Lo que dejamos atrás es el más reciente capítulo de ‘The Last of Us’ basado en el DLC ‘Left Behind’ y vaya que a los escritores de esta adaptación les gusta hacernos sufrir.
Amiguitos quedan 2 domingos de ‘The Last of Us’ y no suelo cantar victoria apresuradamente (énfasis en “no suelo”) pero creo que sí estamos ante una de las mejores adaptaciones de videojuego; no obstante, antes de cantar victoria pues vamos a lo que nos interesa hoy: Episodio 7 Lo que dejamos atrás.
Este episodio a simple vista podría considerarse como “relleno” ya que no continúa la historia en donde se quedó Parentesco; sin embargo, en este episodio conocemos un poco del pasado de Ellie y aquí cobra más fuerza el diálogo “Cada persona que me importaba se alejó o terminó muerta.”
El episodio nos muestra a Ellie y un grupo de chicas corriendo en círculos dentro de un gimnasio escolar, nuestra protagonista trae consigo un walkman y no está corriendo con tanto entusiasmo cuando de repente una chica la molesta, quitándole su aparato y le exige que corra más rápido, momento que termina en una pelea.
Nuestra protagonista es enviada a la oficina del director en donde es reprendida por un capitán, aquí se nos da a entender que ella solía vivir en la nueva sociedad que estaba construyendo FEDRA y este capitán le comenta que tiene el potencial para convertirse en una gran líder y que no debería conformarse con hacer lo mínimo. Llega la noche y nos percatamos de que en su habitación hay una cama extra la cual observa con algo de molestia antes de dormir, avanzada la noche alguien se escabulle dentro de la habitación y sorprende a nuestra protagonista, este invasor en realidad es su mejor amiga Riley de quien Ellie se preocupa porque ya llevaba un par de días sin aparecer por lo que la había dado por muerta, Riley le confiesa que se unió a las Luciérnagas y esto Ellie no lo toma muy bien ya que los considera terroristas pues anteriormente plantaron bombas en varias bases de FEDRA, pero pese a esta amarga noticia Riley la convence de salir un rato porque le tiene una sorpresa, una invitación que nuestra protagonista acepta casi sin dudar.
La sorpresa se encuentra en un centro comercial abandonado no muy lejos de donde Ellie y Riley viven; sin embargo, Ellie le dice que ese lugar lo clausuró FEDRA hace mucho por lo que nadie puede entrar pero Riley le comenta que ya ha entrado varias veces y que no hay problema. Cuando logran entrar al lugar, la mejor amiga enciende un generador de electricidad y nuestra protagonista queda maravillada por el lugar, aquí las amigas pasan un día bastante agradable, se suben a un carrusel, se toman fotos en una cabina fotográfica y juegan en un arcade, en palabras de Ellie, ese es el mejor día de su vida.
Luego de todo que hicieron Riley la lleva a un cuarto en donde le regala un libro de chistes ya que estos le encanta a nuestra protagonista; sin embargo, el bonito momento es interrumpido cuando Ellie descubre varias bombas en el cuarto lo que la molesta bastante y decide regresar al cuartel, pero en este momento Riley le confiesa que planeó que ambas tuvieran un día memorable porque las Luciérnagas se irán a otro estado por lo que ya no se volverán a ver. Pese a esta confesión, Ellie estaba decidida en irse; sin embargo, antes de salir decide regresar y le dice a Riley que por favor no se vaya y que se queden juntas. El día vuelve a tomar un giro alegre, se ponen a bailar y en ese momento Ellie le da un beso a Riley; sin embargo, el momento es arruinado cuando un infectado aparece y las ataca, ambas logran matarlo pero desafortunadamente fueron mordidas. En ese momento ambas aceptan su destino y deciden convertirse juntas.
Hasta aquí termina el episodio y pese a que no se nos muestra exactamente qué pasó después con Riley no es muy difícil imaginar qué sucedió. Este episodio en su mayoría fue hermoso porque vemos a Ellie pasando un día bastante agradable como una adolescente normal; sin embargo -como aparentemente ya es costumbre en ‘The Last of Us’– este mundo es simplemente cruel y no puede ni siquiera tener un romance y experimentar a gusto el amor.