Llega un momento en la vida en el cual la monotonía de leer siempre lo mismo se vuelve insoportable, especialmente cuando los cómics mainstream fallan en ofrecer más atrevimiento o riesgos para nuestras mentes precoces.
El hastío motiva un instante perfecto donde podemos escudriñar en las propuestas de otras editoriales o de las mismas editoriales, pero que no tengan como protagonistas a los clásicos e insuperables superhéroes.
Cuando las historias de escritores consagrados como Brian Michael Bendis o Jeph Loeb se vuelven estrepitosamente decepcionantes y fallan en entregarnos una trama sólida y coherente, es necesario revisar qué acontece en el mundo del cómic más allá de Metrópolis (DC) o Nueva York (Marvel).
Por eso mismo me he dado a la tarea de buscar historietas frescas para aligerar un poco el calor de la primavera, tramas con algunos personajes ya conocidos y otros tantos realmente nuevos pero que sin duda vale la pena darles la oportunidad de figurar en nuestras colecciones.
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1. He-Man & The Masters of the Universe (DC)
En DC no todo es Batman y Linterna verde. El superhéroe más increíble de los 80 ha vuelto para quedarse. Cabe recordar que DC nos trajo un corto prólogo de seis números escrito por James Robinson en 2012, el cual tuvo un desarrollo un tanto decepcionante. Esta miniserie nos dejó un sabor ligeramente amargo del regreso del Príncipe Adam y el castillo Grayskull.
Afortunadamente parece que DC ha recapacitado y ha contratado a Keith Giffen (Justice League: Generation Lost, OMAC) para escribir una historia que aunque no busca atrapar nuevos lectores, es extremadamente familiar para quienes hemos seguido a He-Man desde pequeños.
¿Por qué leerlo?
El reciente #1 está compuesto por una ampliación de la mitología de “Los Amos del Universo” y comienza justo tras los eventos del prólogo planteado por Robinson pero adicionados con un giro de tuerca hacia el final del primer número.
Ahora que Sorceress ha muerto a manos del desaparecido Skeletor toca a He-Man ya los amos lidiar con una no tan nueva amenaza. La trama se centra en la invasión de Hordak a Eternia por parte de su hija Despara, cuya verdadera identidad es en verdad inquietante, pues deja al aire muchas preguntas que prometen ser respondidas a su tiempo.
El arte a cargo de Pop Mahn es bastante decente, de hecho mejora conforme el número avanza y nos recuerda un poco sus años en Spyboy. El tono del cómic es más serio y agresivo. Si en el prólogo vimos a Skeletor sosteniendo la cabeza de Sorceress, aquí veremos de menos cómo cortan una cabeza.
La verdadera intensidad se hará presente en los siguientes números, donde sabremos si Giffen logra superar con creces lo hecho por Robinson sin cometer los mismos errores causados gracias la ausencia de He-Man durante más de la mitad del arco narrativo.
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2. ’68 Jungle Jim (Image)
Los amantes de los zombis pueden estar seguros que hay algo en esta lista. Mark Kidwell trae de regreso su historia sobre muertos vivientes en plena Guerra de Vietnam en ’68 Jungle Jim. La editorial Image nos trajo anteriormente el título ’68 en 2006, 2010 y 2011, el cual se volvió una especie de cómic de culto junto a The Walking Dead, aún cuando ésta última tuvo más suerte.
Muchos eventos sucedieron en 1968. La Guerra de Vietnam cambió de rumbo cuando sucedió la masacre de Mỹ Lai en marzo y el Presidente Lyndon Johnson anunció que no iría tras la reelección días después. Martin Luther King fue asesinado en abril y en mayo ocurrieron los movimientos estudiantiles en Francia y el resto del mundo. También fue el año en que se estrenó Night of the Living Dead de George A. Romero.
La influencia del mítico filme de Romero fue tal que en la mente de Mark Kidwell sólo resonaba una pregunta: ¿Si los muertos vivientes aparecieron en Pennsylvania en 1968, qué ocurría mientras tanto en el resto del mundo? Mucho seguramente, pero lo más importante seguía siendo Vietnam.
¿Por qué leerlo?
Con un estilo narrativo que recuerda a la misión del Capitán Willard (Martin Sheen) en Apocalypse Now de Francis Ford Coppola, la serie actual de ’68 titulada “Jungle Jim”, hace homenaje a la historieta homónima publicada originalmente de 1934 a 1967.
La historia, como en las previas ediciones, va de la aparición de zombis en la Guerra de Vietnam y es el turno del soldado Brian Curliss encargarse de patear traseros vietnamitas y por supuesto matar zombis, incluso si eran ex compañeros suyos. Originalmente el cómic había salido como one shot en noviembre de 2011 y ahora será una miniserie de 4 números.
Mezclando los horrores de la guerra con los del levantamiento zombi en Vietnam, el arte de Jeff Zornow evoca de manera sanguinolenta y grotesca la macabra estética bélica como hiciera el artista Otto Dix en su momento.
