Me gustaría compartir mis impresiones sobre uno de mis videojuegos favoritos de todos los tiempos, hablo nada menos que de Enter the Gungeon, desarrollado por la empresa Dodge Roll y distribuido por Devolver Digital.
Una obra relativamente reciente, que durante mucho tiempo escapó a mi radar, y que tras descubrirla no supe valorar en su justa medida.
La primera vez que vi Enter the Gungeon, francamente no daba un peso por él. Su arte promocional me llamaba la atención, pero una vez que miraba algo de gameplay el juego perdía todo atractivo.
Tal vez me resultaba demasiado minimalista debido a su propuesta gráfica basada en el pixelart, el cual retoma los gráficos de consolas de 8 y 16 bits. A lo que no le encuentro mucho sentido, pues crecí con este tipo de juegos y guardo muy buenos recuerdos de varios de ellos.
Sea como fuere, el interés no me abandonaba del todo, así que tras ver videos de la experiencia de otros jugadores, al final decidí adquirir una copia, encontrándome con una verdadera joya.
Un divertidísimo videojuego con una interesante historia detrás, al que no dudo en catalogar como obra maestra repleta de detalles, que a final de cuentas es lo que más valoro en productos de este estilo.
En pocas palabras, Enter the Gungeon es un juego de exploración de mazmorras, cuyas habitaciones se generan de manera aleatoria, y que añade a la mezcla elementos de bullet hell, por lo que seguido vas a encontrar tu pantalla llena de proyectiles enemigos. Es de ese tipo de videojuegos.
Lo que no es buena noticia, ya que los héroes que puedes elegir no soportan mucho daño, y cuando se termina su salud es Game Over y toca comenzar desde cero la aventura. Lo típico que encontraría en un roguelite.
El trasfondo del juego consiste en la existencia en otro planeta de un calabozo muy especial que funciona con magia, pero no cualquier tipo de magia, sino la “pistolomancia”, por eso es que todo en su interior es acerca de armas de fuego y proyectiles.
De acuerdo con las leyendas, en lo más recóndito de dicha fortaleza yace un arma prodigiosa que es capaz de matar el pasado, y que aventureros de todo tipo desean obtener para enmendar algo en sus vidas.
La cuestión, deliciosamente irónica, es que quienes se adentran en el calabozo, atinadamente conocido como “Armazmorra”, con dificultad vuelven a salir, porque el camino para llegar hasta la tan codiciada arma está lleno de peligros.
A los que se suma algo parecido a desgarros en el espacio-tiempo, lo que provoca que dentro del calabozo uno se encuentra preso de un bucle temporal.
Uno de los personajes que recibe al jugador en la entrada de la Armazmorra lo explica muy bien: “Has venido aquí a matar tu pasado, pero con ello has condenado tu futuro”. Un argumento genial que me recuerda no poco al giro de trama de obras como La dimensión desconocida.
Lo más curioso, es que uno puede pasar todo el juego y no enterarse de nada de esto, y aún así disfrutarlo, eso claro, si se puede superar el obstáculo que representa su estricta dificultad.
Y esta es una de las razones por las que considero a Enter the Gungeon como una obra maestra de los videojuegos, porque de tener historia la tiene, y muy interesante por cierto, pero esta narrativa no es intrusiva y no entorpece en ningún momento a la diversión. Lo que resultaría imperdonable.
Eso por no mencionar que es de esos videojuegos que se encuentra repleto de guiños y referencias, lo que en mi caso particular le suma varios puntos más.
Además del obvio guiño a Dungeons and Dragons, el juego se encuentra repleto de referencias al cine, la televisión y, por supuesto, otros videojuegos.
Así a bote pronto, me vienen a la memoria referencias cinematográficas de Terminator 2, Comando, Los Cazafantasmas, El Juez, Blade Runner, Depredador, RoboCop, El Padrino, Star Wars, 2001 Odisea en el Espacio, El Bueno, el Malo y el Feo, Harry el Sucio.
También puedes encontrar guiños a The Man with the Golden Gun, Aliens, Looper, La Mosca, El Quinto Elemento, Harry Potter, Men in Black, Volver al Futuro, Krull, Tiburón, Apocalypse Now, The Matrix y Duro de matar.
En cuanto a videojuegos uno encuentra referencias a Wolfenstein, Doom, Star Fox, Punch Out!, Metal Gear (la saga Solid en específico), Shovel Knight, Bubble Bobble, Mass Effect, Earthworm Jim, Gears of War, Halo, Dead Space.
Por no dejar de mencionar Turok 2: Seeds of Evil, Megaman, Metroid, Dark Souls, Final Fantasy VII, Super Meat Boy, Bloodborne, Duck Hunt, Super Mario Bros, Tetris, Worms, Street Fighter, Mortal Kombat, GoldenEye 007, Fallout y The Legend of Zelda.
Si de programas de televisión se trata, podemos hablar de guiños a Futurama, Rick and Morty, Dragon Ball Z, Capitán Planeta, Game of Thrones.
Mientras que el mundo de la literatura está representado con referencias a Alicia en el País de las Maravillas, H. P. Lovecraft, el Rey de Amarillo, Drácula, Frankenstein, La Amenaza de Andrómeda y Hellraiser.
Bebiendo de tantas fuentes como lo hace Enter the Gungeon, es válido preguntar si en ese caso cuenta con personalidad propia, y me complace decir que en efecto, la tiene, tanto a nivel personajes como en el mundo en el que estos se desenvuelven.
El cual tiene más trasfondo del que se puede apreciar a simple vista, y que se va revelando poco a poco en la descripción de algunos de los objetos que vamos encontrando al interior del calabozo.
De esa manera, en lo que he dado en llamar “narrativa fragmentaria” o “antológica”, vamos descubriendo la existencia de facciones, terribles villanos y grandes héroes, con los que tal vez nunca crucemos camino, pero de cuya existencia sabemos por lo que han dejado atrás.
Y todo ello, repito, sin interponerse en la diversión del jugador, aunque al mismo tiempo sin dejar de sumarle elementos a la experiencia. Algo que pocas obras de la industria son capaces de lograr hoy en día.
En fin. Creo que este es un buen punto para dejarlo, no sin antes recomendarles que le den una oportunidad a Enter the Gungeon y su interesante propuesta. Un saludo y hasta la próxima.