Después de cuatro años del estreno de la primera temporada, en 2020 llegó la segunda temporada de Re: Zero, misma que tuvo que ser dividida en dos partes debido a complicaciones en la producción por la pandemia.
Ahora que el último capítulo ha sido transmitido, toca preguntarnos: ¿La segunda temporada estuvo a la altura de la primera?
La historia continúa exactamente donde nos quedamos en el final de la primera temporada; Subaru y Emilia deciden reunirse con Roswaal en un sitio llamado El Santuario para informarle a él y a todos los aldeanos del pueblo de Arlam que el peligro ha pasado y Betelgeuse ha sido derrotado.
Al llegar al lugar donde se refugiaron, se descubren que existe una barrera que le impide a todos aquellos con sangre mestiza abandonar el santuario a menos que alguien logre romper la barrera al superar una serie de pruebas ideadas por Echidna, la bruja de la codicia. Emilia, al ser medio-elfo es una de las afectadas por la barrera y la única solución es someterse a las pruebas de Echida.
Esta temporada es muy distinta a la anterior en muchos sentidos: mientras que en la primera tuvimos la oportunidad de conocer muchos sitios de Lugunica –país ficticio en el que se desarrolla la historia–, aquí la mayor parte de la acción ocurre en El Santuario, una pequeña aldea en medio del bosque. Debido a esto la trama es más pausada.
Es notoria la ausencia de un personaje bastante querido por los fans: Rem. Es bien sabido por todos nosotros la importancia que tuvo Rem no solo en la historia de la serie, sino también en el fama que alcanzó hace unos años convirtiéndose en la waifu de muchos.
En esta temporada quien se roba todos los reflectores, al menos durante la primera mitad es Echidna, quien muchas veces funge como antagonista, pero también termina ayudando a Subaru y se convierte en un respaldo emocional bastante fuerte, ya que es la única que conoce sus constantes retornos de la muerte.
Con la ausencia de Rem y una trama mucho más simple y pausada, podríamos pensar que esta temporada no está a la altura de la primera, que estaba llena de momentos memorables, grandes peleas y secuencias de acción. Sin embargo, esta temporada nos presenta algo increíblemente valioso: la evolución de los personajes.
Las pruebas de Echidna son un simple pretexto para explorar el pasado y las motivaciones de nuestros dos protagonistas. Nos enteramos del pasado de Emilia, como fue su primer encuentro con una bruja y como Betelgeuse pasó de ser un hombre bondadoso y amable al villano retorcido que vimos en la primera temporada.
Conoceremos como era la vida de Subaru antes de quedar atrapado en este fantástico mundo, su relación con sus padres y el motivo por el que abandonó la escuela.
Llegados a este punto, es interesante ver el cambio radical que ha tenido esta serie, tomando un rumbo totalmente distinto a la mayoría de los Isekai, un género bastante explotado en la actualidad que parece tratar de complacer las fantasías de los espectadores al poner al protagonista perfecto y poderoso en un mundo que parece diseñado solo para el y donde todas sus compañeras se derriten a sus pies.
Las historias tipo Isekai no son algo exclusivo de Japón: a lo largo de la historia hemos tenido en la literatura y en el cine, historias de jóvenes que salen de su zona de confort para enfrentarse a un mundo fantástico y lleno de peligros, ejemplos de esto son Alicia en el país de las maravillas y El Mago de Oz.
Estas historias suelen ser alegorías sobre alcanzar la madurez así como el crecimiento personal, y esto es lo que Re: Zero está retomando: alejar al género de la fantasía y los sueños de poder para convertirlo en una metáfora del crecimiento personal y todo lo que eso implica, tocando temas como la soledad, el miedo y la depresión.
Si bien la segunda temporada de Re: Zero se aleja un poco de todo lo que la hizo popular, la serie y sus personajes evolucionan satisfactoriamente presentando un mensaje esperanzador y un auténtico homenaje a la vida. ¿Ya la viste? Cuéntanos tu opinión en los comentarios.
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