Como dije al final del artículo anterior, a partir del último título de la franquicia que se lanzó para Super Nintendo, Castlevania se dividió en dos clases de videojuegos: metroidvania y 3D.
En el caso de los primeros, fueron los predominantes —y me atrevería a decir que los mejores— en esta etapa, mientras que los segundos fueron el intento por llevar a la franquicia a lo que por entonces se consideraba el futuro de los videojuegos, es decir, los polígonos y el 3D. Spoiler: termina mal.
Y hablando de spoilers, habrá algunos en el artículo, por lo quedas advertido.
5ta Generación de consolas
Castlevania: Symphony of the Night (PlayStation, 1997/1797)
Cuando ya todo el mundo pensaba que el pixel art y los juegos en 2D eran cosa del pasado, Konami, en un movimiento bastante arriesgado, lanzó una nueva secuela de Castlevania, llamada Castlevania: Symphony of the Night, y que podríamos considerar como Castlevania VI.
Y aunque en su momento fue muy criticado por considerársele obsoleto y arcaico, no tardó en convertirse en uno de los mejores Castlevania de todos los tiempos, así como en un juego cuya influencia se sigue sintiendo aún a día de hoy.
Symphony of the Night es una secuela directa de Rondo of Blood, y de hecho comienza justo en la pelea entre Richter Belmont y Drácula. Lo que en su momento, no voy a mentir, fue algo bastante épico, a la par que confuso, ya que recuerda que Rondo of Blood no fue lanzado fuera de Japón.
La historia del juego se ubica cinco años después de la ya mencionaba batalla, y en contra de lo que se podía esperar, no tomas el control de ningún Belmont, sino de Alucard, hijo de Drácula y uno de los protagonistas extra de Castlevania III.
Para empezar, este fue el primer título de la franquicia en la que tu arma no es un látigo, sino una espada, y en el que cuentas con un botón que te permite realizar un movimiento de “esquiva”, con el que puedes evitar sufrir daño por ataques enemigos.
También, si presionas el botón de pausa, entras a un complicado menú lleno de opciones y estadísticas, más propio de un RPG que de un juego de acción. Lo que en conjunto te dejaba extremadamente confundido y descolocado.
Pero ya que los gráficos, música y controles son excelentes, simplemente no puedes dejar de jugar y adentrarte cada vez más en esa versión del castillo que es gigantesca.
Es decir, por más que avanzabas, el primer nivel no terminaba, y caías en la cuenta de que todo el juego era un único y colosal nivel, lo que para ese entonces era algo muy sorprendente.
Y cuando, tras varias horas, al fin llegabas hasta el Salón del Trono para la batalla final contra Richter Belmont, y si es que hiciste todo bien, descubrías que apenas ibas por la mitad de juego, pues todavía tenías que pasar de nueva cuenta el castillo, pero a la inversa, lo que francamente te volaba la cabeza.
Castlevania: Symphony of the Night vino a cambiar prácticamente casi todo en la franquicia, y aunque en ocasiones puede llegar a ser bastante críptico en algunas partes, es un juegazo en toda la extensión de la palabra, de ahí que se le considere como uno de los mejores, sino el mejor Castlevania.
Castlevania Legends (Game Boy,1997/1450)
Esta fue la tercera y última entrega de la franquicia para el Game Boy. Y tal como sucedió con las dos anteriores, es su propia “cosa” y pocas similitudes tiene con los juegos para consolas de sobremesa.
En términos de historia, está protagonizado por Sonia Belmont, la primera mujer de la familia, así como su primer miembro, al menos durante un tiempo. Aunque en realidad esto no importa demasiado, ya que el juego no es considerado como canónico.
En jugabilidad tampoco aporta nada nuevo, y al igual que los otros títulos para Game Boy, está muy limitado en todos los sentidos, en especial considerando la fecha en la que salió. Por si esto fuera poco, tiene el peor látigo de toda la saga, en serio, tendrías más alcance atacando con los puños.
Quizá lo más interesante que tiene es un sistema de magias elementales y que Alucard está involucrado en la historia. Pero tampoco es gran cosa, y no lo salva de ser un juego mediocre y de ser el peor de toda la saga.
Castlevania 64 (Nintendo 64, 1999/1852)
Tarde o temprano la franquicia iba a dar el salto a las tres dimensiones, y lo hizo para la consola Nintendo 64, con el juego conocido popularmente como Castlevania 64. En términos jugables, se trata de un juego de acción lineal divido en varias fases, la mayoría de ellas dentro del castillo de Drácula.