La trama de Kidwell no intenta dar solución al orígen de los zombis, más bien intenta reflejar un tiempo demasiado real, algo un poco dosificado en las últimas tramas de zombis y nazis. En ’68 Jungle Jim tenemos un horror demasiado presente que se muestra como un fantasma del pasado, una crítica a la política anticomunista norteamericana y también una memoria humanista de la Guerra de Vietnam.
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3. Miss Fury (Dynamite)
Podrán pensar que es Gatúbela pero en verdad es su prima-hermana mayor. Aún cuando Selina Kyle apareció por primera vez en Batman #1 en el año 1940, en aquel momento era conocida como The Cat, una ladrona de joyas común y corriente -sin olvidar su falta de disfraz gatuno-.
Miss Fury es en verdad la primera superheroína creada por una mujer. El crédito es de la artista Tarpé Mills, quien en 1941 publicó la historia de Miss Fury en forma de tira cómica dominical a través de Bell Syndicate y duraría hasta 1952 con algunas reimpresiones posteriores hasta ser traída de vuelta gracias a la editorial Dynamite, con el primer número publicado en abril de 2013.
Aunque Gatúbela es muchísimo más famosa, ésta no comenzó a usar su ajustado disfraz de piel completo hasta 1987, durante Batman: Year One, lo cual hace a Miss Fury la primera mujer con traje de gato en la historia del 9° arte.
¿Por qué leerlo?
Dynamite se ha asegurado de actualizar el cómic sin quebrantar el espíritu de la Edad de Oro del cómic. La trama adaptada por Rob Williams (2000 AD) está ambientada en los 40 y cuenta la historia de Marla Drake, una heredera millonaria que adquiere habilidades sobrehumanas gracias a la mística lucha contra una pantera en un ‘trip’ por África.
Así, Miss Fury se convierte en una mujer agresiva cuyo aburrimiento la lleva en busca de aventura y robos. Vivir entre lujos y comodidades hacen que no le falte nada, por lo cual el robo parece sonar seductor, de menos al principio, antes del giro de tuerca hacia el final del #1, el cual nos deja en un inesperado cliffhanger.
Si bien Miss Fury usó sus habilidades para pelear contra los nazis originalmente (elemento que por fortuna no falta en esta nueva versión), su personalidad es la de una diva cínica, volátil y aún más provocadora de lo que Mills alguna vez escribió.
La calidad del arte es excepcional y las expresiones de los personajes son en verdad realistas, esto gracias a que el estilo de Jack Herbert (Red Sonja, Avengers/Invaders) siempre ha tendido hacia la sensualidad de las féminas, como se ve en las curvas de Marla Drake al salir de bañarse. Aunque el cover art a cargo de Alex Ross no es su mejor trabajo, no le pide nada al arte interior. Sin duda es un ‘must’ para esta temporada.
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4. Miniature Jesus (Shadowline/Image)
Esta es una propuesta muchísimo más seria aunque no menos disfrutable. Si sus gustos están más orientados a contenidos más maduros y crudos Miniature Jesus es para ustedes. Shadowline, la hermanita seria de Image, se ha caracterizado por publicar trabajos alejados del género de super héroes, como ha sido la famosa Morning Glories y también es responsable de traernos este título. Miniature Jesus está producido casi por entero por Ted McKeever (The Extremist, Wonder Woman: The Blue Amazon y Eddy Current) donde ha fungido de creador, escritor y artista de su propio cómic.
¿Por qué leerlo?
El cómic de McKeever se centra en Chomsky, un alcohólico en proceso de rehabilitación que comienza a purgar sus penas. No todo es miel sobre hojuelas cuando un demonio real se le aparece con ánimos de fastidiarlo en medio de su miseria. La historia de McKeever no intenta dar lecciones de moral (al menos no por ahora), sin embargo presenta un panorama grotesco, metafórico y manierista de la sobriedad. Pese a apoyarse en el clásico recurso del diablo y el ángel sentados a los hombros del personaje como representación de la consciencia, el deseo y el deber, aquí esto da un giro de 180°. Mientras el diablo continúa molestando, la figura redentora está lejos de encontrarse sentada al hombro de Chomsky. La figurilla de Cristo ha de separarse del crucifijo, escapar de la Iglesia del pueblo y encontrar al hombre necesitado de consejo… a no ser que Chomsky se tope con él antes.
Miniature Jesus es sin duda un cómic confuso, una representación emparentada con la alucinación. El arte de McKeever es desordenado, justifica la sucia miseria que rodea a Chomsky. Sin embargo es detallado y realista, se sirve de la monocromía para darle un estilo de sketch entre trazos finos contrastantes con trazos más duros y sombríos.
La obra de McKeever es un punto de partida para emprender una aventura que aunque a primera vista es irónica mantiene el potencial para convertirse en un cómic de cabecera.
