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‘House of the Dragon’ le está cerrando la boca a todos (por ahora). [Primeras impresiones]

En este momento estamos teniendo dos series con temática fantástica/medieval al mismo tiempo. Sin embargo, las opciones no podrías ser más distintas entre sí. Sencillamente porque, mientras la otra serie se fundamenta en un mundo fantástico entrando en conflicto, la ahora saga de Game of Thrones (GOT) va primero del conflicto humano y después añade toques de fantasía. Ya aclarado lo anterior, en este artículo no habrá más comparación alguna entre distintas series, pero sí pueden esperar leer comparaciones necesarias entre series de la propia saga (y claro, muchos spoilers de los primeros tres episodios de ‘The House of the Dragon’).

Primero lo más obvio: GOT fue una buena serie con un pésimo final. Podremos o no estar de acuerdo, pero es el consenso que se tiene y que la propia HBO conoce. Hacer una precuela situada casi 200 años antes de la serie original en realidad no es una apuesta tan arriesgada como parece. Teniendo la vara tan baja en las expectativas, y en esta ocasión basándose en una historia que sí está terminada (‘Fuego y Sangre’) solo requerían el esfuerzo mínimo de no querer fastidiar las cosas para que entregaran un producto aceptable. ¿Entonces entregaron el mínimo posible? No, hicieron más que eso: Aprendieron de sus errores.

Daemon, Rhaenyra, y Viserys de la familia Targaryen

Para quienes no vieron la anterior serie, o ya no lo recuerdan, la verdad es que podría resultar muy pesado arrancar GOT. Se toma casi la primera temporada solo para presentarte el mundo, cada reino, cada uno de los diferentes personajes, y luego lentamente ir planteando los tipos de conflictos… Sí, funcionaba porque sabía recompensar la paciencia invertida, pero el costo por la paciencia ya estaba ahí. House of the Dragon avienta eso por la ventana sin sacrificar nada. En la primera hora se entrega todo lo que se necesita para acelerar a fondo: Esta es la familia Targaryen, tienen el poder absoluto en este reino llamado Westeros y mantienen el poder con dragones, un ejército, y un recién elegido Viserys Targaryen como rey ocupando el trono de hierro. El problema es que el rey no tiene hijos varones a quién heredar el trono, solo una hija llamada Rhaenyra Targaryen. Encima de todo el rey tiene un hermano, Daemon Targaryen, el cual se muere de ganas por ser rey y sustenta un buen número de soldados apoyándolo.

No pierden el tiempo de irse por las ramas. En lugar de presentar muchos personajes, nos muestran unos cuantos y aprovechan para contarte a profundidad a cada uno. Genios.

El ‘sabor’ de GOT sigue intacto. Es el mismo universo sucio con sexo y violencia explícitos. Sin tapujos hay escenas de una cesaría, de abuso brutal de poder con decapitaciones, sexo en burdeles con desnudos frontales, y hasta se presumen a los dragones con el CGI queda al punto. Nos recuerdan porqué gustaba tanto esa serie, a lo que mejor aún, captura sin estorbo a nuevas audiencias que hayan llegado por curiosidad.

Daemon Targaryen y su dragón Caraxes

Llegado el segundo episodio tenemos algo único que no ocurría, un salto temporal. Ya han pasado 6 meses de que al final del anterior capítulo nombraran sucesora al trono Rhaenyra Targaryen. Su tío, Daemon Targaryen, después haber hecho un coraje y robarse un dragón de la familia, se ha hecho con un castillo y se llevó a su ejército, todo para hacer un desplante de orgullo y fastidio para el resto de la familia. Mientras tanto un villano al que llaman Craghas Crabfeeder, el “alimenta cangrejos” (el cual resalta visualmente con su máscara y brutalidad de tortura), les hace la vida de cuadritos al reino iniciando una guerra con las rutas marítimas añadiendo tensión entre el círculo más cercano al rey. Cosa que sirve para mostrarnos como el Rey Viserys es un tibio, que tiene broncas tanto en su familia como en su trabajo y su decisión para ambos casos es no hacer nada. Se añade más de ese elemento que GOT manejaba magistralmente: La política. Ahora que ya conocemos a la familia comienzan narrativamente a abrir más el panorama con las personas que giran alrededor de los personajes principales rompiendo relaciones y formando nuevas alianzas. Si para entonces alguien no se había enamorado de Rhaenyra ya no pasa desapercibida al verla tan firme montada en un dragón poniendo a raya a su propio tío. De nuevo, un segundo buen episodio que no deja de incomodar a los más blandos con temas sobre pedofilia y escenas de tortura con jaibas mordelonas.

Craghas Crabfeeder (el de las jaibas mordelonas)

Bueno ¿y qué con el tercer capítulo, al fin llegó el episodio malo? No. Nuevamente nos dan un salto temporal aún más fuerte que el pasado. Pareciera que el método de brincar tanto a tiempo futuro fuese algo flojo para acelerar la historia, pero personalmente me parece todo lo contrario. Tres años han transcurrido desde el último episodio y aparentemente el reino sigue “estable”. Ya no nos están contando como un suceso fuerte es lo que empuja lentamente la historia como siguiente una pequeña bola de nieve que veremos cómo va creciendo, sino que ahora nos están mostrando los eventos importantes quitando la paja de enmedio. Sabemos que Daemon se alió con el Corlys (esposo de la prima del rey) porque simplemente Viserys no lo apoyaba ni uniendo a las familias, ni contra el villano de las jaibas mordelonas; y claro que la solución sería aliarse con el hermano peleado del rey, pero incluso después de 3 años van perdiendo esa guerra. Mientras tanto el rey Viserys ya se ha casado con la amiga de su hija (que a su vez es la hija de la mano derecha del propio rey) teniendo así un hijo varón, y uno próximo en camino. Esto evidentemente ha vuelto huraña a Rhaenyra a la cual después de nombrarla sucesora oficial pareciera que cada vez está más lejana la idea de que ella podría algún día ser la reina.

Entre escenas de cacería de venados y drama familia destacan dos cosas del episodio: Una, es que la idea de aparezca un ciervo blanco sea un buen presagio para el rey y su heredero. Cosa que no ocurre y en cambio el ciervo se le muestra a Rhaenyra. Dos, en toda una secuencia de acción sin diálogos donde vemos como Daemon, al enterarse que su hermano ‘ahora sí’ le mandará ayuda, entra en modo berserk a enfrentarse solo contra hordas de soldados enemigos en un ataque sorpresa derrotando al fin al Crabfeeder.

Dos personajes se ensalzan de determinación y poder. Sobrina y tío claramente tendrán competencia por el trono llegado el momento al mero estilo de Hamlet (o el Rey León, según prefieran), o quizá nos sorprendan como un giro en la trama, al final esto sigue siendo el universo de GOT.

Rhaenyra y Daemon

Con los cambios narrativos que está llevando esta serie no hemos llegado ni a la mitad de temporada y ya resalta de su antecesora siendo más centrada, más ágil, y ofreciendo los elementos fuertes como las escaramuzas de espadazos que nos tenían acostumbrado a recibir a cuentagotas. Si fuiste de quienes nunca vieron GOT, están a tiempo de abandonar la idea y brincar de lleno a esta nueva serie, porque a quienes teníamos dudas ya nos tienen allí con una racha de bateo de 3/0; pero esta manera de quemar cartucho puede jugar en su contra si no logran mantener el ritmo durante lo que reste de la temporada. Mientras tanto se han ganado el privilegio de tenernos aquí la siguiente semana.

Recuerda que ‘The House of the Dragon’ se encuentra en exclusiva en HBO Max.

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