Se encuentra protagonizado por Carrie Fernández, una joven bruja que ataca a distancia, y por Reinhardt Schneider, un guerrero que ataca con un látigo, no está claro si es el mismo que el de la familia Belmont, pero diría que no.
Es un juego que, visto a día de hoy, no ha envejecido nada bien, y que aun en su época tenía serios problemas, como la horrible cámara, las pésimas animaciones, un mediocre sistema de combate y peleas con jefes muy aburridas y poco memorables.
La historia no ofrece nada, no hay cómo acomodarla y hoy se considera fuera del canon. A pesar de todo esto, tuvo una secuela que en realidad es una precuela, que tuvo los mismos problemas y relevancia que el anterior.
En este punto nadie debería sorprenderse si digo que si dejas pasas por alto estos juegos, en realidad no te estás perdiendo de nada interesante.
Castlevania Chronicles (PlayStation, 2001/1691)
Tras un poco afortunado primer intento por llevar la saga al 3D, Konami decidió regresar a las dos dimensiones y a la fórmula clásica con el juego Castlevania Chronicles, un remake del Castlevania X68000, que a su vez es el remake del primer Castlevania, y que fue exclusivo de PlayStation.
Como remake, Castlevania Chronicles es prácticamente idéntico al juego original, y todo lo que dije sobre él puede aplicarse a este. Claro que los gráficos son de mayor resolución y la música recibió arreglos, pero básicamente es la misma experiencia, solo que con menor dificultad.
Es un buen juego y divierte lo mismo que los títulos clásicos. Y ya que jugar el original es algo complicado, incluso mediante emulación, Chronicles es una buena manera para experimentarlo.
6ta Generación de consolas
Castlevania: Circle of the Moon (Game Boy Advance, 2001/1830)
Aunque Symphony of the Night fue un juego muy querido, la principal crítica que se tiene con él es que su dificultad es muy baja una vez que subes unos cuantos niveles y adquieres un arma más o menos decente.
De este manera, Circle of the Moon fue una especie de experimento, el intento de hacer una mezcla entre la jugabilidad de los Castlevania clásicos, incluyendo sus defectos, con lo metroidvania. Algo que, en honor a la verdad, no resultó particularmente bien.
Para empezar, los gráficos de este juego son muy inferiores respecto a los de Symphony, lo que es entendible ya que salió para una consola con menor potencia. Pero aun considerando este handicap, los gráficos no se ven bien y rallan en lo burdo. Los del NES tiene muchas más personalidad.
Esto es debatible y sin duda cuestión de gustos, pero la música me parece espantosa, de por si la música en el Game Boy Advance suena mal; y el único tema que vale la pena escuchar es Aweken.
Como señalé antes, la intención era que los controles emularan los de las entregas clásicas, incluso vuelves a utilizar un personaje que ataca con un látigo. Pero sencillamente los controles no se sienten bien, se sienten torpes y forzados, y esto lastra muchísimo la experiencia de juego.
En teoría, el punto fuerte de Castlevania: Circle of the Moon, es una mecánica que involucra cartas mágicas, que al mezclarse te otorgan una habilidad, cambian la apariencia de tu arma o la imbuyen con un atributo elemental.
No negaré que es interesante, sin embargo, está plagado de problemas. Quizá el más grande sea que es un sistema para nada intuitivo y sumamente rápido se vuelve algo tedioso, ya que la probabilidad de obtener las cartas de los enemigos es ridículamente baja para las más útiles.
Lo bueno, o malo, depende de cómo lo veas, es que puedes ignorar estas cartas y todavía así poder pasar el juego, ya que con el látigo, las armas secundarias y las habilidades especiales que vas desbloqueando, tienes más que suficiente para progresar.
Con todo y su mediocridad, no es un juego terrible y algo conserva de la esencia Castlevania. Lo que no lo salva de ser el peor metroidvania de la saga.
Castlevania: Harmony of Dissonance (Game Boy Advance, 2002/1748)
Esta fue la segunda entrega de la franquicia para la portátil de Nintendo, y superó a su predecesor en todos los aspectos, lo que no significa que sea un juego perfecto, nada más lejos de la realidad.
Para comenzar, su historia sí tiene sentido dentro del canon, y vuelves a manejar a un miembro de la familia Belmont llamado Juste, quien de acuerdo con las fechas debe ser nieto o bisnieto de Simon. Aunque algo curioso es que su aspecto recuerda más al de Alucard que al de los cazavampiros.
