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La bronca en la que se metió Prime Video adaptando “El Señor de los Anillos: Los Anillos del Poder” [Reseña]

El universo de Tolkien es tan basto, complejo, y extenso que durante muchos años se consideraba ‘imposible’ llevar a cabo una adaptación a la pantalla en cualquier formato.
Evidentemente los años pasaron y Peter Jackson demostró lo contrario con una trilogía ganadora de premios que puso el estándar en un rango que ni siquiera la precuela, dirigida por el propio Jackson, pudo igualar. ¿Ahora qué apuesta viene para Prime Video adaptando retazos de una trama precuela? Aquí nuestra reseña de los primeros dos capítulos liberados de ‘Los Anillos del Poder’.

Anillos del Poder
Una joven Galadriel, interpretada por Morfydd Clark

Primero cabe mencionar lo que parece obvio para muchos: Esta es una historia narrada durante la ‘segunda era’, es decir, antes de la saga del Señor de los anillos, y que incluso el Hobbit. La narrativa ocurre no solo unos años, o meses, sino cientos de años antes de la historias que vimos en el cine. Como parte del acuerdo legal entre Amazon Studios y Tolkien Estate, solamente se podía utilizar el material mencionado dentro de “los seis apéndices” de ‘El Retorno del Rey’, por lo que menciones a hobbits quedan descartadas por completo. Esto juega un espacio importante, ya que a la audiencia nos permite apartarnos de las expectativas que se tuvieran de ver a un ‘baby Frodo’ o algo por el estilo, partiendo de contarnos una historia ‘nueva’ con personajes creados para la serie.

Esto no significa que no tendremos personajes conocidos, como lo demuestra desde el inicio del primer episodio Galadriel, la Dama de Lórien, a la que vemos en una faceta más joven alejada de la figura mítica de bruja sabía y adivinadora viviendo entre elfos. Aquí Galadriel es una elfa guerrera, dominante, y terca ante lo que es una venganza personal, lo que añade un subtexto interesante al personaje y mucho rango narrativo para mostrarnos como hasta una elfo puede tener un arco de cambio en cientos de años.

Anillos del Poder
Nori y Poppy

Cuando no se pueden utilizar personajes o razas conocidos, la serie nos muestra otra de sus cartas. Al no [poder] ser mencionados los Hobbits, Amazon recurre a los harfoots o pelosos, una subraza de hobbit de piel más oscura y de menor tamaño. Desde el primer episodio se establece quienes son y las diferencias que tienen respecto a su raza más conocida. Nómadas, llenos de tierra, y más apegados a la naturaleza, aunque claro que igual de temerosos de las demás razas (aunque se presume tienen buena relación con los enanos) y de perder sus costumbres sobreprotegiendo a su comunidad, antes que nada. Cultura fértil para resaltar a Nori y Poppy quienes, sin lugar a dudas, nos recuerdan por su valor e ingenuidad a Frodo y Sam.

Aunque se demoran hasta el segundo episodio, llegan con una fuerte presentación los enanos, y vaya manera de presentar a esta raza. No es cualquier cosa que un elfo tenga una amistad con un enano, que en este universo es cosa rara en tiempos de paz, por lo que no es casualidad la forma en la que se muestra y como se relacionan. Sin embargo, aquí podemos mencionar lo hermoso que es por fin ver en todo su esplendor esta ciudad de Khazad-dûm bajos las montañas de Moria (y no la abandonada, muerta, y fantasmal ciudad que vimos en La Comunidad del Anillo).

Buen momento para hablar de los visuales que no son poca cosa. Con un módico presupuesto de Amazon de 60 millones de dólares por episodio, estos se aprovechan y lucen. Cuando hay CGI este queda bien manufacturado sin que se note un abuso del mismo, y vaya que no es necesario salvo en quizá algunos personajes o efectos, ya que las locaciones en gran medida son reales, filmadas en Nueva Zelanda como lo fue la trilogía de películas original. Cuando se muestran, las tomas amplias a las ciudades de los elfos lucen espectaculares. Cuando nos muestran a los humanos en formadas chozas de paja y roca, son creíbles. Cada raza tiene su propio aspecto visual que se respeta constantemente diferenciándose una de la otra y jamás se perciben como lugares cerrados que pretenden ser abiertos como ocurre en series recientes de Disney filmadas en The Volume.

Anillos del Poder
Khazad-dûm en sus años de gloria

Y así, vamos durante dos episodios aprendiendo razas, personajes principales de cada una, sus motivaciones y la manera lógica en cómo se relacionan con otros. Lo hace bien pero no podría decir que es ‘perfecto‘. La trama hace lo mejor que puede en simplificar la complejidad del universo, pero no le toma mucho tiempo para alguien neófito a la saga en poder perderse entre tantos nombres de personajes importantes, o incluso de la distancia geográfica en el mapa ya que brincamos muy seguido de una locación a otra. Otro detalle es que durante toda esta amplia y bella presentación no hay algún antagonismo presentado en pantalla. Sí, habrá uno que otro monstruo que ataca y es eliminado, y claro que se habla de que “el mal en algún lado se esconde”, pero esto puede percibirse como delirios de los personajes que lo mencionan más que un peligro latente, y no es hasta los últimos minutos del segundo episodio que podemos ver un peligro real de la mano de un solo orco que podríamos (o no) pensar que tiene más relación con una gran amenaza a ser solo un personaje azaroso.

Son pequeños detalles donde se puede perder la atención de la audiencia ya sea tardando en mostrar algo interesante para las mentes más dispersas, o forzando situaciones donde el fandom más exigente tenga de dónde empezar a tirar odio.

Si son de quienes creen que los fanáticos de Star Wars son los más tóxicos es porque hace años no había algo que alimentara a la horda de orcos que pueden llegar a ser los seguidores del universo de Tolkien. Con solo dos episodios parece apresurado el nivel de odio que ya recibe de crítica de la audiencia, pero siempre apuntando al factor de ‘inclusión’ en la serie. En lo personal considero que esto no es Netflix, nada de lo añadido afecta la trama, ni el canon. Que existan mujeres de la raza de los enanos sin barba es irrelevante a la historia. Que exista un elfo de piel oscura como Arondir en ningún momento le resta interés o actitud badass, y no deja de comportarse como el resto de elfos (sin mencionar que Tolkien nunca desechó la idea de que no pudiera haber otro tipo de color de piel en los elfos).

Anillos del Poder
Nazanin y Arondir

En definitiva, Los Anillos de Poder es una apuesta arriesgada donde muchas cosas pueden salir mal. Es pronto para sacar conclusiones, así como que sigue en promesa de potencial mucho de lo que mostró; pero, así como caminando por la cuerda floja, esta serie ya dio dos pasos delante y aún no ha caído por más que muchos esperan que lo haga.

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