Cuando vi Avengers: Endgame pensé que era el final de todo, que sería difícil volver al Universo Marvel. Sin embargo, Spider-man: Lejos de casa fue una película ideal para el duelo: ligera, sencilla, como un back to basics.
La película empieza con un tributo cursi y cliché de los vengadores caídos, principalmente por la selección de la música de fondo. Luego nos presenta un futuro inmediato al final de Endgame, al igual que nosotros vemos cómo todas las personas intentan retomar su vida diaria. La primera mitad es una trama de película adolescente, bien llevada, que es lo que nos aligera la tristeza, nos recuerda que Peter Parker es un niño de 16 años, y tras la tormenta la vida sigue.
Vemos nuevamente al Spider-man ingenuo, teto pero listo, que solo quiere tener una vida normal, siendo su manera de llevar el duelo. En algunos momentos lo siento muy optimista, pero Tom Holland hace un gran trabajo, tiene escenas en las que demuestra más carácter. Desde hace varias películas siento que lo vemos crecer un poco, experimentando, aunque aún no termina de madurar. Pero en esta ocasión vemos cómo la vida lo empuja a definirse y decidir si es capaz de ser un héroe.
Siendo alguien que trabaja impulsada por vocación pude identificarme con su debate mental entre querer tener su vida normal o ayudar a otros a cualquier hora.
M.J., sigue siendo un personaje extraño al que no logramos entender, pero me agrada que no es una damisela en peligro, es más problemática y ácida. Sin embargo, su relación con Peter sigue siendo poco natural, como de adolescentes.
El villano principal me gustó por el elemento sorpresa, y con un motivo muy sencillo pero común ─demasiado común en el UCM─, realmente es como si Spider-man siguiera siendo el buen héroe del vecindario.
Sus amigos, aunque son su fuente de apoyo y su motivación es protegerlos, con la madurez que ha adquirido siento que ha aprendido que tiene que actuar solo.
Los efectos especiales, y en especial las tomas, me gustaron mucho, son al estilo del videojuego y vienen acompañadas de buena música.
Entre las lecciones que me deja pensando la película es que la tecnología puede ser buena o mala según quién la maneje. Hay varias frases que nos dejan pensando qué tan crédulos somos en esta era de sobreinformación y qué tanto nos pueden engañar. A veces necesitamos un descanso, pero no siempre se puede y tenemos que seguir moviéndonos, Spidey lo sabe y llega un punto que habrá decisiones importantes, no debemos dudar de nuestra capacidad.
Hay dos escenas extras, la primera tiene información importante que sí me dejó boquiabierta. La segunda, para mí está de relleno y no me pareció relevante.
Le es recomiendo mucho que la vean, es disfrutable, y es lo que nos mandan como terapia para superar la serie de películas previas. La vida sigue, y nos dan a entender que el Universo Marvel aún tiene cosas nuevas por ofrecernos.