El salto gráfico de Circle of the Moon a Harmony of Dissonance es considerable y ahora la atmósfera Castlevania es mucho más palpable. Dicho esto, en lo personal no me agrada esa aura azulada que rodea al personaje, y que no encaja con este.
Por otra parte, la música sigue siendo regular en el mejor de los casos. Por decir algo, el tema que suena durante la primera etapa del castillo, es de lo más espantoso que he escuchado nunca en una banda sonora.
A favor del juego puedo decir que su mapa es interesante y tiene su truco entenderlo. Por desgracia, la explicación que te dan al respecto es muy poco clara, y puede llevar a ciertas personas a desesperar al no encontrar la forma correcta para poder seguir avanzando.
El bestiario de enemigos también ha mejorado mucho, la variedad de criaturas es mayor, y ya no se repiten tan ridículamente como en Circle of the Moon. El sistema de cartas ha desaparecido y es reemplazado por uno de libros, que en esencia es básicamente lo mismo, pero no tan complicado ni tedioso.
Hablando en términos generales, Castlevania: Harmony of Dissonance es un mejor juego que su predecesor. No obstante, se queda muy por debajo de los juegos que salieron después, y ya ni digamos en comparación con Symphony of the Night.
Como curiosidad final, este fue el último Castlevania verdadero protagonizado por un miembro del clan Belmont.
Castlevania: Aria of Sorrow (Game Boy Advance, 2003/2035)
Llegados aquí, seguramente ya habrás notado que la cronología de la serie es un completo desastre, con más saltos temporales que cualquier película que trate sobre viajes en el tiempo.
Resumiendo un poco, hasta este punto, los acontecimientos más modernos narrados en la historia fueron en Castlevania: Bloodlines, del año 1994, que narra lo sucedido en 1917, cuando los Belmont oficialmente ya han desaparecido.
Pues con Castlevania: Aria of Sorrow decidieron llevar las cosas un poco más lejos, y su historia ocurre en el futuro lejano, años después de que el último Belmont regresara y Drácula fuera destruido de manera definitiva. Aquí es necesario hacer un pequeño paréntesis.
Tras toda una eternidad y varios juegos, Drácula es destruido por completo en lo que se conoce como la Batalla de 1999, cuando Julius Belmont, junto a un grupo de otros héroes, derrotan al vampiro y sellan su castillo, que es un elemento indispensable para su resurrección.
Estos eventos no se narraron nunca en algún juego, y solo sabemos de ellos porque se mencionan en este juego, y que son fundamentales para comprender su historia.
Aria of Sorrow está protagonizado por un joven japonés llamado Soma Cruz, quien junto con un grupo de aliados, queda prisionero dentro del castillo de Drácula, que por algún motivo se ha materializado en Japón, por lo que es deber de Soma hallar una salida para él y sus amigos.
Este es el metroidvania más refinado para Game Boy Advance, también es el mejor valorado y, en teoría, iba a marcar el futuro de la franquicia. Es un juego bastante bueno y divertido, y por fin introduce una mecánica que se integra muy bien a la jugabilidad y las características de la serie: la recolección de almas.
Castlevania: Lament of Innocence (PlayStation 2, 2003/1094)
Salido para la PlayStation 2, fue un nuevo intento de llevar Castlevania a las 3D, y por lo que entiendo, dividió a la comunidad de fans, pues aunque parece que no se trata de un mal juego —jamás lo he probado—, también era muy diferente, algo más parecido a un hack and slash que a otra cosa.
Al margen de lo anterior, tiene su relevancia en la serie al revelar por fin los orígenes de Drácula, y nos presenta al Belmont que selló el destino de toda su familia, lo que lo vuelve el primer juego de toda la cronología.
7a Generación de consolas
Castlevania: Dawn of Sorrow (Nintendo DS, 2005/2036)
Continuación directa de Aria of Sorrow, que transcurre un año después. Volvemos a controlar a Soma Cruz, quien en esta ocasión debe investigar las actividades de un culto que pretende crear a un nuevo Señor Oscuro, es decir, un sucesor de Drácula.
En términos de jugabilidad y mecánicas de juego, es prácticamente idéntico a su predecesor, con la salvedad de que todo está más refinado, incluyendo gráficos y sonido.
Regresa la mecánica de las almas, y se añadió el que estas se utilicen como materia prima para mejorar algunas armas, lo que es muy interesante y la da gran dinamismo al gameplay, pues tienes a tu disposición un gran arsenal.
Es un juego excelente, y aun así no es el mejor Castlevania que se publicó para la Nintendo DS.
