De un tiempo para acá he estado viendo mucho cine y series hechas en Asía, todo ello gracias a Netflix, hay que decirlo. Y vaya, en verdad que estos creativos se están comiendo vivo y crudo a Hollywood. Lo que no es algo que lamente. No cuando tenemos cosas como Mar de la Tranquilidad.
Una serie surcoreana de ciencia ficción y terror que acaba de estrenarse en la ya mencionada plataforma Netflix, y de la que a continuación te comparto mi opinión.
NI MAR NI TRANQUILIDAD
Si ya con productos como Tren a Busan, Kingdom y El juego del calamar los coreanos han demostrado que son capaces de contar muy buenas historias sobre cualquier tema y en cualquier entorno, con la reciente Mar de la Tranquilidad han alcanzado un nuevo nivel de excelencia digno de admiración.
Protagonizada por Bae Doona y Gong Yoo, quienes ya hicieron lo propio en Kingdom y Tren a Busan, su historia se ambienta en un futuro no demasiado lejano, en el que el agua del mundo prácticamente se ha acabado, acercando a las naciones a una situación casi apocalíptica.
Para lidiar con esta situación, entre otras medidas, se han implementado niveles para cada ciudadano, que determinan la cantidad de agua a la que puede tener acceso. Niveles que dependen del valor de cada persona y de sus méritos. Podríamos llamarla una meritocracia hídrica.
Tan solo esto ya tiene muchas implicaciones y posibilidades argumentales. Sin embargo, la serie se conforma con darnos un breve esbozo de esto y casi de inmediato establece que una rama del gobierno coreano está por llevar a cabo una misión que, en teoría, nada tiene que ver con la sequía.
La misión consiste en viajar a una base en la Luna, donde se almacena una sustancia de gran importancia que debe ser recuperada a cualquier costo. La dificultad es que dichas instalaciones fueron abandonadas cinco años atrás debido a un accidente que se cobró las vidas de todo el personal.
Los responsables de llevar a cabo este cometido, son un variopinto equipo compuesto por militares, técnicos y científicos, la mayoría de ellos con sus propias motivaciones, que determinan en gran parte sus personalidades y acciones en pantalla.
La misión comienza con el pie izquierdo y la nave sufre un desperfecto que la lleva a realizar un alunizaje de emergencia, en el que queda completamente destruida. La tripulación logra salir ilesa, salvo por un miembro que queda malherido.
Su única posibilidad de supervivencia es alcanzar la base Balhae, que se encuentra ubicada a varios kilómetros, en la zona conocida como Mar de la Tranquilidad. El tripulante herido fallece debido a sus lesiones y el resto apenas consigue llegar a la instalación con sus reservas de oxígeno agotadas.
A partir de este punto, mientras los exploradores se adentran cada vez más en la base, descubren que las cosas no son como les fueron informadas, y que el accidente que obligó al abandono del lugar fue muy diferente, ya que no hay radiación y los cadáveres muestran indicios de ahogamiento.
Una forma inaudita de morir en lugar como la Luna, y que es tan solo el primer indicio de un misterio que pone en riesgo sus vidas, y el destino de toda la humanidad.
Dejando ya de lado la parte argumental, no me gustaría arruinarle la trama a nadie, lo primero que puedo decir es que los valores de producción de Mar de la tranquilidad son altísimos y desbordan calidad por todos lados.
Ya sea que se trate de vestuario, efectos especiales —tanto prácticos como digitales—, escenografía o escenarios, se nota el buen trabajo y presupuesto que se le invirtieron a esta serie, lo que se complementa con muy buenas actuaciones de prácticamente todos los involucrados.
Como cabría esperar, no todos los personajes lucen, y los hay que mueren sin que los lleguemos a identificar o conocer bien, pero en términos generales la mayoría de ellos tienen una o varias funciones que cumplir y muestran un muy bien conseguido desarrollo.
Valga como ejemplo de esto el capitán a cargo de la misión, quien al inicio actúa como un hijo de puta inflexible y cuadrado, hasta que se te revela el motivo de ello y comprendes sus motivaciones.
Su coprotagonista no está tan bien conseguida en este aspecto, lo que no quita que sea un buen personaje, y el mayor hilo conductor de la historia, lo que consigue sin ser una Mary Sue ni el eje alrededor del que giran todos los acontecimientos.
Algo que me ha gustado mucho es que, aunque es una epopeya espacial con toques de horror, Mar de la Tranquilidad no recorre los caminos que ya hemos visto varias veces en cosas como Alien o Event Horizon.
Aunque en ciertas escenas sí que puede llegar a recordar a estas películas, yo la comparo con la saga de videojuegos Resident Evil, nada más que sin los socorridos zombis y ambientada en el espacio. Y lo digo muy en serio, durante la mayor parte de los ocho capítulos estuve pensando en la saga de Capcom.
Y es que si lo piensas bien, hay varios paralelismos entre ambas obras: una especie de infección, avanzados laboratorios, experimentos de ética cuestionable, mutaciones, conspiraciones, traiciones y la supervivencia como objetivo principal.
También tengo la impresión de que algunas partes del argumento de Mar de la Tranquilidad podrían estar inspirados en las obras de horror cósmico del escritor H. P. Lovecraft. Después de todo tenemos un híbrido humano-pez y la presencia de estrellas de mar.
Que respectivamente recuerdan a La sombra sobre Innsmouth y En las montañas de la locura, ambos relacionados con seres acuáticos de origen alienígena. Admito que bien podrían tratarse de nada más que coincidencias, pero no dejan de resultar interesantes.
No se trata de una serie perfecta y cuenta con al menos un par de detalles que, o son conveniencias de guion, o fallas en el mismo. Sirva como ejemplo de esto la manera en la que se infecta el primer tripulante de la nave y cómo es que el capitán termina en aquel lugar al final de la historia.
Otro elemento cuestionable sería el tamaño y disposición de la base Balhae, que parecieran darse en función de lo que necesita el guion. No encontré esto molesto, pero lo menciono de todos modos.
Aun con esto, Mar de la Tranquilidad es una estupenda obra de ciencia ficción, con una hechura impecable y una historia que es tan entretenida como emocionante, que cierra toda su trama de manera satisfactoria, dejando algo de margen para una probable segunda temporada.
Aunque, siendo honesto, no me parece que la necesite, como no la necesitaba True Detective o películas como Tren a Busan. Ya veremos qué ocurre en el futuro. Mientras tanto, dale una oportunidad a este serie, seguro que no lo llegas a lamentar.
LO BUENO
- Historia.
- Actuaciones.
- Desarrollo de personajes.
- Vestuario.
- Efectos.
- Escenografía.
LO MALO
- Puntos de la trama sin aclarar.
LO FEO
VEREDICTO: