Por Ulises Reyes.
Tras muchos retrasos, por fin llega a las pantallas Metal y hueso, un drama romántico poco convencional que sin duda los cautivará.
La cinta sigue las vida de Alain, un joven padre desempleado que deambula junto a su hijo en Antibes (al sur de Francia), que termina encontrando a su hermana Anna, quien les da asilo en su hogar. Pese a un entorno hostil Alain consigue empleo como portero en un club nocturno, y es ahí donde conoce a Stéphanie, una atractiva mujer que auxilia tras una pelea en el lugar.
Stéphanie trabaja como entrenadora de orcas en un parque marino y tras un accidente pierde las piernas y aquí comienza la historia, ya que ambos personajes serán puestos a prueba para enfrentar juntos lo adverso de las circunstancias; en esencia el filme versa sobre lo que uno está dispuesto a hacer, cambiar o sacrificar por un ser querido y va más allá del plano amoroso.
Tras dirigir un filme tan reconocido como lo fue Un profeta (A prophete), el talentoso cineasta Jacques Audiard presenta un nuevo y espléndido retrato sobre las relaciones humanas, esta vez inclinado hacia el idilio de una joven pareja interpretada por dos excelentes actores como lo son Marion Cotillard y Matthias Schoenaerts.
Después de ganar el Oscar por La vida en rosa y de actuar en filmes tan variados como Enemigos públicos, Medianoche en París y El origen; Metal y hueso significa un “regreso” de Marion Cotillard a su cine natal y con un papel tan complicado como este, lo ha hecho de una forma prodigiosa; en el idioma que se le presente, Marion demuestra en cada uno de sus trabajos el gran talento que posee.
Por lo regular en una cinta con una actriz tan famosa como Marion Cotillard al frente del proyecto, el filme gira alrededor de su personaje, pero se respetó el lugar de su co-protagonista masculino Matthias Schoenaerts, un auténtico descubrimiento actoral para este lado del Atlántico, ya que ofrece escenas desgarradoras como la que completa la explicación del inusual título; sin duda a Matthias Schoenaerts se le vislumbra un futuro prometedor.
Muchos pensarían que al tratarse de un drama de habla no inglesa, este sería aburrido, lento y pesado, pero afortunadamente este no es el caso, ya que de principio a fin vemos en pantalla una historia rica de álgidos momentos y con un ritmo vertiginoso que no decae en ningún momento.
Aparte de las formidables actuaciones del resto del reparto (destacando las de Corinne Masiero, Céline Sallette y del muy joven Armand Verdure), el filme cuenta con magníficos valores de producción como una cuidada fotografía y un hipnotizante soundtrack.
Aunque el título no parezca muy atractivo (se agradece que haya sido una traducción literal del original De rouille et d’os) Metal y hueso tiene todos los elementos para convertirse en un clásico de la cinematografía mundial, no le den la espalda a un filme como este, no se arrepentirán.