Castlevania: Portrait of Ruin (Nintendo DS, 2006/1944)
Nos encontramos ante la secuela de Castlevania: Bloodlines, y uno de los metroidvanias más singulares dentro de la franquicia, y el que más mecánicas de juego nuevas introdujo en la serie.
Este es el único Castlevania en el que tienes un compañero, un segundo personaje al que puedes intercambiar en cualquier momento y que puede ser controlado por la computadora. Estos personajes son Jonathan Morris, hijo de John, y Charlotte Aulin.
Cada uno de ellos cuenta con sus habilidades, por ejemplo, Jonathan ataca con espadas y látigos, mientras que Charlotte lo hace recurriendo a poderosos hechizos, y resulta indispensable saber utilizarlos a ambos, ya sea por separado o juntos, para poder avanzar en la aventura.
El Item Crash está de regreso y cada protagonista cuenta con varios de ellos, así como algunos que se realizan entre ambos y que provocan daño masivo a los jefes. Otra mecánica nueva es la inclusión de misiones, que al ser cumplidas dan acceso a items y habilidades de gran utilidad.
Gran parte de la acción no ocurre en Castlevania, sino dentro de pinturas que te trasladan a varios rincones del mundo, como Egipto, Londres y otros lugares particularmente siniestros. Todo ello con el objetivo de debilitar a un poderoso vampiro llamado Brauner, quien busca volverse el nuevo señor del castillo.
Portrait of Ruin también profundiza más en el lore de los Belmont y el Vampire Killer, tiene una historia y premisa más que interesantes, y cuenta con el breve regreso de uno de los Belmont más populares.
Este es uno de mis Castlevania preferidos, y está más que recomendado si es que no lo has jugado todavía.
Castlevania: The Dracula X Chronicles (PSP, 2007/1792-1797)
Se trata de un remake con gráficos poligonales del Castlevania: Rondo of Blood, que fue publicado en exclusiva para la portátil de Sony PSP.
Por sí solo es un estupendo juego, con algunos añadidos en su historia que explican un poco el por qué los Belmont desaparecen en ese punto de la historia, y cuenta con el extra de que te permite desbloquear el Rondo of Blood original, así como el Symphony of the Night. Un detallazo.
Por increíble que parezca, Konami nuca ha vuelto a sacar esta colección de títulos, y eso que ya tuvo su oportunidad en Castlevania Requiem. Pero esta empresa lleva más de una década tomando decisiones estúpidas. Al menos existe la emulación.
Castlevania: Order of Ecclesia (Nintendo DS, 2008/1800)
Y llegamos al fin de toda una era, lo que, no voy a mentir, todavía es algo que me entristece. Castlevania: Order of Ecclesia fue para muchos, en especial para quienes crecimos con esta saga, el último Castlevania verdadero que fue publicado.
Ambientado a principios del siglo XIX, es decir, tras los sucesos de Symphony of the Night, el juego está protagonizado por una joven llamada Shanoa, quien tiene la habilidad de absorber glifos, algo parecido a las almas de los Sorrow, lo que le permite materializar armas y realizar hechizos.
Comparado con los Castlevania que le precedieron, este es un poco más oscuro y serio, además su historia es un poco más elaborada y cuenta con un par de giros argumentales que no están nada mal.
Su dificultad es bastante elevada. No llega a los niveles del legendario Castlevania III, pero sin duda es el metroidvania más difícil que existe dentro de la franquicia. Pues por mucho poder que vaya ganando Shanoa, en realidad ella siempre se encuentra en un nivel más bajo que los enemigos.
Los jefes pueden llega a ser especialmente duros, y prácticamente todos te van a mantener ocupado por un buen rato.
Lo que más me ha gustado de este juego, además de sus excelentes gráficos y música, es el tramo final, cuando por fin tienes acceso a Castlevania y Shanoa se adentra en su interior, mientras de fondo suena el tema An Empty Tome.
Sumamente épico y que trae recuerdos de cuando Simon hizo lo mismo muchos años antes. Lo que, a mi parecer, fue una estupenda forma de unir y cerrar los lazos con el pasado de la franquicia. Como dije, algo épico, pero al mismo tiempo agridulce.
Si bien Castlevania llegó a su fin en este punto, lo que salió después no cuenta para mí, la saga se negó a morir, y no faltó quien se dio a la tarea de crear sucesores espirituales, que es de lo que hablaremos en la cuarta y parte final de esta serie de artículos.
Como siempre, déjanos tu opinión en la caja de comentarios.