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5. Polarity (BOOM! Studios)
No es la primera vez que un músico se sienta a escribir un cómic, recordemos a Gerard Way de My Chemical Romance cuando hizo The Umbrella Academy con Dark Horse o al artista visual y multi instrumentista Menton 3 de la banda Sunday Munich y Saltillo cuando lanzó Monocyte de la mano de IDW.
El caso de Max Bemis, vocalista de la banda de rock, Say Anything es incluso más curiosa. Bemis es un excelente letrista y comiquero empedernido -su casa parece tienda de cómics literalmente- a quien Boom Studios le abrió la puerta para contar su historia y como resultado tenemos Polarity.
Esta miniserie de 4 números es en cierta forma una autobiografía de Bemis, quien padece desorden bipolar. La detonación de sus problemas ocurrió cuando se encontraba grabando el increíble álbum …Is a Real Boy, el cual refleja la angustia y volatilidad que padecíó durante esa etapa. Polarity es una revisión gráfica de aquel álbum de 2006.
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¿Por qué leerlo?
Tim es un pintor que reside en Brooklyn pero su arte no ha cuajado grandiosamente desde aquella larga estadía en el hospital (2 años) tras haber sido diagnosticado como bipolar. A su regreso a la escena no puede evitar sentirse fuera de lugar en un ambiente donde los hipsters salen de las coladeras como cucarachas para besarle los pies, mientras pasa desapercibido ante la chica de sus sueños.
Polarity es un cómic con el cual es fácil sentirse identificado. Es decir, ¿quién no ha querido autodestruirse y romper la realidad en favor de crear maravillas? -Ok, quizá sólo soy yo-. Además ofrece una fuerte crítica al creciente e hipócrita entorno de hipsters, el cual siente que le ha absorbido.
La paranoia de Tim y su decisión de dejar sus medicamentos lo alteran al punto de descubrir ciertas habilidades especiales desconocidas hasta entonces. Su comportamiento me recuerda por alguna razón a Shade: The Changing Man de Peter Milligan o a los personajes Donnie Darko del filme homónimo o John Murdoch del filme Dark City, aunque en esencia no tengan nada que ver.
La historieta cuenta con una narración que cambia sutilmente entre deductivos e indulgentes monólogos y diálogos llenos de humor negro. Por si fuera poco el cover art a cargo del veterano Frazer Irving remite a una surrealidad exquisita que evoca al arte de Dave McKean. El arte interno del portugués Jorge Coelho es estilizado, fino en sus trazos, lo cual en conjunto hacen de Polarity una experiencia inigualable, sobre todo si …Is a Real Boy se escucha de fondo.
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6. Abe Sapien (Dark Horse)
El Ichtio-sapiens favorito de Dark Horse está de vuelta y listo para patear traseros sobrenaturales. Tras tomarse un comatoso descansito durante una buena parte de B.P.R.D. Hell on Earth, Abe Sapien por fin ha despertado y le han dado su propio título.
La decisión de darle más protagonismo a Abe se puso en marcha desde el arco King of Fear en 2010 cuando Liz Sherman tuvo una visión sobre el fin del mundo y Abe descubrió su rol futuro y su vínculo con los monstruos rana, los cuales tuvieron un papel predominante en War on Frogs y The Black Flame (sin olvidar que uno de ellos mató al Profesor Bruttenholm en el arco del ’94, Seed of Destruction).
El primer arco llamado Abe Sapien: Dark and Terrible mantiene una línea temporal paralela con los eventos de B.P.R.D. Hell on Earth y Hellboy in Hell, con intenciones de en un futuro no tan lejano (quizá tampoco tan cercano) poder unirlos y dar resolución al eventual apocalipsis.
¿Por qué leerlo?
Tras darse cuenta que él mismo es una versión evolucionada de los monstruos rana y de igual manera sigue evolucionando hasta convertirse en la bestia anfibia profetizada en las visiones de Liz Sherman, Abe pasó por una crisis en el arco Fénix en donde no sólo su relación con el agente Andrew Devon se ve más deteriorada, además la misma Fénix le dispara y le deja en estado de coma.
Cuando Abe despierta tras su encuentro cercano con la muerte, nota que su evolución es inminente al perder la nariz -el parecido con su representación fílmica es impresionante-, por lo cual decide escapar de B.P.R.D. El hombre anfibio desea desaparecer de los radares del Buró -muy a pesar de Kate Corrigan- en orden de encontrar más pistas sobre su pasado y su futuro en una América desolada por monstruos.
El genio tras esta historia es por fortuna Mike Mignola, quien además se está haciendo cargo de la trama y el arte de Hellboy in Hell. El arte a cargo de Sebastian Fiumara es decente aunque no necesariamente impresionante, mas sabe mantener el estilo sombrío tan característico de la franquicia. Gracias a la edición de Scott Allie la lectura es fluida y familiar, sin embargo para ser un #1 no es muy amigable para lectores no aficionados al Mignolaverso, aunque éste realmente implica un buen inicio para serlo.
DR. JABBERWOCKY.