El Episodio de Hoy:
¿ES IRON MAN 3 LA PEOR PELÍCULA DEL 2013?
Las redes sociales. Herramientas de comunicación, estrategias de alcance, nexo entre culturas y más de esa basura que usan los estudiantes universitarios cuando les toca exponer sobre el tema. Pero existe otro uso que, para buenas o para malas, ha definido gran parte de la cultura popular moderna en torno a Facebook (vamos, ¿acaso algún lector pensó que, al mencionar “redes sociales”, me refería a Pinterest?) Hablo, por supuesto, de la sección de comentarios. Este espacio de libre expresión (a menos que el Admin sea un marica y bloquee usuarios a su propia discreción) ha sido la sede de los fenómenos más peculiares que hayan surgido en este mundo virtual de temprana edad.
Originalmente, un método de retroalimentación, el área debajo de una actualización de Facebook en espera de mensajes constructivos, ha evolucionado a ser sinónimo de foro de opinión, buzón de quejas, imageboard, boletín publicitario, espacio de servicio a la comunidad, sesión de open mic, gradería de lucha libre, palenque, roast de Comedy Central y, en casos extremos (léase: siempre) baño público. Como siempre ocurre en todo, lo que más resalta es lo malo, y vaya que es malo cuando hablamos de la sección de comentarios.
Es reconocido académicamente que las cosas por internet son exageradamente desproporcionadas en comparación a la vida real: cuando en la vida real, un muchacho de secundaria es un retraído mudo, una mujer adulta es una madre cariñosa y un geek es un fan de Transformers, en internet son, respectivamente, un amante de la violencia y el hard metal, una defensora inquebrantable de derechos animales y el enemigo jurado de Michael Bay, comprometido con golpearlo en la entrepierna al instante de verlo en persona.
Sería de esperarse si la actualización en cuestión fuera un recuento de las peores películas del 2013, o las nominaciones a los premios Razzie. Sin embargo, leer ataques a dicha película en una entrevista con Jennifer Lawrence sobre Los Juegos del Hambre: Sinsajo, parece ser un indicador de que esta película causó un impacto a los fans mucho más grave y serio que la bomba atómica en Hiroshima.
Interesantemente, pocos argumentos se llegan a compartir sobre exactamente por qué la película fue la peor del año. Aquellos prudentes y originales usuarios no titubean en comentar algo sobre el giro en la trama concerniente al Mandarín (donde resulta ser el padre de Tony Stark, el nombre del trineo que tuvo de niño y un fantasma todo este tiempo) y la ofensiva, desastrosa y muy poco considerada decepción para los fans del personaje, aquellos que lo conocían y amaban desde que tenían edad para alcanzar el mostrador de la tienda local de historietas.
Y nada más.
O más bien, el blanco fácil para chistes que todo ser en la creación ha aprovechado para hacer.
Recuerdo haber visto la película, y también haberla disfrutado, tanto como las otras películas de los Vengadores. Claro está, la única experiencia que tengo con los cómics originales de Marvel es que una vez se me pegó una hoja arrancada de algún volúmen de Thor en la suela de mi zapato. Quizás por eso, la experiencia no me causó irritación en el estómago, flujo de sangre en los ojos y dolor perpetuo en el recto.
Sin embargo, el odio hacia la película persiste, y es por eso que uno debe preguntarse si, en efecto, ¿es Iron Man 3 la peor película del 2013? (Ey, ¡ese es el título del episodio!).
La respuesta más obvia, rápida y acertada sería: “Por supuesto que no, ¡no seas ridículo!” Y hay muchas justificaciones para ello. En este instante, si el lector forma parte del equipo anti-Shane Black, ya estará escribiendo en el área de comentarios el por qué soy un “Marvel-fan” de 12 años que apoyó la venta de la compañía a Disney y que no aprecia la seriedad que representan los cómics
Sin embargo, genuinamente hay maneras legítimas para asegurar que esta película no es la peor del año y que no sólo radican en el sentido común.
Lo primero que viene a la mente son los sitios Rotten Tomatoes y Metacritic, aquellos que Wikipedia y la prensa usa para hacer oficial si la película es un asco. Y una simple consulta mostrará una calificación de 62 en Metacritic y 78% en Rotten Tomatoes, que no son las más óptimas calificaciones pero, como la sociedad estudiantil mexicana podrá asegurar, es suficiente para “panzar” y no tener que preguntar cuándo es el extra. Así que, en el sentido de crítica y aceptación pública, Iron Man 3 no parece ser tan mala.
