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Basada en un best seller (más de 2 millones de copias se vendieron tan sólo en el primer año), con una gran estrella como protagónico y uno de los mejores directores que el show business puede ofrecer, la adaptación cinematográfica del libro de Gillian Flynn, Gone Girl, se gana el hype que merece. (Aquí la reseña del libro).
Si contamos todo lo que sucede en el primer cuarto de la película, arruinaríamos una de las muchas sorpresas que el guión de Gillian Flynn tiene preparadas; hablar demasiado sobre las actuaciones, rasgos y carácterísticas de los personajes puede echar a perder toda una revelación. Digamos que la película se mantiene fiel al libro desde el principio hasta el final: una pareja aparentemente inocente dentro de las mejores circunstancias empieza a tener problemas. La desaparcición de uno de ellos, la inclusión de los medios al problema, en combinación con la violencia y el daño psicológico entre sus personajes, hacen de Gone Girl una de las mejores historias del año.
No diremos más spoliers y vamos a dejarlo así: cualquier persona interesada en ver un complicado y perturbante thriller de suspenso va a encontrar lo que busca. Los fans del director David Fincher, que ha pasado los últimos 20 años haciendo películas inquietantes sobre traiciones y juegos mentales, quedarán satisfechos con la atmósfera de amenaza que emana este film. Se trata de un director de habilidades técnicas asombrosas y el guión le permite jugar más a detalle con sus obsesiones en comparación de su película pasada La chica del dragón tatuado (The Girl With the Dragon Tattoo), el cual se siente compañero de este nuevo filme debido a que en los dos se toca la temática de la víctima transformada en victimario.
Curiosamente, Fincher ha estado trabajando con los mismos colaboradores (el editor Kirk Baxter, el diseñador de producción Donald Graham Burt, el director de fotografía Jeff Cronenweth, la diseñadora de vestuario Trish Summerville y los compositores Atticus Finch y Trent Reznor) por tres películas al hilo y en Gone Girl, el equipo muestra uno de sus niveles más altos de experiencia, dinero bien gastado en cada fotograma.
Gone Girl ofrece interesantes pistas de audio combinadas con el impacto visual de escenas como por ejemplo: el sonido de una paloma quejándose, cuando sospechamos que Amy ha sido asesinada, o el Blue Oyster Cult con Don’t Fear the Reaper sonando en la radio cuando Nick regresa a su desagradable padre a un asilo.
Gone Girl es una película muy entretenida con muchos giros interesantes a la trama y un excelente uso del humor negro. Una de las mejores noches que he tenido en el cine desde hace mucho tiempo (a pesar de su temática inquietante y perturbadoramente real). Ésta no es otra película de súper héroes y figuras a las que todo les sale bien y que sabemos cómo van a terminar. David Fincher ha sembrado desde principios de los años 90 el interés en historias complejas de personajes incómodos y perturbados; además, sus motivaciones y su forma de interactuar con los demás en combinación con su entorno hacen que sus filmes tengan un lenguaje visual propio. Me alegro de que no heber leído el libro, ya que Fincher es un gran narrador visual con todo tipo de géneros y Gone Girl es una prueba de ello.
Dato curioso e inútil: hay todo un revuelo en el internet, ya que Ben Affleck declaró en MTV Today que su “Dick” Grayson sale en el film (lol), lo cual seguramente provocará que más de una persona esté distraída buscando el momento en donde aparece (no sean morbosos y disfruten esta gran película).
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