Es el año 2077. Hace 60 años una raza extraterreste destruyó la Luna provocando con ello la devastación de la mitad del planeta Tierra, la humanidad (como era de esperarse) respondió usando armas nucleares con las que lograron derrotar a los invasores no sin antes volver inhabitable la otra mitad del mundo. Ahora la humanidad vive en Titán, la luna de Saturno, y un grupo selecto de humanos protegen inmensas máquinas que drenan la Tierra de sus recursos aun utilizables, monitoreados a distancia desde Tet, una estación espacial gigantesca. Jack Harper y Victoria Olsen, son dos de esos guardianes…
Esa es la premisa de Oblivion, cinta de Joseph Kosinski (si el nombre no les suena es porque sólo ha hecho la más reciente película de Tron, y desconocido por muchos, el comercial de Gears of War con la rola de “Mad World“), basada [según] en una novela gráfica que nunca se publicó, pero eso sí, se hizo película.
Tom Cruise, el chaparro cienciólogo de acción que siempre corre en su películas, interpreta a Jack, un soldado intrigado con cómo era la vida en la Tierra, que aunque tiene una relación con su compañera Viki (interpretada por Andrea Riseborough, quien mas que ser famosa tiene una de esas caras que “sientes ya haber visto antes en algo”), no puede evitar soñar reiteradamente con una morenaza con aires europeos que se parece (porque es) a la chica Bond en Quantum, a quien nunca ha visto en su vida y ni siquiera sabe cómo se llama (como tú cuando quisiste acordarte de dicha actriz, Olga Kurylenko).
Si no, aquí su foto para refrescarles la memoria
El trabajo de Jack no es otro que reparar los Drones, que con armas desintegradoras custodian las inmensas máquinas que succionan el agua marítima de la bahía donde décadas atrás, convenientemente, se encontraba Nueva York; el problema es que aún hay alienígenas en el planeta (que parecen Tusken Riders), con la pésima manía de destruir estas máquinas y de derribar cuanto Drone puedan.
Quizá porque jugaron demasiado Call of Duty o Fallout
A pocas semanas de concluir su servicio y regresar con Viki a Titán, la vida de Jack cambia abruptamente cuando un módulo espacial cae cerca de su hogar (una casa tipo la de los Supersónicos), y descubre que lo que cayó del cielo no es otra cosa que la chica con la que ha estado soñando todas las noches dentro de una cápsula de animación suspendida.
¡Diablos! ¿Y por qué a mí no se me cumple ese deseo?
Ahora bien… ¡Alerta Spoilers!
Pronto Jack comienza a tener revelación tras revelación descubriendo no solo que la chica en cuestión es su esposa, sino que TODO ha sido una mentira, y que mejor si Morgan Freeman con esa voz, te cuenta que en verdad Tet es la nave espacial que destruyó la Luna, que por décadas ha estado robando agua a la Tierra, que los “extraterrestres” a los que Jack ha matado a través de los Drones que repara no son sino sobrevivientes humanos, y que por consecuencia, él no ha sido sino una herramienta de los verdaderos malvados de la película.
Pero como hay un Dios que todo lo ve, y por él me refiero a Tet, éste pronto traiciona a Jack puesto que “sabe demasiado”, y mientras Drones asesinos intentan matarlo junto con la resistencia humana, ellos fraguan un plan de retacar un Dron con suficientes baterías nucleares y aplicar el “Día de la Independencia”, mandándolo de vuelta a Tet sin que los extraterrestres sospechen para que les truene cuan piñata en la cara.
Aunque las nuevas generaciones quizá la ubiquen más como “La Maniobra Iron Man” en The Avengers
Bueno, ya me contaste la película. Ahora ¿qué te pareció?
Oblivion no es una cinta mala per-se, aunque toda la primera media hora es leeeeeenta; yo entiendo que el motivo de ese ritmo inicial es plantear la frustrante cotidianeidad de Jack y el misterio que representan los “carroñeros” (como en un principio definen a los “extraterrestres” a los que se enfrenta). Sin embargo no es sino hasta la aparición de Julia, la chica que Jack rescata y con la que sueña todas las noches, que la película por fin se encarrila y la historia se vuelve más interesante que la fotografía panorámica de paisajes desolados.
El problema es que Oblivion está llena no solo de clichés de la ciencia ficción, sino de demasiadas situaciones “convenientes” como que Julia no solo sea la única sobreviviente de su misión, sino que sea el mismo Jack quien la encuentre tras 60 años de flotar en el espacio, y que justamente Morgan Freeman, el líder de la resistencia humana, presencie todo lo ocurrido con suficiente perspectiva como para revelar su existencia ante Jack.
Bueno, es que ¿quién desconfiaría de esa sonrisa?
Las actuaciones fluctúan entre lo plano y lo predecible, así como la trama y la resolución de conflictos, apostando poco en momentos donde la trama pudo mostrarse más impactante, y aunque hay buenos giros en ella como la revelación de la existencia de otros Jacks, la mayor parte del tiempo la historia nos lleva de la manita, planteando con diálogos o encuadres elementos obvios sobre lo que ocurrirá rumbo al final de esta cinta, plagada (como muchas cintas futuristas) de elementos que por si mismos la hacen interesante (los avances tecnológicos, la extinción de la raza humana tras una guerra con seres extraterrestres), en los que no ahondan más allá.
Además tenemos una increíble gama de sinsentidos como el hecho de que cada uno de los Drones es prácticamente una pequeña bomba nuclear debido a las baterías que los componen, entonces… ¿No sería más fácil si se usaran más en un modo ‘kamikaze’? O que tal aquello de que “la estación” Tet no transmite más que imágenes en blanco y negro, o que solo pueden comunicarse a específicas horas del día cuando hoy, 64 años en el pasado, sin problemas vía Skype puedo en este instante contactarme con alguien de Australia. En otras palabras, existe algo llamado “Satélites”
(Como con los que te estoy espiando en este preciso momento)
En síntesis, Oblivion queda corta en cuanto a “la propuesta” que aspiraba ser, pero tampoco es algo inveible; es entretenida en general y si bien no te tiene al borde del asiento, hay momentos con la suficiente tensión como para involucrarse con los personajes. Los efectos especiales y la cinematografía de igual forma sostienen visualmente esta cinta, cuyo nombre irónicamente, probablemente sea su destino: El Olvido.