Por otra parte, tomando en cuenta los atributos artísticos, la habilidad técnica y el trabajo arduo de los involucrados en la producción de la película… no existe mucho argumento que soporte su estatus como lo peor del año. Y no, no sólo hablamos de Shane Black.
Las hordas de empleados mal pagados frente a una computadora retocando la iluminación del brazo derecho de Pepper Potts (mejor conocido como el equipo de efectos especiales) hizo un trabajo bastante sólido a la hora de dar vida a conceptos ridículos como hombres de fuego que explotan a discreción y trajes de hierro sin piloto. De todas las quejas sobre la película que leemos, curiosamente nadie habla mal de los efectos. Por tanto que detesten que Tony Stark (spoiler) ordene la destrucción de todos sus trajes (fin del spoiler), su indignación parece mostrar que genuinamente creen que haya pasado, como la mujer de la limpieza que jura que los personajes de la telenovela más reciente son personas reales y está viendo un documental de sus vidas.
La música de Brian Tyler ha logrado una hazaña antes creída imposible. Iron Man/Tony Stark ahora sí tiene un tema. ¡Y es tarareable! Les tomó tres películas (cuatro, si cuentas Los Vengadores), para darle una identidad musical que no fuera reutilizar el riff de la canción de Black Sabbath. Aunque éste hacía bien su trabajo, era como el maestro obligado a mostrarle a sus estudiantes por enésima vez cómo se debe resolver el problema de trigonometría. Y uno por fin lo logró solito.
Las actuaciones de todos son… convincentes, en el peor de los casos. Robert Downey Jr., Gwyneth Paltrow, Don Cheadle, incluso Guy Pearce, todos hacen un buen trabajo. Sí, señores, ¡también Ben Kingsley!
Por tan debatible que haya sido la revelación de que (spoiler) el personaje que aparece como el Mandarín es realmente una pantalla (fin del spoiler), pocos pueden alegar que la culpa es de Kingsley. No, en serio. El ganador del Oscar es uno de los mejores actores de nuestra época (excepto en Bloodrayne, pero habrá tiempo de hablar de Uwe Boll en un futuro) y su talento y profesionalidad son tan convincentes a la hora de interpretar a un líder terrorista, que te generan una auténtica sorpresa/decepción cuando descubres que no es quien dice ser. Es mucho más interesante cuando lo piensas así.
Estos y más detalles técnicos y artísticos, no olvidando el diseño de producción, cámaras, segunda unidad, sonido y edición, todo parece ser bastante satisfactorio. Quizás no el mejor trabajo posible, pero tampoco digno de burla o de vergüenza.
Pero lo que más enfurece a los espectadores es, sin lugar a dudas, la historia. Y allí es donde admito que muchas cosas fallan. La presencia del Iron Patriot (hijo de Iron Man y el Capitán América) es lamentable, la idea de Stark de provocar a su antagonista divulgando su domicilio es estúpida, (spoiler) Aldrich Killian como el verdadero Mandarín es patético (fin del spoiler), la acción llega tarde, el hecho de que Pepper Potts sea oficialmente más poderosa que Stark fue mal aconsejado y el final, oh, Dios mío, el final. Muchos culpan al escritor/director Shane Black de esto, lo cual es tonto, porque el guión de Black tuvo que ser aprobado por Marvel y no podía entrar en conflicto con la continuidad de las siguientes secuelas. No obstante, la trama resultó polarizadora para el público.
Por sus propios méritos, a pesar de sus fallas, Iron Man 3 no es el bodrio que sus detractores persisten en declarar. Sin embargo, aprovechan cualquier mención de Marvel, Robert Downey Jr. o incluso la palabra “película” o el número “2013” para recordarnos que, en verdad, fue lo peor del año.
Si optáramos, como alternativa, por la técnica de la comparación, aun así no se necesita ser un gourmet de cine para muy fácilmente descartar que sea de menor calidad que tantas otras películas que han sido depositadas a los cines en este 2013.
Bienaventurados los no asociados o involucrados directamente en la producción de El Llanero Solitario. Independientemente de las cualidades técnicas o narrativas que fueron o no fueron del agrado del lector, está académicamente aceptado y comprobado en prensa y libros que la película fue un desmadre. No, esperen.
