Alejandro Montanaro|
Los remakes son un gran problema, y últimamente han sido un tema de gran controversia. A muchos les parece un signo de la continua decadencia de Hollywood en producir nuevas ideas, simplemente tratando de sacar un producto rápido sin poner mucho esfuerzo en hacer algo único y original. Sin embargo, no es un fenómeno nuevo, esto es algo que se ha visto y ha ido sucediendo prácticamente desde el momento en el que el cine se convirtió en una industria importante. Dejando de lado cualquier opinión personal al respecto, lo importante es si una película logra contar una buena historia, por lo que nos preguntamos, ¿es este el caso del remake de Poltergeist?
La cinta cuenta la historia de una familia que se muda a una nueva casa en la cual comienzan a suceder eventos paranormales bastante atemorizantes, y la situación empeora cuando la hija menor desaparece a causa de estos fenómenos.
El hablar de un film como éste es algo bastante difícil; si bien uno tiene que ver estas películas de manera objetiva, dejando de lado las opiniones personales que se tengan respecto a los remakes, uno no puede olvidar que se está hablando de la nueva versión de una cinta clásica. Poltergeist fue (y sigue siendo hasta hoy en día) un icono del género del terror, del cual muchas películas tomaron elementos, por lo que el verlos en un remake no es nada nuevo.
La historia y personajes funcionaron bastante bien; si bien hubo un elemento de los protagonistas que me desagradó muchísimo (creo que todos estamos hartos del torpe “adolescente mamón”) todos los demás fueron bastante funcionales. Quienes se llevaron la película, en mi opinión, fueron Sam Rockwell como el padre y Jared Harris como el exorcista que los ayuda; sus personajes y la forma en la que los interpretaron ayudaron muchísimo a la trama.
El mayor problema de la película podría decirse que resulta ser un elemento a su favor; si tengo que ser honesto, el film no da mucho miedo, y para una cinta cuyo marketing se enfocó en hacerla ver como algo aterrador, eso no es NADA bueno. Algunas escenas y momentos fueron un tanto intensos, y los efectos estuvieron “ok”, pero nada fuera del otro mundo. Sin embargo, mentiría si les dijera que no la pasé mejor viendo esta película que las últimas cintas de terror que han salido en los años recientes.
Poltergeist es bastante divertida y muy entretenida. Usualmente cuando un film de terror trata de romper la tensión usando comedia o algún otro elemento termina siendo una falla que arruina el momento y las escenas. Sin embargo, aquí funcionaron bastante bien (añadido a esto que esas escenas contaron con la actuación de Rockwell y Harris) y fueron una de las fuerzas que ayudan a que la cinta no sea tediosa o aburrida. Cuando te das cuenta que Sam Raimi fue productor en esta película, no puedes evitar pensar si lo hizo para ayudar con el terror (por Evil Dead) o con la comedia (por Army of Darkness).
La versión que vi de la película fue en 3D, y a mi parecer el 3D funcionó bastante bien. Siempre he pensado que lo que hace que un film en 3D funcione es la mezcla correcta de la técnica que usaron para grabar la película (o convertirla, dependiendo del caso) y el cine en el cual la estés viendo. Aun cuando no hay muchas cosas que salten de la pantalla para asustarte, el efecto de profundidad que dio el 3D a la cinta fue excelente. No es algo que diría que es necesario para la película, pero funciona. Está bien hecho.
Para concluir, si bien Poltergeist no llega a funcionar del todo como una película de terror es, sin lugar a dudas, una cinta sumamente entretenida y palomera. Excelente si tienes una hora que matar y quieres pasar un rato entretenido con tus amigos.
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Poltergeist
Director: Gil Kenan
Guión: David Lindsay-Abaire
Protagonistas: Sam Rockwell, Jared Harris, Rosemarie DeWitt