalles y subtextos de emociones que presentan todas estas inserciones.
Si bien la cinta hace alusión a algunos memes y al humor que se maneja en redes sociales, no se requiere de mucha conocimiento para entender estos gags.
El núcleo de la película se encuentra en como muchas personas jóvenes sienten una brecha generacional con sus padres, quienes no tienen interés de entender la tecnología o no están abiertos a que sus hijos sean creadores de contenidos para plataformas como YouTube o TikTok.
De paso, la cinta también señala la obsesión social que existe sobre personas o familias con “vidas perfectas“, por como las comparten en Instagram.
La diferencias entre quienes se consideran personas creativas y quienes son completamente pragmáticas se hace más notoria cuando la película intenta crear una suerte de concientización [lo que es particularmente raro viniendo de una subsidiaria de Sony], sobre la obsesión de crear tecnologías que a cambio de “mejorar nuestras vidas”, se vuelven completamente intrusivas.
Encontramos también una crítica a cómo el mundo es para muchos ya inimaginable sin WiFi, a como nos es fácil desechar y dejar de apreciar lo que nos era útil, reemplazándolo por un nuevo dispositivo que el mercado nos insiste no será obsoleto (al menos por uno o dos años).
Dicho todo esto, The Mitchells vs the Machines es un peliculón que la verdad lamento no hayamos podido conocer en cines y que sólo espero genere el suficiente interés y tracción en Netflix como para que sus creativos puedan sumarse pronto a nuevos proyectos, y seguir generando este tipo de contenidos mucho más frescos y actuales que mucho de lo que Disney, Illumination o hasta Pixar nos tienen acostumbrados de un par de años a la fecha.