Una disculpa por mi uso de palabras. Lo que quise decir es que la película fue un “guaca-desmadre”. Una pesadilla durante y después de la producción, con una actuación controversial por parte de Johnny Depp, un director poco celebrado por la crítica, un productor desmedido en el presupuesto y un estudio temeroso de que la película resultara ser un desastre, cancelándola prematuramente. Un proyecto irónico en retrospectiva, sabiendo que fueron exactamente las mismas circunstancias que afectaron a casi la misma gente que trabajó en Piratas del Caribe: La Maldición del Perla Negra.
Así que, no. Iron Man 3 no es El Llanero Solitario. Pero la anterior información es sólo tomando en cuenta resultados en taquilla, algo cuantificable pero que no pone en perspectiva la auténtica calidad técnica o artística.
Realmente siento alegría por aquellas almas que rápidamente han nombrado a Iron Man 3 como la peor película que hayan visto, porque delata su ignorancia de la existencia de Movie 43 (Parejas Disparejas), una inexplicable deyección cinematográfica perpetrada por numerosos talentos (delante y detrás de cámaras) en homenaje a la comedia más salvajemente inapropiada, muy claramente obligados a base de chantaje por la retorcida mente de Peter Farrelly. No se trata de un humor ofensivo que da risa como el de Mel Brooks, Trey Parker y Matt Stone o Seth MacFarlane, sino de chistes malos que sólo provocan incredulidad y cruzan la delgada línea que divide el estar cubierto de caca con estar cubierto de caca para pedirle matrimonio a una mujer.
Claro está, Movie 43 se ha vuelto una especie de rareza, una leyenda urbana si así lo gusta el lector, y no es el tipo de película que uno encuentra con facilidad en una ida al cine. Es decir, uno tendría que escarbar con mucha persistencia si es que no se le aparece por mera casualidad (o broma pesada por parte de los dioses) para poder verla. Y estamos hablando de comentarios en Facebook, escritos por espectadores promedio, que no hacen un esfuerzo por leer más allá de los encabezados y que no se molestan en hacer scroll con su mouse más de lo que les permite la longitud de su dedo. Este tipo de gente jamás se especializaría en buscar o investigar algo, y por ello, carecen de ese interés mórbido por encontrar esa abominación de anti-comedia.
Mucho más frustrante resulta saber que la memoria colectiva sea tan corta como para no recordar la catástrofe llamada Duro de Matar: Un Buen Día para Morir. Las secuelas de una franquicia alguna vez reconocida por tener acción inteligente y sobria, villanos memorables, un héroe vulnerable y creíble, personajes interesantes y situada en Navidad no cumplieron con todas estas características, a excepción de la más reciente, que no cumplió con ninguna de estas características. Un Bruce Willis aburrido hasta la muerte, una dirección incompetente por parte del incomprendido (?) John Moore y un guión vomitado por Skip Woods, hombre que de Duro de Matar solamente conoce el título; todo esto resultó en una hilera de secuencias donde muchas cosan pasan haciendo ruido con la sutileza de un tanque y sin espacio para el sentido común o momentos donde los personajes no están partiendo pelucas. ¡¿En serio puede el lector verme a los ojos y decirme que Duro de Matar 5 fue mejor que Iron Man 3? Por lo menos Shane Black tenía cierto, aunque fuera marginal, interés en hacer que te importaran los personajes y tenía acción que valía la pena apreciar.
Como última instancia, si se alegara que Iron Man 3 es la peor película de superhéroes, sólo basta susurrar las palabras Daredevil, Superman IV o Batman & Robin para hacer callar al opositor más ferviente.
En conclusión, no, Iron Man 3 no es la peor película del año. Decepcionante, inconclusa, insatisfactoria, errada, mal aconsejada, y digna de mejorarse, tal vez, pero, ¿la peor? ¿En serio?
La moraleja de todo esto no es defender o atacar una película según nuestra propia opinión, ni tampoco sobre realmente tomar en perspectiva los juicios que hacemos y darnos cuenta de las barbaridades que decimos al público a menudo. Más bien, la lección que podemos aprender es que los comentarios en Facebook son, sinceramente y sin lugar a debate, irrelevantes.
Seguro, servirán para hacer dinámicas de promociones donde el primer comentario en contestar una trivia se lleva una playera de los Strokes, o para hacer a la chica deseosa de atención sentirse querida cuando le falta autoestima, pero, si lo que uno busca es hacer un sondeo de opinión, con genuina participación del público, respuestas útiles e imparcialidad…